domingo, 27 de octubre de 2013

Hablar y no hacer - Devocional - Vídeo

¡Qué fácil es hablar y no hacer! Es fácil decirle a la gente lo que tiene que hacer, pero a veces resulta muy difícil hacerlo uno mismo; como si cada persona siempre tuviera razón con las palabras que dice, aunque esas no fuesen de aplicación a su vida.
Sin embargo, puede más lo que hacemos que lo que decimos, porque la gente está pendiente de lo que hacemos y cómo lo hacemos; eso no significa que vayamos a vivir para la gente, pero tampoco debemos olvidar que la Biblia dice que somos cartas a leer para el resto del mundo, o lo que es lo mismo, que la gente va estar pendiente de que nuestra vida refleje a Cristo.
Resulta que en ocasiones nuestra predicación se escucha agradable, bonita, excelente, ejemplar,... pero nuestro caminar deja mucho que desear. Mas la voluntad de Dios no es sólo que digamos lo correcto, sino que también lo hagamos. Dios no quiere gente que sólo diga palabras bonitas, quiere gente que cumpla su Palabra, que le ame de verdad, que tenga pasión por Él y que su vida sea reflejo de todo lo que siente por Él.
La Biblia dice:

“¿Quién es sabio y entendido entre ustedes? Que lo demuestre con su buena conducta, mediante obras hechas con la humildad que le da su sabiduría.”

Santiago 3:13 (Nueva Versión Internacional)

Mi casa ya no es mi hogar - Devocional

La mayoría de los adolescentes se quejan diciendo ¡mi casa es un infierno!, y en lugar de procurarse un lugar de descanso y paz, muchas veces sólo encuentran un ambiente pesado, cargado de peleas y riñas, por lo cual prefieren evitar pasar tiempo en sus casas. Algunos, en la búsqueda de un lugar agradable, se unen a ciertos grupos urbanos, pandillas, que lo que hacen para captarle, es venderles la idea errónea de que son "su familia".
Lo mismo sucede con los padres, que cuando llegan de su trabajo después de una agotadora jornada, buscando algo de paz, a menudo sólo se encuentran con una esposa que le recibe con quejas y con una interminable lista de problemas causados durante el día.
enojoSe ha demostrado en muchos niños con problemas de aprendizaje, que su dificultad no tiene nada que ver con una carencia intelectual, sino con el problema radicado en su hogar. Al no haber un ambiente de amor y armonía, se sienten inseguros y lo terminan reflejando en un bajo rendimiento en sus estudios.
También se han hecho investigaciones para observar de qué manera los niños afrontan sus conflictos, y se encontró una característica común en todos aquellos que habían pasado satisfactoriamente esta prueba: todos venían de familias que vivían un ambiente cordial.
Esta conclusión no es sorprendente, ya que la familia es nuestro lugar de protección, y cuando es estable, automáticamente nos sentimos seguros para enfrentarnos a cualquier conflicto. De esta forma se crea un ambiente favorable para el desarrollo de nuestras habilidades. Por lo tanto es importante que te preguntes: ¿se respira paz y amor en mi casa?, ¿cuál es mi aporte a este ambiente?
!Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Salmos 133:1
Lo dicho para la familia es aplicable también a otros ámbitos, en los cuales nos desenvolvemos, como el trabajo, la iglesia, un club,... donde sin embargo, a veces se siente un ambiente pesado difícil de soportar. Esto sucede porque hay enojos, murmuraciones, chismes, envidia, celos…

No me gusta - Reflexiones - Vídeo

¿Cuál es la clave del éxito? ¿Qué distingue a las personas que triunfan de las que fracasan? ¿Es posible alcanzar el éxito y mantenerlo? Un sin número de posibles respuestas se agolpan en nuestra mente, intentando señalarnos el camino seguro hacia la victoria personal.
Recuerdo la ocasión en que comencé mi primer trabajo. Tenía 14 años y estaba terminando el segundo año de la escuela secundaria, cuando de un día para otro mi tío me propuso trabajar con él durante el verano. ¡Todo un desafío para un adolescente acostumbrado a ver la televisión, a practicar baloncesto y asistir a clases! Sin embargo, acepté el reto y me lancé a la ‘aventura’.
Los primeros días fueron facilísimos: todos me sonreían, los jefes eran pacientes conmigo, e iba sobrellevando, mal que bien, el horario matinal de entrada. Pero con el paso de los días, la ‘comodidad’ se vistió de ‘normalidad’ y el asunto se tiñó de ‘sangre, sudor y lágrimas’. Llegué a trabajar durante casi un mes desde las 7 de la mañana hasta las 10 de la noche. ¡Quince horas diarias! Llegaba a mi casa, cenaba y caía desplomado sobre la cama, para levantarme cinco horas después,... ¡y seguir con la rutina! Nada de televisión, nada de paseos, nada de nada. Sólo trabajar, trabajar y trabajar.
Pero algo “mágico” sucedía cada dos semanas. Algo que me hacía “olvidar” el sacrificio y la abnegación de cada día: ¡era que cobraba mi salario! ¡Sí! ¡Por primera vez en mi vida podía disfrutar de mi propio dinero, obtenido con mi propio trabajo! Por primera vez entendí, de manera muy práctica, el enorme valor que tiene el esfuerzo personal con miras a la recompensa del éxito.
San Pablo escribió: “Ustedes saben que en una carrera no todos ganan el premio, sino uno solo. Los que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarles. ¡Y lo hacen para ganarse un premio que no dura mucho! Nosotros, en cambio, lo hacemos para recibir un premio que dura para siempre. Yo me esfuerzo por recibirlo, así que no lucho sin un propósito. Al contrario, vivo con mucha disciplina y trato de dominarme a mi mismo” (1 Corintios 9:24-27).

