martes, 20 de agosto de 2013

¿Por qué debo creer en la resurrección de Cristo? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Respuesta: Es reconocido y está bien establecido el hecho de que Jesucristo fue ejecutado públicamente por crucifixión en el primer siglo d.C., en Judea bajo Poncio Pilato, a petición del Sanedrín judío. Los relatos históricos no cristianos de Flavio Josefo, Cornelio Tácito, Luciano de Samosata, Maimónides y del Sanedrín judío, corroboraron las declaraciones de los primeros cristianos, que atestiguaron estos importantes aspectos históricos de la muerte de Jesucristo.

En cuanto a Su resurrección, hay muchas líneas de evidencia que hacen este caso irrefutable. Un famoso abogado resumió el entusiasmo y confianza cristianos en la solidez del caso de la resurrección, cuando escribió “He sido abogado defensor por más de 42 años, habiendo ejercido en muchas partes del mundo y aún estoy en servicio activo. He sido afortunado en asegurar un buen número de éxitos en diversos procesos jurídicos y puedo asegurar inequívocamente, que la evidencia de la Resurrección de Jesucristo es tan abrumadora, que obliga a aceptarla por las pruebas que no dejan lugar a dudas.”

La respuesta de la comunidad secular a la misma evidencia, ha sido predeciblemente apática, acorde con su leal compromiso con el naturalismo metodológico. Para quienes no están familiarizados con el término, el naturalismo metodológico es el empeño de explicar todo en términos de causas naturales, y por causas naturales solamente. Si algún supuesto evento histórico desafía una explicación natural (por ejemplo una resurrección milagrosa), los eruditos seculares generalmente lo tratan con exagerado escepticismo, a pesar de la evidencia, sin importar lo abrumadora que ésta sea.

Tal inflexible fidelidad a las causas naturales, a pesar de la clara evidencia de lo contrario, no conduce a una investigación imparcial (y por lo tanto adecuada) de la evidencia. Una postura científica e histórica más flexible ha dicho, “El ser forzado a creer sólo en una conclusión... violaría la propia objetividad de la ciencia misma.” Habiendo dicho esto, procedamos ahora a examinar varias líneas de evidencia a favor de la resurrección.

- La Primera Línea de Evidencia para la Resurrección de Cristo.
Para comenzar, tenemos el demostrable y sincero testimonio de testigos oculares. Los apologistas del cristianismo primitivo citaron a cientos de testigos oculares, algunos de los cuales documentaron las experiencias de sus propias declaraciones. Muchos de estos testigos oculares, gustosa y resueltamente, soportaron prolongadas torturas y la muerte misma, antes que repudiar su testimonio. Este hecho certifica su sinceridad, descartando un fraude por parte de ellos. De acuerdo con el registro histórico, (por ejemplo El Libro de los Hechos 4:1-17, Cartas de Plinio a Trajano X, 96, etc.) leemos, “Muchos cristianos podrían terminar su sufrimiento simplemente con renunciar a la fe. En vez de eso, parece que la mayoría optó por soportar el sufrimiento y proclamar la resurrección de Cristo de la muerte.”

Aún cuando el martirio es algo admirable, no es necesariamente demostrativo. Éste no valida una creencia tanto como a quien la cree (al demostrar su sinceridad de una manera tangible). Lo que hace que el martirio de los primeros cristianos sea algo extraordinario, es que ellos demostraban con ello si lo que estaban pregonando era verdad o no; si vieron a Jesucristo vivo después de Su muerte o no lo hicieron. Esto es lo extraordinario. Porque si todo fuera sólo una mentira, ¿por qué muchos seguían sosteniéndola dadas las circunstancias? ¿Por qué conscientemente se aferrarían a una mentira sin validez alguna, hasta el punto de enfrentar persecución, prisiones, tortura y muerte?

Por el contrario, el 11 de septiembre del 2001 (derribo de las Torres Gemelas, en Nueva York), los terroristas indudablemente creían lo que profesaban (evidenciado por su decisión de morir por ello), pero no pudieron saber y no supieron si el origen de sus creencias era o no verdad. Ellos pusieron su fe en tradiciones transmitidas a ellos por muchas generaciones. En contraste, los primeros mártires cristianos fueron la primera generación. O ellos vieron lo que aseguraban haber visto, o no.

Entre los más ilustres que profesaron haber sido testigos oculares estaban los apóstoles. Ellos colectivamente sufrieron un cambio innegable, después de las declaradas apariciones de Cristo posteriores a Su resurrección. Inmediatamente después de Su crucifixión, ellos se escondieron temiendo por sus vidas. Pero después de la resurrección, ellos tomaron las calles y valientemente proclamaban la resurrección, a pesar de la intensa persecución que sufrían. ¿Qué explicación habría para su repentino y dramático cambio? Ciertamente no era una ganancia financiera. Los apóstoles renunciaron a todo lo que tenían para predicar la resurrección, incluyendo sus vidas.

¿Te importa lo que Dios piensa? - Meditaciones, Reflexiones

En ocasiones vamos por la vida viviendo de una forma en la que no tomamos en cuenta a Dios. No se trata sólo de las personas que no conocen de Dios, sino también de aquellos que ya le conocen y deciden vivir para Él.
Parece increíble cómo nosotros muchas veces, a pesar de haber sido perdonados, llegamos a unos momentos en los que hacemos cosas que a Dios no le agradan, a pesar de que sabemos que son incorrectas.
Nuestra actitud frente a la vida, frente a los problemas y frente a las tentaciones, muchas veces denotan como si no nos importara lo que Dios piensa sobre el asunto. Y es que muchas veces vivimos aprovechándonos de la misericordia de Dios, sabiendo que si fallamos podemos llegar delante de Él y pedirle perdón, ya que Dios, cuando haya oportunidad, nos perdonará siempre que se lo pidamos, pero, ¿es una actitud correcta de un verdadero hijo de Dios, aprovecharse de su gracia y misericordia para seguir pecando?
¿Qué dice la Biblia respecto a esto?: “¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?” Romanos 6:1-2 (Nueva Versión Internacional).
¿Por qué no nos hacemos una pregunta este día y la contestamos de la manera más humilde y sincera que podamos?, pregúntate lo siguiente:

¿Realmente me importa lo que Dios piensa?

