Cómo líder, sus lecciones más dramáticas y efectivas pueden ser dadas sin el uso de las palabras.
Porque ejemplo os he dado para que, como yo os he hecho, vosotros también hagáis. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que lo envió. Juan 13:15-16
Imagine un momento que Jesús hubiera enseñado principios de la misma manera que nosotros lo hacemos. Primeramente, hubiera anunciado con bastante antelación la fecha de un seminario sobre servicio, para que los discípulos fueran reservando la fecha e, incluso, invitando a algunos otros interesados. En privado, Cristo dedicaría largas horas a estudiar los textos bíblicos acerca del tema del servicio, construyendo cuidadosamente sus argumentos de los diferentes aspectos de este tema.
En la fecha establecida, los hubiera reunido y habría compartido los resultados de sus estudios, presentando amplias evidencias acerca de la importancia del servicio. No hubiera terminado su lección sin una seria exhortación a que los discípulos buscaran practicar lo que habían oído en "clase".
El entendimiento de cada discípulo no se desvió de lo que el Señor había querido enseñar.
En la fecha establecida, los hubiera reunido y habría compartido los resultados de sus estudios, presentando amplias evidencias acerca de la importancia del servicio. No hubiera terminado su lección sin una seria exhortación a que los discípulos buscaran practicar lo que habían oído en "clase".
El entendimiento de cada discípulo no se desvió de lo que el Señor había querido enseñar.