Conocerte - Ánimo en mensaje

Creemos conocer a Dios, hablamos de Él, contamos de Él, sin embargo, la única forma de conocerle realmente es a través de nuestras facetas o etapas. No podemos conocer a un Dios sanador si no pasamos por una enfermedad, no podemos conocer al Dios proveedor si no pasamos por escaseces, no podemos conocer al Dios Todopoderoso si no afrontamos situaciones imposibles de solucionar, humanamente hablando.

En ocasiones, hasta ponemos en duda la sabiduría de Dios, queremos decirle qué hacer, cómo hacerlo y en qué momento llevarlo a cabo. También decimos cosas sin sentido, incomprensibles, porque puede que aún no le hayamos conocido de cerca. El caso es que no hay forma de conocer a Dios sino de cerca; si nosotros le seguimos de lejos es muy difícil conocerle, pero cuando nos acercamos a Él, cuando le seguimos de cerca, cuando experimentamos situaciones que ponen a prueba nuestra fe, es cuando más y mejor conocemos a Dios.

Job fue uno de los personajes de la Biblia que tuvo que pasar situaciones muy, pero que muy difíciles; conoció mejor a Dios en medio de sus problemas y tribulaciones, y escribió algo que realmente toca mi corazón y me hace reflexionar en las veces que yo mismo he actuado de la misma manera. Dijo:

“Entonces Job le respondió a Dios:
Reconozco tu gran poder;
nadie puede impedirte
llevar a cabo tus planes.
Tú preguntas quién soy yo,
que siendo un ignorante
he puesto en duda tu sabiduría.
Reconozco que he dicho cosas
que no alcanzo a comprender,
cosas que son maravillosas
y que en realidad no conozco.
Tú dijiste:
“Ahora yo voy a hablar,
y tú me vas a escuchar”.
Lo que antes sabía de ti
era lo que me habían contado,
pero ahora mis ojos te han visto,
y he llegado a conocerte.”

Job 42:1-5 (Traducción en lenguaje actual) 

La Práctica de la Presencia de Dios-10ª Carta escrita por Nicolás Herman, Hermano Lorenzo - Vídeo

La Práctica de la Presencia de Dios-10ª Carta escrita por Nicolás Herman, Hermano Lorenzo a Fray José de Beaufort, representante del arzobispado local, hace más de 300 años.

Me ha sido bastante difícil escribir a M.--. y lo hago ahora cierta y puramente, porque tú y Madame lo quieren de mí. Por favor, escribe la dirección y envíale la carta.

Estoy muy contento con la confianza que tienes en Dios: Quisiera que Él la aumente en ti más y más: jamás sería demasiado lo que podríamos tener de tan buen y fiel Amigo que nunca nos fallará en este mundo ni en el venidero.

Si M.-- saca provecho de la pérdida que ha tenido, y pone toda su confianza en Dios, pronto Él le dará otro amigo, más poderoso y más inclinado a servirle. Dios dispone de los corazones como Él quiere. Quizás M.-- estaba demasiado aferrada a lo que ha perdido, y debemos amar a nuestros amigos, sí, pero sin ponerlos por encima de Dios, que debe ser el principal.

Por favor, recuerda que te he recomendado pensar frecuentemente en Dios, de día, de noche, en tus trabajos, y aún en tus diversiones. Él siempre está cerca de ti y contigo; no le dejes solo. ¿Piensas que es descortés dejar solo a un amigo que vino a visitarte? ¿Por qué, entonces, Dios ha de ser descuidado? No lo olvides, piensa en Él frecuentemente, adórale continuamente, vive y muere con Él. Ésta es la gloriosa ocupación de un cristiano. Ésta es nuestra profesión en el mundo. Si no lo sabemos debemos aprenderlo. Voy a esforzarme para ayudarte con mis oraciones. Soy tuyo en nuestro Señor.