jueves, 30 de mayo de 2019

¿Por qué es importante creer en la inerrancia de la Biblia?

Resultado de imagen de ¿Por qué es importante creer en la inerrancia de la Biblia?Actualmente hay una tendencia a encogerse de hombros cuando se nos confronta con el error. En vez de preguntar como Pilato “¿Qué es la verdad?”, el hombre moderno dice, “Nada es verdad” o quizá “La verdad existe, pero no podemos conocerla”. ¡Vaya!, hemos crecido con la costumbre de ser engañados, y así, mucha gente parece acomodarse con la falsa noción de que la Biblia también contiene errores. 

Sin embargo, la doctrina de la inerrancia bíblica es extremadamente importante, porque la verdad sí importa. Este hecho lo refleja el carácter de Dios, y es fundamental para nuestro entendimiento de todo lo que enseña la Biblia. Estas son algunas razones por las que debemos creer absolutamente en la inerrancia bíblica: 


1. La misma Biblia declara ser perfecta. “Las palabras de Jehová son palabras limpias, como plata refinada en horno de barro, purificada siete veces” (Salmos 12:6)

“La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo” (Salmos 19:7). 
“Toda palabra de Dios es limpia” (Proverbios 30:5). Estas afirmaciones de pureza y perfección son declaraciones absolutas. Obsérvese que no dice “Casi todas las Palabras de Dios son puras” o “la Escritura es casi perfecta”. ¡No! El argumento de la Biblia es de una completa perfección, sin dar lugar a teorías de “perfección parcial”. 

2. La Biblia se sostiene como un todo. Si se descubriera que un periódico importante rutinariamente cometiera ciertos errores, sería rápidamente desacreditado. No valdría de nada decir “Todos los errores fueron confinados a la página 3”. Para que un periódico sea fiable en todas sus secciones, debe ser verídico en todo su contenido. De la misma manera, si la Biblia fuera inexacta cuando habla de geología, ¿por qué habría de confiarse en su teología? O es un documento fiable, o no lo es. 

¿Qué es la Biblia?

Un breve resumen del Libro de los libros.

Resultado de imagen de ¿Qué es la Biblia?La palabra “Biblia” proviene de las palabras griega y latina que significan “libro”; nombre muy apropiado, puesto que la Biblia es libro para toda la gente de todos los tiempos. Es un libro como no hay otro, único en su clase. 

Sesenta y seis diferentes libros forman la Biblia. En estos van incluidos libros sobre la ley, tales como Levítico y Deuteronomio; libros históricos, tales como Esdras y Hechos; libros de poesía, como Salmos y Eclesiastés; libros de profecía, como Isaías y Apocalipsis; biografías, como Mateo y Juan; y epístolas (cartas formales) como Tito y Hebreos. 

Los Autores

Cerca de 40 diferentes autores humanos contribuyeron para su formación, escrita dentro de un período aproximado de 1,500 años. Los autores fueron reyes, pescadores, sacerdotes, oficiales gubernamentales, granjeros, pastores y doctores. Esta diversidad de autores converge en una increíble unidad, con temas comunes entrelazados a través de toda ella. 

La unidad de la Biblia se debe al hecho de que, finalmente, tiene un Autor: Dios Mismo. La Biblia es
inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16). Los autores humanos escribieron exactamente lo que Dios quiso que escribieran, y el resultado fue la perfecta y santa Palabra de Dios (Salmo 12:6); 2 Pedro 1:21- porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Las Divisiones
La Biblia está dividida en dos partes principales: El Antiguo y el Nuevo Testamento. Como resumen, el Antiguo Testamento es la historia de una Nación, y el Nuevo Testamento es la historia de un Hombre. La Nación fue la forma como Dios trajo al Hombre al mundo. 

El Antiguo Testamento describe la fundación y preservación de la nación de Israel. Dios prometió utilizar a Israel para bendecir al mundo entero (Génesis 12:2-3). Una vez que Israel fue establecida como una nación, Dios levantó a una familia de entre esa nación a través de la cual vendrían las bendiciones: la familia de David (Salmos 89:3-4). Entonces, de la familia de David fue prometido un Hombre que traería la bendición prometida (Isaías 11:1-10). 
El Nuevo Testamento detalla la venida del Hombre prometido. Su nombre fue Jesús, y Él cumplió las profecías del Antiguo Testamento, porque vivió una vida perfecta, murió para convertirse en el Salvador, y resucitó de entre los muertos. 

La naturaleza de Dios y la mía

Una fábula dice así:
 
Resultado de imagen de La naturaleza de Dios y la míaSe cuenta que una vez, un maestro oriental vio cómo un alacrán estaba ahogándose en un pozo de agua y decidió sacarlo fuera. Cuando lo hizo, el alacrán lo picó duramente. La reacción al dolor hizo que el maestro lo soltara de inmediato y el animal cayó al agua, y en un instante estaba ahogándose de nuevo. 
El maestro intentó sacarlo una y otra vez; y cada vez que lo hacía el alacrán volvía a picarlo con su punzón, sin vacilar.
Un joven que estaba observando la escena, se acercó al maestro y le dijo: ¡Perdone; pero usted es terco! ¿No entiende que cada vez que intente sacar a este asqueroso animal del agua, lo picará? El maestro respondió: La naturaleza del alacrán es picar; pero esto no va a cambiar la mía, que es ayudarlo y salvarlo.
Entonces, ayudándose con la hoja de un árbol, el maestro sacó al escorpión del agua y le salvó la vida. El maestro no cesó en intentar encontrar la manera de salvar su vida.

Yo nací en iniquidad, y en pecado me concibió mi madre.

(NBLH, Salmo 51:5).


Después del pecado original en el Huerto del Edén, el hombre se escondió de Dios, avergonzado, con miedo, con necedad en su corazón, echándose las culpas uno a otro, con desesperación, a causa de su desobediencia y de su agravio al Creador.

Dios, que en esencia es amor, busca al hombre, lo encuentra, lo cuestiona, le hace túnicas de pieles, cubre su desnudez y los viste. De esta forma Dios promete el canal de salvación eterna, apunta y señala al Salvador. (Génesis 3:8-24).
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Al igual que el maestro oriental comprendía que el alacrán le seguiría picando cada vez que le extendiera su mano, pero decidió seguir salvándole y apuntando una manera de salvación: la hoja del árbol, Dios al igual comprendió que el hombre en su necedad, continuaría pecando, seguiría haciendo cosas desagradables a Él, seguiría produciendo punzadas en el corazón de Dios. !Pero no importa! Dios decidió seguir amándolo, Dios sigue extendiendo su gracia y propiciando un medio de salvación: ¡La sangre de Cristo, la cual nos limpia de todo pecado! Véase, 1 Juan 2:1.
Jesús dijo: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna. Este concepto debe penetrar en las mentes de los auténticos cristianos: Dios nos ama, nos acepta y quiere a cualquier precio una relación personal con nosotros. 
Él publica un medio de salvación incomparable e insustituible, Jesucristo y el derramamiento de Su sangre en propiciación por nuestros pecados.