sábado, 31 de octubre de 2015

Respuesta de la Biblia a la fiesta de Halloween

La Biblia no habla del Halloween. Sin embargo, un análisis del origen de esta celebración y las costumbres relacionadas con ella, demuestra que está muy ligada a creencias falsas sobre los muertos y los espíritus malvados, o demonios (“origen del Halloween y sus costumbres”).
Aunque muchas personas consideren que el Halloween es una diversión inofensiva, la verdad es que las prácticas asociadas a esta celebración no lo son. La Biblia dice claramente: “Nadie entre los tuyos deberá (...) servir de médium espiritista o consultar a los muertos” (Deuteronomio 18:10-12, Nueva Versión Internacional). Y también advierte: “No quiero que ustedes tengan algo que ver con los demonios. Ustedes no pueden beber de la copa del Señor, y también de la copa de los demonios” (1 Corintios 10:20, 21, Reina-Valera Contemporánea).

El Diezmo En El Nuevo Testamento

Los cristianos realmente no estamos obligados a diezmar, pero de las leyes del diezmo podemos extraer principios orientadores para nuestra ofrenda de hoy.
¿Debemos los cristianos diezmar? Algunos creen que estamos obligados a hacerlo. Dan testimonio de bendiciones recibidas por diezmar. Algunos de ellos, sobre la base de Malaquías 3:10 “Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa”, enseñan que debemos dar nuestros diezmos específicamente a nuestra iglesia. Sin embargo, otros dicen que la ley del diezmo ha caducado, y los cristianos no estamos obligados a diezmar. ¿Estamos obligados a diezmar? ¿Dios nos bendecirá si diezmamos? ¿Estamos obligados a dar nuestro diezmo a nuestra iglesia? ¿Ha caducado la ley del diezmo? ¿Qué debo estar haciendo yo y mi familia en cuanto al diezmo? Buscaremos respuestas a estas preguntas en la Biblia.

Historia del diezmo en la Biblia

El Diezmo antes de la Ley de Moisés.

Abram dio a Mequisedec, sacerdote del Dios Altísimo, el diezmo de todo el botín obtenido al derrotar a los cuatro reyes invasores (Génesis 14:17-20). Pareció ser un acto voluntario. En Bet-el Jacob prometió diezmar todo lo que Jehová le diera en su viaje a Harán (Génesis 28:20-22). Pareció ser un acto voluntario para persuadir a Jehová de cuidarlo y bendecirlo.

El Diezmo según la ley de Moisés.

Los israelitas estaban obligados a dar un diezmo de la tierra y del ganado a Jehová (Levítico 27:30-33). Este diezmo era para el sostén de los levitas (Números 18:21). Un diezmo se debería gastar en banquetes en el santuario central cada año (Deuteronomio 14:22-23, 26). Un tercer diezmo (o tal vez parte del segundo diezmo) debería darse cada tres años, guardarse en las ciudades y repartirse a los pobres (Deuteronomio 14:28-29). El diezmo se menciona pocas veces más en el Antiguo Testamento:
1. Amós criticó a los israelitas porque diezmaban creyendo que así agradaban a Dios, a la vez que cometían injusticias contra los pobres e indefensos (Amós 4:4).
2. En la reforma de Ezequías, los israelitas llevaron el diezmo del ganado y de la tierra al templo y lo depositaron allí (2 Crónicas 31:5-6). Se trata del diezmo para los levitas (verso 4).
3. En la reforma de Esdras, los judíos prometieron dar el diezmo de la tierra para el sostén de los levitas (Nehemías. 10:37), cosa que hicieron por un tiempo (12:47, 13:10, 12).
4. Malaquías acusó a los judíos de robar a Dios en sus diezmos, y les instó a traer el diezmo completo al templo de Jerusalén (el único templo de los judíos) y les prometió gran bendición (Malaquías 3:8-10). Se trata del diezmo para los levitas.
5. En tiempos neotestamentarios, los escritos rabínicos indican que los judíos daban importancia a, por lo menos, los primeros dos diezmos (Lucas 18:12, la oración del fariseo). Jesús reconoció que, por lo menos, algunos escribas y fariseos diezmaban de todo, y que lo deberían hacer, pero les criticó por creer que eso agradaría a Dios, aunque dejaban de lado la justicia, la misericordia y la fe (Mateo 23:23; Lucas 11:42).
6. No hay ningún pasaje neotestamentario que inste a diezmar después de la muerte de Cristo. Las únicas referencias al diezmo en Hechos-Apocalipsis se hallan en Hechos 7:2, 4, 5, 6, 8, 9; no instan a diezmar, sino que argumentan que el sacerdocio de Melquisedec fue superior al sacerdocio levítico, pues Melquisedec recibió diezmos de Abraham y, por lo tanto, también de Leví. El verso 5 indica que los diezmos eran parte de la Ley para Israel.
7. Los cristianos que diezman hoy, por lo regular no piensan en cómo aplicar todos los aspectos de la ley. Una excepción es la iglesia de Dios Universal: envían un diezmo a las oficinas centrales para ser repartido entre las iglesias y ministros, ahorran un diezmo para un retiro anual de la iglesia en un hotel de lujo y dan el tercer diezmo a los pobres.

