jueves, 29 de noviembre de 2018

Lo que el Diablo quiere destruir en ti

El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando comprometida María, su madre, con José, antes que vivieran juntos se halló que había concebido del Espíritu Santo. 19 José, su marido, como era justo y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente. 20 Pensando él en esto, un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 21 Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» 22 Todo esto aconteció para que se cumpliera lo que dijo el Señor por medio del profeta:
23 «Una virgen concebirá y dará a luz un hijo
y le pondrás por nombre Emanuel»
(que significa: «Dios con nosotros»). MATEO 1:18-23
Resultado de imagen de Lo que el Diablo quiere destruir en tiEn el texto podemos ver el anuncio del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo. Este niño que nacería venía con un propósito de Dios: salvar a su pueblo de sus pecados.
Cuando Jesús creció, declaró abiertamente el propósito por el cual había nacido en este mundo: Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido. (Lucas 19:10)
Y en los evangelios podemos ver que satanás muchas veces trató de impedir que nuestro Señor Jesucristo llevara a cabo su propósito de salvación; trató de destruir muchas veces a Jesús, pues pensaba que destruyendo a Jesús destruiría también su propósito.
En nuestra vida tenemos que comprender que todos tenemos un propósito individual y personal dado por Dios, que estamos en este mundo con un propósito de Dios que cumplir, nuestra propia misión, nuestra propia responsabilidad. Hay un plan hecho por Dios especialmente para cada uno de nosotros para que lo cumplamos. Jehová cumplirá su propósito en mí. Tu misericordia, Jehová, es para siempre; ¡no desampares la obra de tus manos! (Salmo 138:8).
Y es precisamente ese propósito que nuestro Dios nos ha dado, el que satanás quiere destruir en nuestra vida (Juan 10:10). Satanás quiere impedir que el propósito de Dios en nuestra vida se lleve a cabo.
Ahora que ya reconocimos lo que satanás quiere destruir en nuestra vida, el propósito que Dios nos ha dado, respondamos a la pregunta ¿Cómo trata satanás de destruir, de frenar, de anular el propósito de Dios en nuestra vida? Para responder esta pregunta tenemos que ver lo que satanás hizo para tratar de destruir la vida de Jesús y su propósito para este mundo.
I. SATANÁS TRATARÁ DE DESTRUIR EL PROPÓSITO DE DIOS EN NOSOTROS POR MEDIO DE LA MUERTE. (MATEO 2:13-16)
Desde que nació nuestro Señor Jesucristo, tenía un enemigo a muerte que usó a Herodes para tratar de matarlo.
En muchas ocasiones satanás incitó a la gente para que trataran de matar a Jesús, pero más que matar a Jesús, su objetivo era que Él no pudiera llevar a cabo su propósito de salvación.
  • Trataron de tirarlo de un precipicio en una montaña (Lucas 4:28-30).
  • Trataron de apedrearlo (Juan 10:29-31).
  • Al final logró incitar a todo el pueblo para que pidieran que Jesús fuera crucificado (Marcos 15:12-14)
Pero satanás no entendió que precisamente su muerte era el cumplimiento de su propósito para salvarnos ¡aleluya!
Ahora Satanás sigue utilizando la muerte para tratar de impedir que el propósito de Dios en la vida de las personas se cumpla. ¿Cómo?...
ABORTO: Satanás incita a las mujeres a abortar, es decir, a matar a sus propios hijos, y por eso también satanás incita para que los gobiernos aprueben leyes a favor del aborto, para que miles o millones de niños que tienen un propósito de Dios en su vida no nazcan.
Querida hermana, tú que estas leyendo esto y estás pensando en abortar, recuerda que no solamente estás cometiendo el pecado de matar, sino que también estás destruyendo una vida con un propósito de Dios que tú aun no conoces; quizá matarás a un pastor, a un evangelista, a un amoroso padre, a una madre preciosa, a una misionera, o a una gran predicadora. Tienes que saber que antes que tú supieras que estabas embarazada ya nuestro Dios había visto a tu bebé y puso en él o en ella un propósito (Salmo 139:16/Jeremías 1:5)
SUICIDIO: Satanás también usa la muerte para destruir el propósito de Dios cuando incita a las personas al suicidio, a quitarse la vida ellas mismas; y lamentablemente aún muchos hijos de Dios, muchos cristianos y cristianas, que están pasando por grandes crisis en sus vidas y han caído en la depresión, están pensando también en quitarse la vida, pero debes saber que la muerte, el suicidio no es una solución para los problemas de tu vida. Aunque satanás quiere hurtar, matar y destruir, nuestro Señor Jesucristo nos ha dado vida en abundancia. No creamos las mentiras de satanás sino la verdad de nuestro Dios.

