domingo, 24 de noviembre de 2013

Quiero volver a confiar - Meditación

Fui criado con principios morales comunes:
Cuando era niño, madres, padres, profesores, abuelos, tíos, vecinos,
 eran autoridades dignas de respeto y consideración.
Cuanto más próximos o más viejos, más afecto nos dieron. Era
inimaginable responder con falta de educación a los más ancianos,
 a maestros o autoridades… HABÍA RESPETO.
Confiábamos en los adultos porque todos eran padres,
madres o familiares de todos los chicos
de la manzana, del barrio, de la ciudad…
Teníamos miedo de lo oscuro, de los sapos, ratones, o de películas de terror…
Hoy tengo una tristeza infinita por todo lo que hemos perdido.
Por todo lo que mis nietos un día temerán.
Por el miedo en la mirada de los niños, jóvenes, viejos y adultos.
¿Derechos humanos para criminales?,
¿deberes ilimitados para ciudadanos honestos?
¿Pagar las deudas es ser tonto?, ¿amnistía para los estafadores?
¿Los honestos son pendejos?, ¿No tomar ventaja es ser necio?

El arte de decir adiós - Devocional

Esto que escribo desde mi corazón, deseo que llegue directo al tuyo.
Hay días en los que nos sentimos más inspirados y podemos expresar mejor lo que pasa en nuestro interior. No sé si este es uno de esos días, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de que podamos compartir juntos este momento.

"Cuando llegamos a este mundo, parece como si desde el primer día nos estuvieran preparando para las despedidas. En la escuela primaria nos enseñan el ciclo de la vida. Experimentamos el hecho de que la mariposa que recogimos vuela y sigue su camino. Vivimos el triste momento de perder a nuestro amado perrito 
o a nuestra mascota preferida.

Nuestros amigos cambian, la gente nos traiciona, y las lecciones se aprenden.


Aprendemos a pedir perdón, aprendemos a disfrutar los momentos que Dios nos regala. Intentamos aprender a VIVIR, y morimos intentando encontrar la respuesta a esta pregunta, para luego darnos cuenta que no hay ninguna. Que la vida la haces tú, y que cada día escribes una nueva historia. Y en todo este aprendizaje, 
en todas las vueltas de la vida, las idas y venidas, las caídas y las subidas, 
muchos aprenden a simplemente...dejar pasar.
Hoy me pregunto, ¿cuán privilegiada es la persona que aprendió a dejar pasar, que aprendió a olvidar, que aprendió a seguir adelante?

¿Por qué enseñaba Jesús en parábolas? - Preguntas y respuestas bíblicas

Se ha dicho que una parábola es una historia terrenal con un significado celestial, y el diccionario de la RAE dice que es una narración de un suceso fingido, del que se deduce, por comparación o semejanza, una verdad importante o una enseñanza moral. El Señor Jesús con frecuencia usaba parábolas, como un medio para ilustrar verdades profundas y divinas. Historias que son fácilmente recordadas, así como las características de los personajes, y su simbolismo, rico en significado. Las parábolas eran una forma común de enseñanza en el judaísmo. Antes de emplearlas en Su ministerio, Jesús había usado muchas analogías gráficas, empleando cosas muy comunes que eran conocidas por todos (la sal, el pan, las ovejas, etc.), y su significado era bastante claro en el contexto de Su enseñanza. Pero las parábolas requerían de más explicación, y en un momento dado de Su ministerio, Jesús comenzó a enseñar utilizando exclusivamente éstas.

La pregunta es, ¿por qué Jesús dejaría que la mayoría de la gente se preguntara acerca del significado de Sus parábolas? El primer ejemplo de esto está en Su relato de la parábola de la semilla y las diferentes clases de suelos donde cae. Antes de que Él interpretara esta parábola, se llevó a Sus discípulos lejos de la multitud. Ellos le preguntaron, “¿por qué les hablas en parábolas? Y respondiendo Él, les dijo: Porque a vosotros se os ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. Porque a cualquiera que tiene, se le dará más, y tendrá en abundancia; pero a cualquiera que no tiene, aun lo que tiene se le quitará. Por eso les hablo en parábolas; porque viendo no ven, y oyendo no oyen ni entienden. Y en ellos se cumple la profecía de Isaías que dice:
"AL OÍR OIRÉIS, Y NO ENTENDERÉIS; Y VIENDO VERÉIS, Y NO PERCIBIRÉIS; PORQUE EL CORAZÓ
N DE ESTE PUEBLO SE HA VUELTO INSENSIBLE, Y CON DIFICULTAD OYEN CON SUS OÍDOS; Y SUS OJOS SE HAN CERRADO, NO SEA QUE VEAN CON LOS OJOS, OIGAN CON LOS OÍDOS, Y ENTIENDAN CON EL CORAZÓN, Y SE CONVIERTAN, Y YO LOS SANE.


