“Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Gálatas 5:22-23
En el mundo espiritual existen dos clases de árboles que dan fruto, el árbol del fruto bueno y el del fruto malo. La Palabra de Dios nos enseña que el hombre bueno saca de su corazón lo bueno y el hombre malo saca de su corazón lo malo. Porque de lo que está lleno el corazón de eso hablamos (Lucas 6:43-45).
Asimismo, la Biblia nos dice que el carácter del cristiano es producido por el Espíritu Santo, no por su propio esfuerzo. Por lo que si vivimos por el Espíritu, debemos andar por el Espíritu.
¿Cuáles son los frutos del Espíritu que caracterizan el carácter cristiano?
Amor: Busca siempre el bien de los demás.
Amar es una decisión madura que no se basa en emociones. Es un compromiso; compromiso de proteger y querer (amar) a nuestro prójimo como a uno mismo, sin importar las circunstancias. (Juan 3:16, Juan 15:9, Juan 15:12-14, 1 Juan 4:7-12)
Gozo: Un gozo o alegría perpetuo sin importar las circunstancias.
El gozo va más allá de lo económico, el éxito o los bienes materiales; proviene de nuestro interior, lo produce el Espíritu Santo. El creyente experimenta el gozo en su vida, al recibir a Cristo en su corazón, porque sin haber visto a Jesús, por su fe recibe la salvación en Cristo. (Lucas 10:21, Juan 17:13, Juan 16:22-24, 1 Pedro 1:8-9)
Paz: Vive confiado entre las personas.
El creyente experimenta la paz cuando reconoce a Dios como Soberano y Todopoderoso, le entrega su vida y el control de las circunstancias. Vive libre de temores, miedos y pensamientos de angustia, porque como dice la Biblia, solo Jehová nos hace vivir confiados (Salmos 4:8, Isaías 9:6-7, Romanos 14:19, Filipenses 4:6-7).
Paciencia: Tardo para la ira y grande en misericordia.
Hacer caso omiso a los agravios y mantener la calma. Tener dominio propio le permite al creyente dominar sus impulsos y reacciones ante una injusticia, enfrentamiento o ataque espiritual. El entendido guarda silencio, pero el necio crea contienda (Éxodo 34:6, Proverbios 14:29, Proverbios 15:18, 1 Tesalonicenses 5:14, Santiago 5:8-9).
Paciencia: Tardo para la ira y grande en misericordia.
Hacer caso omiso a los agravios y mantener la calma. Tener dominio propio le permite al creyente dominar sus impulsos y reacciones ante una injusticia, enfrentamiento o ataque espiritual. El entendido guarda silencio, pero el necio crea contienda (Éxodo 34:6, Proverbios 14:29, Proverbios 15:18, 1 Tesalonicenses 5:14, Santiago 5:8-9).