jueves, 26 de diciembre de 2019

La Promesa del Espíritu Santo

Ignorar la importancia del Espíritu Santo en la vida del cristiano es el peor error que se puede cometer. Sin el Espíritu Santo no podríamos hacer nada. El Espíritu Santo es nuestro compañero de viaje, es el que convence al mundo de pecado, de justicia y de juicio; el que nos unge con poder y autoridad para ser testigos de Cristo, el que nos marca como hijos de Dios y nos da la seguridad de serlo, el que nos da vida y nos hace ser instrumentos de vida, el que da testimonio que Jesús es el Hijo de Dios, el que nos enseña la verdad del Padre, el que nos recuerda las palabras de Jesús y nos guía para no desviarnos de la voluntad de Dios, el que trae paz a nuestro corazón y nos hace estar seguros de la confiabilidad de la vida eterna, el que nos consuela mientras esperamos el día en que podamos ver la gloria de Cristo.
¿Entendemos la inmensa necesidad que tenemos del Espíritu Santo? ¿Nos percatamos de por qué no debemos ignorar lo que representa para todos nosotros? La verdad es que su mano siempre ha estado allí, aunque nosotros no la hemos sabido apreciar como corresponde: Cuando usted observa los cambios que ha tenido su vida cristiana desde el momento en que recibió a Cristo en su corazón hasta hoy, no puede dejar de prestar atención a la obra que Dios ha empezado a hacer en usted; cambios en el comportamiento, cambios en la forma de pensar, cambios en la concepción de la vida; alegría en lugar de luto, un corazón sanado de toda herida, una luz que alumbró su vida cuando estaba en un momento de desesperación y oscuridad absolutas. El Espíritu Santo es como ríos de agua viva que corren en su interior para salvar a muchas personas; el Espíritu Santo es el agua que ha sanado sus heridas y saciado su sed, es el que ha tocado su vida y lo ha unido a Dios, llenando su corazón de un completo y sincero estado de plenitud y paz.
No estamos solos en el mundo, no tenemos que luchar como si lo estuviéramos; el Espíritu Santo nos guía a toda verdad.
He aquí algunas frases que nuestro Señor Jesucristo explica respecto al Espíritu Santo:

El mendigo y el rico

 Lucas 4:14-22

Pedimos a Cristo que se manifieste como aquel día en Galilea, con el poder del Espíritu, y nos conceda con abundancia sus dones y gracias, que se levante en nuestra vida y con su autoridad divina nos confirme que el Espíritu del Señor está sobre Él, y que manifieste su poder.

En este pasaje evangélico, Jesús nos invita a conocer sus atributos divinos y a reconocer el poder que Dios le ha concedido, para que podamos pedir su ayuda con total confianza, sin dudar de su poder.

HOY SE CUMPLE ESTA ESCRITURA

Resultado de imagen de el mendigo y el ricoHemos de tener la certeza y la confianza de que Cristo ha sido enviado a nuestra vida para darnos buenas noticias, para darnos esperanza y sanar los corazones quebrantados y desesperanzados. Quien pierde la esperanza, quien se desalienta al orar, en el fondo está suponiendo que los problemas son más grandes que Dios, que sus dificultades son más poderosas que Dios. Y de eso trata el pecado contra el Espíritu Santo.
Hoy, como ayer y como cada día, se cumple esta escritura, porque el poder de Cristo está igual de vivo y presente como cuando en medio de la sinagoga, ante la mirada expectante de amigos y enemigos, se levantó a leerla. Es el tamaño de nuestra fe el que marca la diferencia. A veces nuestra fe es tímida e insegura, y por eso en nuestra oración pedimos como si Dios no fuera infinito.
En una ocasión, un vagabundo menesteroso e indigente que caminaba hambriento y andrajoso por las calles, se encontró con un hombre rico y poderoso, que al verlo se compadeció y le preguntó: ¿qué necesitas?
Pero el mendigo temió pedir demasiado; pensó que el hombre rico quizás no era tan generoso o tan rico; así que, en lugar de pedirle un techo, ropa, comida, zapatos, en fin, todo aquello de lo que realmente carecía… le dijo: ¿tendría usted una monedita que le sobre? En esta historia el hombre rico se encogió de hombros y se limitó a darle al mendigo solo esa monedita que le pidió, en lugar de darle todo lo que necesitaba.

¿Qué es Lo Más Valioso?

Una leyenda judía dice que dos hermanos compartían un campo y un molino. Todas las noches dividían el producto del grano que habían molido juntos durante el día. Un hermano vivía solo, y el otro se había casado y tenía una familia grande. Un día el hermano soltero pensó: “No es justo que dividamos el grano de manera equitativa, yo solo tengo que cuidar de mí mismo, pero mi hermano tiene niños que alimentar”. Así que cada noche, secretamente, llevaba algo de su harina a la bodega de su hermano.
Resultado de imagen de ¿Qué es Lo Más Valioso?A simple vista parecería justo que el hermano soltero piense en el que está casado y con hijos; pues los gastos de alguien con familia son enormes, “no hay dinero que alcance”; hay que pagar el colegio de cada uno (en ciertos casos), los alimentos, el autobús escolar (también en algunos casos), los útiles, la ropa, etc. El corazón de ese hermano soltero era realmente muy generoso, algo que no suele ser así con los hermanos solteros, pues ellos tienen sus propios gastos y también necesitan su dinero para sus proyectos personales, lo cual es normal.
En la historia bíblica en cuanto a hermanos se refiere, hay de todo: tenemos a Caín y Abel, donde vemos una trágica historia, pues el hermano mayor mata al menor por envidia. También tenemos a Jacob y Esaú, cuya madre en lugar de fomentar los vínculos de amistad entre ellos, tuvo tal preferencia por uno de ellos, que se apartaron el uno del otro. También están Marta y María, una, amante de los quehaceres domésticos y la otra, seguramente más dedicada a la reflexión y a la meditación de las cosas de la vida. Y en estos tres ejemplos de parejas de hermanos, no hubo afinidad entre ellos. Mucha gente tuvo o tiene esta situación en su vida.