miércoles, 16 de septiembre de 2015

El Anillo

Es muy común ver en la actualidad, cómo un objeto o una joya se vuelve muy importante y representativo en nuestra vida. En las bodas los anillos tienen gran trascendencia, siendo símbolos de unión, pacto, fidelidad, amor y muchas cosas más.
Él había obsequiado a ella un hermoso anillo como muestra de su amor y unión, al iniciar una relación bajo la dirección de Dios, emprendiendo un noviazgo donde el temor a Dios era lo que primaba. Agradarlo y servirlo era un motivo y un deleite mutuo, tanto que el anillo simbolizaba eso. En la parte superior de éste, había dos corazones frente a frente y en medio de ellos una preciosa piedra de diamante; cada corazón representaba a cada uno de ellos, y la radiante piedra representaba a Dios, el cual era quien los unía y era el centro de todo.
el anilloHasta que poco a poco, fueron menguando en las cosas de Dios, ya no oraban como antes, asistían a la iglesia con poca frecuencia, servían ocasionalmente, porque era más la atención de uno al otro que la atención que sentían por Dios. Descuidaron todo lo que Dios les había dado, el liderazgo juvenil, la evangelización, el servicio, solo porque sentían que era más importante pasar tiempo con esa persona que con Dios.
Ella ya no lucía su anillo con tanta frecuencia, el diamante se iba aflojando,... pero un día se lo volvió a poner, y estando en una reunión de la iglesia, al mirar su mano, la hermosa piedra ya no estaba en su lugar, se había desprendido, el anillo ya no se veía hermoso.
Al ver esto, ambos sintieron un vacío en su corazón y una enorme tristeza solo de pensar que se había extraviado la piedra, pero más tristeza les causó reflexionar y ver que Dios ya no ocupaba ese primer lugar en su relación. Comenzaron a buscarda, y en medio de la búsqueda muchos pensamientos llegaron a sus mentes; era el Espíritu Santo redarguyéndolos por esa situación.
Los jóvenes lograron reaccionar a tiempo, volvieron a Dios, y las cosas cambiaron para bien, y mucho mejor que antes, y como muestra de ello, encontraron la piedra que se había perdido, la cual volvió a su lugar.

Levantando los brazos de tu pastor

“OS DARÉ PASTORES SEGÚN MI CORAZÓN…” (Jeremías 3:15)

Datos estadísticos revelan que el 50 por ciento de los que entran en el ministerio cristiano, lo dejan en un espacio de diez años a causa del desánimo. Asegúrate que no suceda lo mismo con tu pastor. 
Imaginemos la escena: Los soldados de Josué están en el valle peleando contra los amalecitas. Arriba en el monte se encuentra Moisés con los brazos elevados hacia el cielo. Mientras permanece en esta posición van ganando la batalla. Pero si alguna vez has intentado tener los brazos levantados durante mucho tiempo, sabrás lo difícil que es y lo pronto que los tienes que bajar. En el momento en que Moisés los bajaba, la batalla arreciaba en contra de Israel. 
Entonces Aarón y Hur sostuvieron los brazos de Moisés para que Israel prevaleciera. La victoria de ese día no se debió solo a las dotes guerreras de Josué, sino también a que Moisés logró tener los brazos levantados. Aarón y Hur ayudaron a que el líder no desmayara, y con ello salvaron a toda una nación.

Dios dijo: “Os daré pastores según mi corazón, que os apacienten con conocimiento y con inteligencia” (Jeremías 3:15). Si Dios te ha dado un pastor que te ama, que te alimenta espiritualmente y te dirige, apóyalo. ¡Levanta sus brazos! En el Tabernáculo del Antiguo Testamento, los candeleros tenían que estar encendidos día y noche, porque su luz simbolizaba la presencia de Dios en medio de su pueblo. Si la luz empezaba a parpadear, los sirvientes encargados de ese menester acudían de inmediato a poner más aceite para que volvieran a alumbrar con fuerza. ¿Captas la analogía? A ti te corresponde contribuir para que la luz de tu iglesia no parpadee, ni se apague el fuego del púlpito. Para ello, ora por tu pastor a diario y anímalo cuando se presente la oportunidad.


