martes, 22 de julio de 2014

Sacerdocio del Cristiano

El sacerdote de Dios por los méritos dados por el gran sumo sacerdote Cristo, tiene un gran llamado en este siglo 21 en el que estamos viviendo.
La Iglesia está formada por personas transformadas por el sacrifico expiatorio de Jesús. Y sabemos que Cristo pagó un gran precio que ningún ser humano podrá pagar. Pero hay algo que como Iglesia, Jesús nos encomendó la gran comisión de predicar las buenas nuevas de salvación.
En el libro de Hebreos 5:7 y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y suplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente
Todos sabemos que Cristo se humilló hasta la muerte y muerte de cruz, pero hay algo que el libro de los Hebreos recalca y son sus lágrimas. Dios en su palabra, nos habla de la humillación, pero una cosa es leerlo y muy diferente sentirlo en obra en nuestro corazón. 
El capitulo 2 versículo 17 de Joel: “…entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová…” 
Joel 2:12 “… por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento…”
Sabemos la situación que se vivía en el tiempo del profeta Joel, donde las plagas, la langosta y la oruga de la vid habían arrasado los campos. Somos templos del dios viviente, vemos la situación en que vive nuestra nación y el mundo. 

¿Quiénes son los Testigos de Jehová y cuáles son sus creencias?

La secta actualmente conocida como los Testigos de Jehová, comenzó en Pensilvania en 1870 como un estudio bíblico iniciado por Charles Taze Russell, quien nombró a su grupo “Millennial Dawn Bible Study”. (Estudio Bíblico del Amanecer Milenial). 
Charles T. Russel comenzó a escribir una serie de libros a los que llamó "El Amanecer Milenial" y que se extendieron hasta seis volúmenes antes de su muerte, conteniendo mucha de la teología que los Testigos de Jehová siguen hasta hoy. Después de la muerte de Russel en 1916, el Juez J. F. Rutherford, amigo y sucesor de Russel, escribió el séptimo y último volumen de la serie El Amanecer Milenial, "El Misterio Consumado" en 1917. La Sociedad Bíblica del Atalaya fue fundada en 1886, y  "su" biblia, basada en El Amanecer Milenial, rápidamente se convirtió en el vehículo a través del cual el movimiento "El Amanecer Milenial" comenzó a compartir sus opiniones a otros. El grupo fue conocido como los “Russelitas” hasta 1931, cuando a causa de una división en la organización, fue renombrada como “Los Testigos de Jehová”. El grupo del cual se separó, se conoce como los “Estudiantes de la Biblia.”

¿En qué creen los Testigos de Jehová? Un minucioso estudio de su posición doctrinal en temas como la Deidad de Jesús, la Salvación, la Trinidad, el Espíritu Santo, la Expiación, etc., demuestra más allá de toda duda, que ellos no se ajustan a una posición cristiana ortodoxa sobre estos temas. 

Los Testigos de Jehová creen que Jesús es el arcángel Miguel, el más alto ser creado. Esto contradice muchas Escrituras, las cuales declaran que Jesús es Dios (Juan 1:1,148:5810:30)
Así mismo, los Testigos de Jehová creen que la salvación se obtiene mediante una combinación de fe, buenas obras, y obediencia. Esto contradice innumerables Escrituras, las cuales declaran que la salvación se recibe por medio de la fe (Juan 3:16Efesios 2:8-9Tito 3:5). 
Los Testigos de Jehová rechazan la Trinidad, creyendo que Jesús fue un ser creado, y que el Espíritu Santo es esencialmente, el poder de Dios. Los Testigos de Jehová también mantienen una equivocada teoría sobre la expiación, en la cual la muerte de Jesús pagó únicamente por lo que la raza humana perdió cuando Adán pecó, llamándolo, el derecho a la vida perfecta en la tierra. Por lo tanto, ellos creen en una combinación de fe más la realización de obras acordadas, donde el pecado y la muerte son generosamente expiadas por Cristo, pero la perfección física para salvación, es alcanzada a través del esfuerzo personal, aparejada con la fe en Cristo.

¿Cómo justifican los Testigos de Jehová esas doctrinas anti-bíblicas? (1) Ellos argumentan que a través de los siglos, la Iglesia ha corrompido la Biblia, y (2) Ellos han retraducido la Biblia, a lo que ellos llaman "La Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras". “La Sociedad Bíblica del Atalaya” alteró el texto original de la Biblia para lograr que encajasen sus falsas doctrinas, en vez de basar sus creencias en lo que enseña la Biblia. La Traducción del Nuevo Mundo ha pasado por numerosas ediciones, en la medida que los Testigos de Jehová descubren más y más Escrituras que contradicen sus doctrinas.

Buenas obras

La luz encuentra en las buenas obras su resplandor más pleno. 
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.
Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa.
Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.
De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 5:13-20

Sobre la identidad del cristiano, Cristo nos enseña: "Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos." La frase nos da una interesante pista, acerca de la forma en que podemos dejar que esta luz brille delante de los hombres. Una parte esencial de nuestro llamado es dedicarnos a las buenas obras. El mensaje conjunto de las Escrituras respecto a este tema es abrumador.
Considere algunos de los siguientes pasajes: -Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. (Efesios 2.10),  

-Presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras. (Tito 2.7), 
-quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. (Tito 2.14), 
-Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. (Tito 3.8). 
El discípulo debe estar ocupado en las buenas obras que Dios ha preparado para él.

Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras (Hebreos 10.24). 

Manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. (1 Pedro 2.12)

La totalidad de estos pasajes, y muchos otros, señalan que el discípulo debe estar ocupado en las buenas obras que Dios ha preparado para él. Estas buenas obras serán tan diversas como las que 
tuvo el ministerio de Jesucristo en la tierra. Lo importante no es la manera específica en que se llevan a cabo estas obras, sino entender que son la manifestación de un deseo profundo de bendecir a los que están a nuestro alrededor, de hacerles bien, porque a nosotros se nos ha hecho bien. No existe en esta actitud, el deseo de "enganchar" a las personas para nuestro grupo, ni de convertirlos a nuestra religión. Más bien es el anhelo de revelar que seguimos a un Dios cuyo deleite es bendecir.

¿Por qué debemos orar cuando Dios sabe ya lo que queremos?

Es verdad que Dios conoce todo, y por lo tanto Él sabe de antemano lo que queremos... y lo que necesitamos. Pero esa verdad necesita ser validada con el hecho de que Él ha querido darnos la libertad de escoger y la libertad de actuar. Él escucha nuestras peticiones, así como las responde cuando las condiciones son correctas. Santiago 4:2 dice que si nos hace falta algo es debido a nuestra falta de oración, …pero no tenéis lo que deseáis, porque no pedís.”Al pedir, tomamos una posición de dependencia de Dios y así le honramos.
-Debemos orar porque el Señor nos ha mandado hacerlo. La orden de “pedir,” "buscar” y “tocar” en Lucas 11, es en referencia a la oración. Lucas 18:1 nos demuestra nuestra obligación de orar. “Orad sin cesar,” y 1 Tesalonicenses 5:17, es también una orden. La obediencia así lo demanda.
-Debemos orar porque la oración cambia las cosas. Un hombre de Dios dijo, “Cuando oro, suceden consecuencias. Cuando no oro, éstas no ocurren.” Jesús dijo, “…pedid y recibiréis,” y Juan 16:24. Santiago nos dice que la oración eficaz del justo puede mucho.”
-Así mismo, la oración determina la medida de nuestra eficacia con el Señor. Está bien dicho que, podemos medir nuestra influencia por el número de personas que oran por nosotros. 
-Debemos orar porque la obra de Dios no se lleva a cabo sin la oración. Se puede trabajar sin orar, pero ese trabajo no es la obra del Señor.
-Debemos orar porque nunca nos acercamos tanto a la omnipotencia como cuando oramos en el Nombre de Jesucristo, el Señor. Nosotros nunca seremos omnipotentes, ni aún en los cielos, pero en la oración esgrimimos más poder que lo que podríamos hacer de cualquier otra manera.
-Debemos orar porque, tal como un escritor dijo, “Podemos cambiar eventos mundiales y organizar la historia, a través de simples pero poderosos instrumentos: la oración y el ayuno.” Fue el mismo escritor quien dijo que los cristianos a través de la oración, mantienen el equilibrio de poder en el mundo.
“¡Cuántos y cuán buenos ministerios los que tenemos en nuestras manos, para obrar maravillas con la dimensión prodigiosa de la oración! Podemos llevar rayos de sol a lugares fríos y sombríos. Podemos soltar las cadenas de esperanza en la prisión del desaliento. Podemos soltar las cadenas de los miembros de los prisioneros. Podemos llevar destellos y pensamientos de familia y gozo hasta lugares lejanos. Podemos llevar cordialidad celestial a los espiritualmente débiles, aunque éstos estén trabajando más allá de los mares...
¡Todos estos son milagros como respuesta a la oración! Grandes milagros demoran, simplemente porque no caemos suplicantes en nuestras rodillas. Asombra el hecho de que, nuestra voluntad, dada por Dios, puede crecer aunque sea débil, siempre que sea usada para orar. Todos necesitamos hacer una pausa y confesar nuestra falta de oración, arrepentimos de ello, y orar.

Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios

“Todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios, esto es a 
los que conforme a su propósito son llamados”. (Romanos 8:28)
Hace un tiempo, nuestra vida familiar experimentó un vuelco fuera de lo previsto. No vale la pena mencionar ahora los detalles. Solo les diré que en esa época, hasta hace unos días, eran muchos nuestros proyectos y nuestro futuro era bastante prometedor. Pero de repente, me encontré tratando de dilucidar qué proyectos continuaban, cuales se truncaban y qué otros habría que modificar para poder seguir adelante. Esto impactó directamente en el ámbito personal, familiar, incluso en nuestro ministerio.

Un súbito giro en nuestra vida nos puso a caminar en otra dirección. Una dirección desconocida y que ni remotamente estaba en nuestros planes. Literalmente pasamos de ir por la autopista al camino de tierra. Cuesta creer que hasta hacía una semana nuestra vida era una cosa y de repente, se transformó en otra totalmente distinta.
“Una de cal y una de arena” decimos. En la convicción de que “todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios…”, hoy puedo ver y no tengo la menor duda de ello, que estas dificultades fueron absolutamente necesarias.

Existen bosques en nuestro planeta, que periódicamente sufren voraces incendios que no dejan nada, pero al cabo de un tiempo emerge de las cenizas un bosque nuevo con fuerza y vigor. Parece que el incendio es parte del ciclo vital de la vida de esos bosques.
Con nosotros ocurre otro tanto. Tendemos a formular proyectos y adquirir hábitos que a nuestro saber y entender, están dentro de la Suprema Voluntad de Dios. Sin embargo, se nos escapa el detalle de que Dios puede que tenga otros planes para nosotros.