Distracciones peligrosas

En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos por los otros. Juan 13;35
El artista Sigismund Goetze sorprendió a la Inglaterra de la era victoriana con una pintura titulada «Despreciado y rechazado por los hombres», donde mostraba al Jesús sufridor y condenado, rodeado de personas de la generación del pintor. Estaban todas tan envueltas en sus propios intereses —negocios, romances, políticas— que no se daban cuenta del sacrificio del Salvador. Indiferente a Cristo, la multitud que lo rodeaba se asemejaba a aquellos que, al pie de la cruz, no tenían ni idea de la situación ni de la Persona que tenían delante.
En nuestra época, tanto los incrédulos como los creyentes se distraen fácilmente de las cosas eternas. ¿Cómo pueden los seguidores de Cristo percibir la verdad del gran amor de Dios en medio de la niebla de distracciones? En primer lugar, amándonos unos a otros, tal como Jesús dijo: «En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos por los otros» (Juan 13:35). Y luego, compartiendo el evangelio para atraer a otros al Salvador. Como escribió Pablo: «somos embajadores en nombre de Cristo» (2 Corintios 5:20).
De este modo, el cuerpo de Cristo puede reflejar y proyectar el amor de Dios, que tan desesperadamente necesitamos, tanto unos a otros como a quienes nos rodean. 
Señor, ayúdame a reflejar tu amor y a hablarles de ti a otros hoy.
A un mundo que vive en la neblina de las distracciones, nosotros le ofrecemos la luz de la buena noticia de Jesús.

Papá tengo hambre

Pasaba del medio día, el olor a pan caliente invadía aquella calle, y un sol abrasador invitaba a tomar un refresco.
Ricardito no aguantó el olor apetitoso del pan y dijo:
Resultado de imagen de Papá tengo hambre¡Papá tengo hambre!
El padre, Manuel, sin tener un céntimo en el bolsillo, habiendo caminado desde muy temprano buscando un trabajo, miró con los ojos mareados al hijo y le pidió un poco más de paciencia…
Pero papá, ¡desde ayer no comemos nada, tengo mucha hambre, papá!
Avergonzado, triste y humillado en su corazón de padre, Manuel le pide al hijo esperar en la acera mientras entra en la panadería que estaba enfrente.

Al entrar se dirige a un hombre en el mostrador:
Señor, estoy con mi hijo de tan sólo 6 años en la puerta, con mucha hambre, y no tengo ni siquiera una moneda, pues salí temprano para buscar un empleo y nada encontré; le pido en el nombre de Jesús, que me dé un pan para que pueda matar el hambre de ese niño. A cambio puedo barrer el piso de su establecimiento, lavar los platos y vasos u otro servicio que usted necesite.
A Amaro, el dueño de la panadería, le extraña que aquel hombre de semblante tranquilo y sufrido, pida comida a cambio de trabajo y le dice que llame al niño…
Manuel toma a su hijo de la mano y se lo presenta a Amaro, que inmediatamente pide que los dos se sienten junto al mostrador, y le pide a su esposa que les sirva dos platos de comida del famoso PLATO DEL DÍA: ARROZ, HABAS, CARNE MOLIDA Y HUEVO.

Para Ricardito era un sueño comer después de tantas horas en la calle.
Pero para Manuel un dolor más, ya que comer aquella comida maravillosa le hacía recordar a su esposa y a sus dos hijos, que quedaron en casa solamente con un puñado de arroz… Gruesas lágrimas bajaban de sus ojos ya desde el primer bocado.
La satisfacción de ver a su hijo devorando aquel sencillo plato como si fuera un manjar de los dioses y el recuerdo de su pequeña familia en casa, fue demasiado para su corazón tan cansado después de más de 2 años de desempleo, humillaciones y necesidades…
Entonces, Amaro se aproxima a Manuel, y percibiendo su emoción, bromea para relajarlo: ¡OH, María! Tu comida debe estar muy indigesta… Mira a mi amigo, ¡hasta está llorando de tristeza por ese plato!
Inmediatamente, Manuel sonríe y dice que nunca comió una comida tan apetitosa, y que le agradecía darle ese placer.
Amaro pide entonces que él tranquilice su corazón, que almorzase en paz y después conversarían acerca de trabajo…
Más tranquilamente, Manuel seca las lágrimas y empieza a almorzar, ya que su hambre estaba agobiándolo…

Después de la comida, Amaro invita a Manuel a conversar en el fondo de la panadería, donde había un pequeño escritorio… Manuel cuenta que hace más de 2 años que había perdido el empleo y desde entonces, sin ninguna especialidad profesional y sin estudios, estaba viviendo de pequeñas “chapuzas aquí y allí”, pero que ya hacía 2 meses que no recibía nada…
Amaro resuelve entonces contratar a Manuel para servicios generales en la panadería, y le prepara al hombre una cesta con alimentos para, al menos, 15 días…
Manuel, con lágrimas en los ojos, agradece la confianza de aquel hombre y señala el día siguiente como su inicio en el trabajo…