La Esposa del Líder

¿Quién es la esposa de un líder? ¿Es la esclava? ¿Tiene que estar en todas las actividades de su esposo? ¿Tiene que servir siempre a la gente? ¿Tiene que estar bien vestida y saber hablar? ¿Es la madre que tiene que abstenerse de ciertos placeres por estar con los hijos? ¿Tiene que complacer los caprichos del esposo, incluyendo las exigencias sexuales que él le hace?
La esposa del líder es simplemente una mujer.
Dios nos hizo así, simplemente mujeres. Nos dio el sexo femenino con la capacidad para ser las mujeres que Él ha querido que seamos en la vida. Nos creó para grandes cosas y para alabanza de Su gloria.
La esposa de un líder necesita saber su valor:
- Como mujer. Descubre quién eres, para qué estás en esta tierra, cuál es tu potencial y lánzate a la aventura de ser la mujer que Dios destinó que fueras.
- Como esposa. Y dijo Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. (En Hebreo EZER, Kenedog) que significa auxilio, socorro. La esposa necesita entender cuál es su posición dada por Dios, su rol, ser una mujer que apoya a su esposo pero que también se le opone cuando él se sale de los principios de Dios, y que le respeta en su posición de hombre, de cabeza del hogar.
- Como madre.
Herencia del Señor son los hijos, cosa de estima el fruto del vientre. Salmos 127.3
Amar a sus hijos incondicionalmente, no hacer comparaciones entre ellos, respetar sus puntos de vista, expresar amor hacia ellos cada día, ponerlos ante el altar de Dios , y recordar que no podemos cambiar a nadie; soltarlos y dejar que Dios haga Su obra en cada uno de ellos.

Entre Dios y tú

Es fundamental congregarse en una iglesia, estar en un ministerio, servir. Es de mucha ayuda y alimento espiritual, ver programas que enseñen una sana doctrina, escuchar prédicas, ir a congresos, encuentros, conciertos donde se alabe y adore a Dios.
Es cierto que hay momentos para todo en la vida sin excepción. Como también lo es que todos nuestros problemas tienen la misma solución cuando se llama a Dios. Podemos contárselos a muchas personas, actuar  y buscar diferentes soluciones pero solo aquella es la acertada.
entre Dios y ty
Todos esos sentimientos que tenemos guardados en lo más profundo de nuestro corazón, solo Nuestro Padre Celestial los conoce; cosas que para los demás son difíciles de entender y fáciles de juzgar, aunque nos conozcan desde hace varios años, o aunque sean nuestros grandes amigos, todas se solucionan en lo secreto, en la intimidad con Dios, estando a solas con Él.
Buscamos consejos en ciertas personas, soluciones, opiniones, pero hay experiencias que solo lograremos experimentar cuando estemos con un corazón contrito y humillado delante de Dios, rendidos y postrados delante de Él. Si te ha pasado sabes de qué se trata, de lo contrario anhélalo y búscalo.
¨Más si desde allí buscares a Jehová tú Dios, lo hallarás, si lo buscares de todo tu corazón y de toda tu alma.¨ Deuteronomio 4:29 (Reina-Valera 1960).
Bien lo dice el salmista, e ilustrado en una canción de Danilo Montero en una de sus obras: "Hay momentos que no deberían terminar"; y no hace referencia a los momentos que pasamos en nuestra vida cotidiana de buenas compañías, amistades, familia; sino a los momentos que pasamos a solas con Dios. Es entonces, cuando entendemos la verdadera adoración, cuando tenemos la sensación de que se acaban todas nuestras lágrimas, y no hay palabras para expresarlos, y si las hay, son palabras que también se acaban, y solo queremos estar en silencio, allí, abrazados con su amor; olvidándonos de todo lo que está alrededor, y no existe nada que robe nuestra atención, solo Él, Nuestro Padre.