Tiempo de Reír

Reír es saludable, aunque no es fácil cuando las circunstancias que nos rodean no son agradables. Pero todo tiene su tiempo, tiempo para llorar, tiempo para reír, tiempo para descansar, tiempo para decidir, etc.
Tiempo para reírEl Apóstol Pablo nos exhorta en Filipenses a gozarnos en el Señor siempre (a pesar de que él estaba en una cárcel), pues la razón para poder gozarnos en la vida descansa en Dios, quien cambia nuestro lamento en gozo, y de esta manera podemos tomar el tiempo para reír.
La vida es corta, y necesitamos pensar en cuánto tiempo invertimos en llorar, cantar, consolar, animar, y sobre todo reír, pues la risa es un remedio para el alma. Jesús nos dio el ejemplo, tuvo tiempo para sanar, amar, liberar, llorar, comer y gozarse con la gente. Haz un alto en este momento y ríete, ríete de ti mismo, de lo que has hecho que te produjo risa, y notarás que el estrés, que puedas estar sufriendo, baja de nivel; además, la risa es contagiosa y contribuirás para que otros tomen tiempo para reír.
Hay situaciones en la vida que nos causan risa, como es el caso de Sara cuando, siendo una anciana, se le anunció que tendría un hijo, y la Biblia menciona el momento cuando ella se rió, pues consideraba eso como inalcanzable. Pero como para Dios no hay nada imposible, al nacer su hijo tuvo su tiempo para reír, en este caso, de alegría y gratitud a Dios por cumplir Su Promesa. A veces Dios nos hace reír y nos anima a disfrutar de ese tiempo para reír.

El Hombre, Un Cuerpo Increíble

Hay cosas sorprendes del hombre, como las que provocan sentimientos encontrados en él. No puede permanecer indiferente ante una puesta de sol, o al contemplar un amanecer, menos incluso, tener una rosa roja en sus manos sintiendo en sus dedos la tersura de sus pétalos, o sentirse pequeño al enfrentarse desde una playa al inmenso mar. Son solo algunas cosas de tantas, que los sentidos humanos pueden percibir.
cuerpo humanoSin embargo, poco se da cuenta el hombre y la mujer lo que significan en sí mismos. El cuerpo humano tiene una gran capacidad de hacer cosas realmente increíbles. Tenemos como ejemplo: la nariz puede recordar unos cincuenta mil olores diferentes; el cerebro puede leer hasta mil palabras por minuto, como también puede producir electricidad suficiente para encender una bombilla. Si el cerebro fuera un ordenador, realizaría treinta y ocho mil millones de operaciones por segundo. Los huesos son más resistentes que el acero; los ácidos estomacales pueden disolver un objeto de metal, en fin, son tan solo una muestra de su poder. Lo lamentable de esto, es que el hombre no se ve a sí mismo como algo grandioso e increíble, y aprovecha poco las capacidades que posee.

Malagradecidos

“Den siempre gracias por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, a Dios, el Padre.”  (Efesios 5:20)
mal agradecidosSe cuenta que una vez, un líder espiritual que vivía en un pequeño pueblo pesquero, después de una terrible tormenta, colocó en una de las pilastras de la  iglesia, un cartel con los nombres de nueve pescadores, y sobre tales nombres, la frase: “Perdidos en el mar”.
La noticia cundió rápidamente por toda la ciudad, al extremo que uno tras otro, los  nueve hombres mencionados en el cartel, fueron al líder a protestar, porque ellos, si bien es cierto que habían naufragado, habían sido rescatados oportunamente. Por lo tanto, no se hallaban en calidad de extraviados, tal como anunciaba el cartel.
Días después, en la reunión dominical, el referido líder espiritual se dirigió a los presentes diciendo entre otras cosas lo siguiente: “El otro día se me pidió que orase por once pescadores que habían naufragado. De esos once, sólo dos vinieron después, a solicitarme que le diese gracias a Dios por haber permitido que fueran felizmente rescatados. Por lo tanto, al haberse acercado solo dos, supuse entonces que los otros nueve pescadores, si no vinieron a agradecérselo, era porque se habían ahogado”.