Pero dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen. Porque en verdad os digo que muchos profetas y justos desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que vosotros oís, y no lo oyeron.” (Mateo 13:10-17).

A partir de este momento en el ministerio de Jesús, cuando Él hablaba en parábolas se las explicaba sólo a Sus discípulos. Pero aquellos que continuamente habían rechazado Su mensaje, eran dejados en su ceguera espiritual para preguntarse sobre su significado. Él hizo una clara distinción entre "a los que se les había concedido tener “oídos para oír” y aquellos que persistían en su incredulidad", aunque oyendo, pero nunca percibiendo realmente y “siempre aprendiendo, pero que nunca pueden llegar al pleno conocimiento de la verdad.” (2 Timoteo 3:7)

¿Por qué es Jesús único? - Preguntas y respuestas bíblicas

1. Él es el único, el unigénito Hijo de Dios (Salmo 2:7, 11.12; Juan 1:14; Lucas 1:35)

2. Él es eterno. Él ha existido desde la eternidad pasada, existe en el presente, y existirá por toda la eternidad en el futuro (Juan 1:1-3, 14, 8:58).


3. Sólo Jesús es el que llevó para sí nuestros pecados, para que pudiéramos obtener el perdón y ser salvados de ellos (Isaías 53; Mateo 1:21; Juan 1:29; 1 Pedro 2:24; 1 Corintios 15:1-3).


4. Jesús es el único Camino al Padre (Juan 14:6; Hechos 4:12; 1 Timoteo 2:5); no hay otro camino para la salvación. Él es el único justo, el que intercambió Su perfecta justicia por nuestro pecado (2 Corintios 5:21).

5. Sólo Jesús tenía el poder sobre Su propia muerte y la habilidad para retomar Su vida de nuevo (Juan 2:19, 10:17-18). Su resurrección no fue “espiritual” sino física (Lucas 24:39). Su resurrección de los muertos, para nunca morir de nuevo, le distinguen como el único Hijo de Dios (Romanos 1:4).

¿Te merece? - Meditación

Cuentan que había una vez un rey muy apuesto que estaba buscando esposa.
         Por su palacio pasaron todas las mujeres más hermosas del reino y de otros más lejanos; muchas le ofrecían además de su belleza y encantos muchas riquezas, pero ninguna le satisfacía tanto como para convertirse en su reina.
         Cierto día llegó una mendiga al palacio de este rey y a base de mucha lucha consiguió una audiencia.
         “No tengo nada material que ofrecerte; sólo puedo darte el gran amor que siento por ti” le digo al rey: “si me lo permites, puedo hacer algo para demostrarte ese amor”.
         Esto despertó la curiosidad del rey, quien le pidió que dijera qué era eso que podía hacer.
         “Pasaré 100 días en tu balcón, sin comer ni beber nada, expuesta a la lluvia, al sereno, al sol y al frío de la noche. Si puedo soportar estos 100 días, entonces me convertirás en tu esposa”.
         El rey, sorprendido más que conmovido, aceptó el reto. Le dijo: Acepto. Si una mujer puede hacer todo esto por mí, es digna de ser mi esposa.
         Dicho esto la mujer empezó su sacrificio.

Empezaron a pasar los días y la mujer valientemente soportaba las peores tempestades... Muchas veces sentía que desfallecía de hambre y frío, pero le alentaba imaginarse finalmente al lado de su gran amor. De vez en cuando el rey asomaba la cara desde la comodidad de su habitación para verla y le hacía señas de aliento con el pulgar.
         Así fue pasando el tiempo... 20 días... 50... la gente del reino estaba feliz, pues pensaban “¡por fin tendremos reina!”… 90 días... y el rey continuaba asomando su cabeza de vez en cuando para ver los progresos de la mujer. “Esta mujer es increíble” pensaba para sí mismo y volvía a darle aliento con señas.
         Al fin llegó el día 99 y todo el pueblo empezó a reunirse en las afueras del palacio, para ver el momento en que aquella mendiga se convertiría en esposa del rey. Fueron contando las horas... ¡a las 12 de la noche de ese día tendrían reina!... La pobre mujer estaba muy desmejorada; había enflaquecido mucho y contraído enfermedades. Entonces sucedió. A las 11:00 del día 100, la valiente mujer se rindió... Y decidió retirarse de aquel palacio. Dio una triste mirada al sorprendido rey y sin decir ni media palabra se marchó.