Es decir, ¿realmente te importa que a Dios no le agrada lo que estás haciendo? ¿Realmente te importa agradarle? ¿Realmente te importa estar bien con Dios? ¿Te importa que Dios dice en su Palabra que lo que estás haciendo es incorrecto? ¿Te importa que Dios no apruebe lo que estás llevando a cabo? ¿Realmente te importa lo que Dios quiere para tu vida?
Seamos sinceros, a veces vivimos con una actitud mala con Dios. A pesar de que no le decimos que no nos importa lo que piense o quiera para nosotros, con nuestras actitudes se lo gritamos.
¿Sabías que lo que estás haciendo se llama adulterio? ¿Sabias que lo que estás practicando se llama fornicación? ¿Sabias que estás mintiendo deliberadamente y que mentir es pecado? ¿Que sentir atracción hacia tu mismo sexo no está avalado por la Biblia? ¿Que abortar es asesinar y la Biblia dice que no debemos matar? ¿Que almacenar odio o rencor hacia otra persona es pecado? ¿Que fumar daña tu cuerpo que es templo y morada del Espíritu Santo? ¿Sabias que esas conversaciones que estás manteniendo con esa persona no son decentes? ¿Sabias que los planes que estás fabricando no le agradan a Dios?

El milagro desapercibido - Devocional - Vídeo

Muchas personas dicen o aseguran no haber visto nunca un milagro. El mundo y los medios de comunicación han hecho creer a la gente que los milagros tienen que ser algo muy trascendental y extraordinario, algo que nadie espera.
baby
Un ejemplo claro está en cuando piensan que estar en esta tierra o ver nacer un bebé es algo normal y natural, que no tiene una mayor trascendencia. Reconocen tan sólo el milagro de un nacimiento, cuando el médico dice que el embarazo corría riesgo y que sólo un milagro podría hacer que llegase a término. Y no nos percatamos de que la vida en sí misma es ya un milagro, pues a pesar de realizar diversos estudios durante la gestación, no existe una seguridad completa de que el embarazo llegue a término y bien,... que todo podría pasar.
Cada uno de nosotros fue creado por las manos de Dios y ya somos un milagro sólo por el hecho de haber nacido en esta tierra.
Los problemas, las pruebas, las malas experiencias con algunas personas, tal vez hagan que creas que tu vida no vale nada o que no deberías estar vivo porque fracasaste en algo. Te lastimaron o no encuentras el rumbo que debes seguir, pero, ¿crees que Dios se equivocó al crearte? No, Dios es perfecto y todo lo que crea lo hace con amor y con un fin. Él sólo crea lo que quiere crear.

Mis Raíces - Crecimiento personal - espiritual

En algún lugar, en algún momento, oí a decir a alguien: “La pasión no es sólo voluntad, tampoco intención de tenerla, es un fuego que arde y que es encendido por un simple fósforo, un fósforo compuesto de entusiasmo cubierto de una experiencia de fracaso, teniendo que levantarnos y probar una y otra vez”.
A lo largo del camino he sido formada de manera que puedo relacionarme con esta afirmación con mucha empatía y sensibilidad. Yo era una mediocre estudiante para mis maestros, tan sólo una muchacha para mis amigos y una chica más en este mundo. Tuve mucho más que probar, mucho más por lo que vivir.
Pasaron muchos días y nunca supe cómo mirar al futuro, cómo estaría, qué haría y qué querría. La vida, una palabra sencilla, tenía un significado demasiado simple para mí de tan sólo vivirla y hacer mis tareas. Y estas tareas que tenía eran las de una chica normal que asiste al colegio. Entiendo que aquello fuera parte de mí por mucho tiempo.
No fue sino hasta entonces, más tarde, que siendo juzgada y percibida mal, y prejuiciada alguna vez que otra, cuando me senté y recapacité. No fue sino hasta el día en que la vida me llevó a darme cuenta, de que la mediocridad se percibía en mí como mi virtud. Así fue como yo, por primera vez en mi vida, sentí que tenía algo que demostrar, más que considerar mi virtud; mi meta sería aspirar a ser algo más que otra muchacha más. Tuve que luchar por mi existencia; aquello era lo que me mantendría viva. Con un poco de esperanza y un poco de fe en mí misma, decidí tomar mis riesgos.

El Árbol de los Problemas - Reflexiones - Vídeo

El carpintero que había contratado para ayudarme a reparar una vieja granja, acababa de finalizar un duro primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se estropeó y le hizo perder una hora de trabajo, y después su antiguo camión se negó a arrancar.
Entonces, mientras le llevaba a casa, se sentó en silencio, y cuando llegamos me invitó a conocer a su familia.
Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol, tocando las puntas de las ramas con ambas manos. Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación.
Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos hijos pequeños y le dio un beso a su esposa.
Posteriormente me acompañó de nuevo hasta mi automóvil. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que le había visto hacer un rato antes.
“Oh, ese es mi árbol de problemas”, contestó. Sé que yo no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa. Luego, por la mañana, los recojo otra vez.
Lo divertido es, añadió sonriendo, que cuando salgo por la mañana a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior.