sábado, 20 de agosto de 2016

Michael Phelps dice cómo Dios le ayudó a desprenderse de la idea del suicidio

Hoy en día, el nadador Michael Phelps se cita como el atleta olímpico más condecorado de todos los tiempos con 22 medallas ganadas, 18 de ellas de oro, en cuatro olimpiadas. Pero en septiembre de 2014 llegó a pensar en el suicidio, reveló la revista estadounidense ESPN en su edición número 18 de julio.
“Yo era un tren fuera de control”, dijo Michael Phelps a ESPN. “Era como una bomba de tiempo a punto de estallar. No tenía autoestima. Hubo momentos en los que no quería estar aquí. Eso no era bueno, me sentía perdido”.
Fue en esa misma época cuando los periódicos y sitios web publicaron una foto de él consumiendo drogas. También había sido detenido dos veces en 10 años por conducir borracho, la última detención fue el 30 de septiembre de 2014, cuando su vida “tocó fondo”.
Los días que siguieron fueron vividos por Phelps, fundamentalmente en su habitación, en su casa de Baltimore (EE.UU.), pensando en el suicidio.
En ese momento, Phelps dijo que estaba pensando: “Este es el final de mi vida… ¿Cuántas veces hice cosas estúpidas? Tal vez el mundo sería mejor sin mí”.
Michael Phelps, dijo que se aisló, casi no comió ni durmió durante al menos una semana, mientras que todavía mantenía la idea de matarse.

Un sacrificio de sangre

La sangre de Jesucristo… nos limpia de todo pecado. 1 Juan 1:7
Con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes. Apocalipsis 5:9-10
"Lo que no me gusta de su religión, decía alguien, es toda esa sangre derramada, esos sacrificios inmolados a Dios relatados en el Antiguo Testamento. Tendrían que insistir más bien en el amor al prójimo, en las hermosas virtudes del Evangelio".
En efecto, a menudo la Biblia habla de sacrificios y de sangre derramada. Aunque todos los sacrificios del Antiguo Testamento anunciaban el inigualable sacrificio de Jesucristo.
¿Por qué era necesario que Jesús muriese y que su sangre fuese derramada? La ofensa hecha por el hombre a Dios, debido a nuestros pecados, era tan grande que ningún hombre podía borrarla, ni para sí mismo ni para los demás.
Por eso Dios envió a su Hijo, quien se hizo hombre. Jesús murió en nuestro lugar para expiar nuestros pecados, y su sangre derramada en la cruz es la prueba de que realmente murió. En tiempos del Antiguo Testamento Dios veía, por anticipado, el sacrificio de Cristo en la sangre de los animales que le eran sacrificados, y así podía perdonar a su pueblo. Ahora sucede que la muerte de Cristo salva a los que creen. Por este medio Dios los perdona, purifica su conciencia y les da la seguridad de acercarse a Él como a un Padre.
Entonces, cuando pasamos a ser sus hijos, el amor al prójimo y todas las hermosas virtudes morales enseñadas en la Biblia son practicadas de una manera que realmente le agrada. Antes, esto era imposible, pues todas nuestras justicias eran “como trapo de inmundicia” (Isaías 64:6).

El Terremoto

El hombre está expuesto a las catástrofes naturales, y muchas de ellas han traído mucho dolor salvo algunas puntuales excepciones, como la siguiente historia. Ésta se desarrolla en Concepción, ciudad del sur de Chile, durante el terremoto que azotó a este país en el año 1960, contada por una persona que vivió una dramática experiencia. Durante varios días, los mineros fueron alojados en la casa de unos misioneros norteamericanos. Cada noche hacían el culto familiar para luego ir a sus dormitorios a descansar. La tierra seguía temblando, pero tenían paz y dormían plácidamente. Una señora vecina, dormía durante las noches en el interior de su automóvil por el miedo que sentía, hasta que se acercó a ellos diciendo: envidio la fe de ustedes, no puedo entender cómo pueden cantar y luego dormir como si no pasara nada…ustedes tienen algo que yo no tengo. Fue una hermosa oportunidad para testificar del Señor Jesús.
terremoto chile 1960
Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar. Salmo 46: 1.2
Casos como el de la historia suceden a menudo. Nadie está libre, sobre la faz de la tierra, de sufrir algún acontecimiento que lo ponga en peligro; puede ser algún desastre natural, una enfermedad, o un accidente de coche, quizás una caída, o un atropello, en fin, cualquier cosa que afecte a su estado físico o emocional. La gran diferencia que se puede observar en el relato, es que el no creyente no tiene a qué aferrarse, a diferencia del hijo y la hija de Dios que deposita su confianza en Dios. El temor o el miedo no forma parte del lenguaje del creyente. La enseñanza bíblica no dice que alrededor del hijo de Dios no acontecerán situaciones dramáticas, pero sí señala que Dios será ayuda en la tribulación, o si la tierra tiembla como en un terremoto, o que suceda un cataclismo como los montes cayendo al mar. Puede suceder, pero el hijo de Dios estará tranquilo, confiando en el Señor siempre, y su corazón estará tranquilo.

El Sonido del Silencio

Recuerda que los silencios mantienen los secretos, por tanto, el sonido más dulce es el sonido del silencio.
Es la canción del alma, algunos escuchan el silencio en la oración, otros cantan la canción en su trabajo, algunos buscan los secretos en la contemplación tranquila.
Cuando se alcanza o se experimenta la maestría, los sonidos del mundo pueden apagarse, las distracciones aquietarse.
Toda la vida se convierte en meditación.
Todo en la vida es una meditación en la que contemplas lo divino, y experimentando de esta manera, todo en la vida está bendito. Ya no hay lucha ni dolor ni preocupación. Sólo hay experiencia.
Respira con cada flor, vuela con cada pájaro, encuentra belleza y sabiduría puesto que la sabiduría se encuentra en todos los sitios donde se forma la belleza.
La belleza se forma en todas partes, no tienes que buscarla, sino que vendrá a ti.
Cuando actúas en este estado, conviertes todo lo que haces en una meditación y así, en un don, en un ofrecimiento de ti a tu alma y tu alma a El Todo.
Al lavar los platos, disfruta del calor del agua que acaricia tus manos; al preparar la cena, siente el amor del universo que te trajo este alimento, y como un regalo tuyo al preparar esta comida, vierte todo el amor de tu ser.
Al respirar, respira largo y profundo, respira lenta y suavemente, respira la suave y dulce nadería de la vida, tan plena de energía, tan plena de amor. Es amor de Dios lo que estas respirando,
…Respira profundamente y podrás sentirlo.

Respira muy, muy profundamente y el amor te hará llorar…… de alegría.
Porque conociste a tu Dios y tu Dios te presentó con tu alma.
Utiliza tu vida como una meditación y todos los eventos en ésta.
Camina en la vigilia, no dormido.
Muévete con perfección, no sin ella, y no te detengas ante la duda ni el temor, como tampoco en la culpa ni en la auto-recriminación, vive en el esplendor permanente con la seguridad de que eres muy amado.
Siempre eres Uno con Dios, siempre eres bienvenido a casa
Porque tu hogar es Mi corazón y Mío es el tuyo.
Somos todo lo que es, todo lo que fue y todo lo que será.