De igual manera, el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad, pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Romanos 8;26
¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. Romanos 8;34

Romanos 8, uno de los grandes y triunfantes
capítulos de la Biblia, declara: qué hemos de pedir como conviene no lo
sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
[…] conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos (Romanos 8:26-27).
El Espíritu Santo está orando hoy por ti.
Además, Cristo es el que murió; más aun, el que
también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también
intercede por nosotros (verso 34). El Señor Jesús, que vive, también está orando
por ti hoy.
¡Piénsalo! El Espíritu Santo y Jesucristo mencionan
tu nombre y tus necesidades a Dios Padre, quien escucha y obra a tu favor.
No importa qué suceda en tu vida o cuán confusa sea
tu situación, pues no enfrentas la vida solo. ¡El Espíritu y el Hijo están orando por
ti hoy!
Amado Dios,
me inclino a ti en humilde gratitud por las oraciones hechas a ti a mi favor por
el Espíritu y tu Hijo. ¡Qué verdad tan asombrosa!
El Espíritu
Santo y Jesús siempre están orando por ti.