domingo, 19 de enero de 2014

El momento para servir a Dios es “ahora”

sirviendo-a-Dios-Biblia1

“SEÑOR, PERMÍTEME QUE VAYA PRIMERO Y ENTIERRE A MI PADRE” (Mateo 8:21b)

En tiempos bíblicos se esperaba de los hebreos que honraran a sus ancianos padres cuidándoles hasta la muerte. De manera que, cuando un grupo de supuestos discípulos mostró su lealtad a Jesús, inmediatamente las obligaciones familiares de uno de ellos entraron en conflicto con el llamado de Dios sobre su vida. Cuando él dijo: “Señor, permíteme que vaya primero y entierre a mi padre” (Mateo 8:21b), Jesús le contestó: “Sígueme; deja que los muertos entierren a los muertos” (Mateo 8:22). ¿Fue Jesús insensible o desconsiderado? No, Él conocía la situación familiar de aquel hombre, y sin duda tenía un plan para ella.

Es DIOS quien realiza la obra

“No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te daré fuerzas y te ayudaré; te sostendré con mi mano derecha victoriosa.”
Isaías 41:10 Nueva Traducción Viviente.
Cuando DIOS declara en las Escrituras que es Él quien sustenta a los suyos, lo hace con el propósito específico de ofrecerles descanso porque sus recursos y poder son inagotables; por el contrario el ser humano es limitado.
El creyente corre el riesgo de hacerse daño cuando pone sobre sí mismo el peso de la obra de DIOS, pues si realmente está realizando la obra que el Todopoderoso le ha encomendado, ésta será de gran tamaño para él. Pero es mediante el poder del Espíritu Santo de DIOS como se realizan las grandes obras:
“No es por el poder ni por la fuerza, sino por mi Espíritu, dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.”
Zacarías 4:6 Nueva Traducción Viviente (NTV).
El SEÑOR puede realizar muchísimo más en un instante que todo el esfuerzo del creyente. Él puede abrir las puertas necesarias que nadie más puede abrir. Él puede recuperar lo que los suyos han perdido en cuestión de segundos.
Cuando una obra encomendada por el SEÑOR es terminada, debe quedar claro que fue solamente Él quien la hizo posible, por lo que el creyente puede respirar tranquilo sabiendo que no depende de él lo que se le ha encomendado.
El poder de DIOS, desatado por la Palabra que encomendó la obra, es suficiente para cargar su peso. Pero si el creyente intenta llevar ese peso le consumirá, pues las obras de DIOS van más allá de los esfuerzos humanos.
Permite que sea DIOS tu fortaleza en toda obra que te encomiende, no intentes cargar con su peso.

Sólo Él es suficiente para realizar sus obras.


¿Cuál es la manera correcta de orar? - Preguntas cristianas

¿Es mejor orar de pie, sentado, de rodillas, o inclinado? ¿Deben estar mis manos abiertas, cerradas o levantadas hacia Dios? ¿Deben estar cerrados mis ojos cuando oro? ¿Es mejor orar en un templo o afuera en la naturaleza? ¿Debo orar por la mañana cuando me levanto, o por la noche antes de ir a la cama? ¿Hay ciertas palabras que debo decir en mi oración? ¿Cómo comienzo mi oración? ¿Cuál es la manera correcta de acabar una oración? 
Estas preguntas, y otras, son preguntas comunes que nos hacemos acerca de la oración. ¿Cuál es la manera correcta de orar? ¿Acaso importa cualquiera de las cosas mencionadas?

Con mucha frecuencia la oración es vista como una “fórmula mágica”, es decir, si tú no dices exactamente las cosas correctas, u oras en la posición correcta, Dios no escuchará y responderá a tu oración. Esto es completamente contrario a la Biblia. Dios no responde a nuestras oraciones basado en cuándo oramos, dónde estamos, qué posición corporal adoptamos, o en qué orden decimos nuestras oraciones. Primera de Juan 5:14-15 nos dice, “Y esta es la confianza que tenemos en Él, que si pedimos alguna cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye. Y si sabemos que Él nos oye en cualquiera cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hayamos hecho.” Similarmente, Juan 14:13-14 declara, “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, Yo lo haré.” De acuerdo a esto y a muchas otras Escrituras, Dios responde a las peticiones de oración basándose en si se piden de acuerdo a Su voluntad y en el Nombre de Cristo (para traer gloria a Jesucristo).

Burbujas

Hace un tiempo, para llamar la atención y a modo de publicidad, una tienda de ropa y accesorios para niños había instalado en la vereda del local, un curioso equipo que emitía abundante cantidad de burbujas, de pompas de jabón. Era una delicia para grandes y chicos pasar por ese lugar entre una nube de burbujitas.
A todos, de pequeños, nos ha gustado jugar con esos juguetes que producen burbujas de jabón. A la luz del sol, muchas de ellas parece que tuvieran distintos y tornasolados colores. Mi perro también obtenía su porción de diversión saltando y reventando burbujas. Un bello, como también efímero espectáculo de colores y movimiento.
Las burbujas tienen un aspecto curioso, colorido, gracioso. Entretienen y divierten la vista. Resulta una delicia verlas flotar en el aire con su espectáculo de colores y movimiento, y todas crecen y logran flotar hasta el momento en que el jabón comienza a secarse, cuando disminuye la tensión superficial del líquido y terminan reventando, desapareciendo en el aire.

Las Peticiones Equivocadas según la Biblia

Reflexiones Cristianas – Las Peticiones Equivocadas según la Biblia
“NO SABÉIS LO QUE PEDÍS” (Mateo 20:22b)
oraciones-equivocadas1Un día, Santiago y Juan fueron a pedirle a Jesús los mejores asientos en su Reino. No era solamente buena vista lo que buscaban, ellos querían el mejor sitio. Jesús dijo: “No sabéis lo que pedís” (Mateo 20:22b). Más tarde, cuando la gente de cierto pueblo no quiso recibir a Jesús, sus discípulos le preguntaron: “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del Cielo… y los consuma?” (Lucas 9:54). De nuevo Jesús los reprendió. 

Ahora bien, si los discípulos más cercanos a Él pudieron estar tan errados en sus peticiones, nosotros también. Afortunadamente, Dios nos quiere demasiado como para decir siempre que sí. ¿No estás contento de esto? ¿Confiarías en un Dios que actuase de otro modo?
Quizás la petición errónea más común sea: “Señor, por favor, cambia a Fulanito, mi amigo”. Cuando dos de nosotros tenemos que llevarnos bien juntos, probablemente uno de los dos ore así. Pero esto es egoísta. Una oración más auténtica sería: “Señor, no quiero confrontar mis propios defectos, no quiero esforzarme en esta relación, o madurar, así que te pido que cambies a Fulanito”. Si ésta es tu petición, no te sorprendas si Dios dice “no”.

Si has estado orando y “no has llegado a ninguna parte”, tu petición puede ser el problema. A lo mejor es una escapatoria por tu parte, porque no quieras afrontar ningún problema, o es destructiva de alguna forma que desconoces, o egoísta, o estrecha de miras y demasiado pequeña; puede que Dios tenga en mente algo mejor. Cualquiera que sea la razón, si tu petición es errónea, Él la rechaza. Y a medida que vayas madurando, mirarás hacia atrás a tus viejas peticiones y agradecerás al Señor por amarte lo suficiente como para haberte dicho “no”.