domingo, 19 de octubre de 2014

Vida en vida

“Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre. ¡Gracias por hacerme tan maravillosamente complejo!  Tu fino trabajo es maravilloso, lo sé muy bien.” Salmos 139:13-14 NTV
El desarrollo del feto varía en cada trimestre del embarazo. En el primero, desde la concepción hasta las 12 semanas de la gestación, se forman los principales órganos del feto: corazón, intestino, estómago, etc. A partir del segundo, entre las semanas 13 y 27, sus órganos van madurando y adquieren mayor complejidad. En el último trimestre, entre las semanas 28 a la 40, el bebé se prepara para nacer. 
Es maravilloso que la mujer pueda llevar una vida en su vientre durante nueve meses y una vez que tiene al bebé en sus brazos, el corazón de ambos, junto al del padre, puedan ligarse para crear lazos de amor.
Alguien dijo una gran verdad respecto a los bebés: “su amor es el más puro” y es totalmente cierto, porque no hay nada malo en ellos, al contrario, son una fuente de felicidad.
Por desgracia, muchas madres y padres toman la decisión errónea de no dar valor a esa vida y la eliminan. Lo cierto es que ningún motivo justifica lo injustificable. Una vida es una vida. pues el embrión que se desarrolla en el cuerpo de la madre es mucho más que una simple parte de ella. Tiene una existencia aparte. ¡Es otra vida!

Con Jesús en la Barca

Cambia la tempestad en sosiego, y se apaciguan sus ondas… así los guía al puerto que deseaban. Salmo 107:29-30.
A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien. Romanos 8:28.
Con Jesús en la Barca
Al final de aquel día, Jesús dijo sus discípulos: “Pasemos al otro lado (Marcos 4:35). He aquí nuevamente, sus discípulos, pero esta vez Jesús había embarcado con ellos en medio de una tempestad en el mar de Galilea.
Los discípulos empezaron a temer por su vida. Pero si Jesús estaba con ellos, ¿qué podía ocurrirles? Pese a esto, en su angustia despertaron a Jesús, quien en un instante apaciguó los vientos. ¡Cuántos progresos hicieron esa noche los discípulos de Jesús! Ellos no tenían el recurso más apropiado frente a ese peligro, de hecho no tenían ninguna posibilidad, pero aprendieron a conocer la autoridad y el poder de su Maestro, y también a recibir su dulce reproche: “¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?

¿Cuántas veces ciertos acontecimientos que no habíamos previsto, y menos aún deseado, nos hunden en el temor, la angustia o el apuro? Esto no quiere decir que Dios esté en contra de nosotros, sino que esas circunstancias son conocidas y permitidas por el Señor. Él está presente como en la barca, para ayudarnos a atravesar esos momentos difíciles de la vida y enseñarnos algo de su grandeza y amor. De esta forma, tanto los acontecimientos más pequeños como los más importantes están en las manos del Dios que nos ama. Con sabiduría, Él permite que sus hijos atraviesen las tempestades sin temor ni angustia, sino apacibles y seguros de su fidelidad. ¡Confiemos completamente en Él! (1 Pedro 5:7).

Restauración

Alfredo era hijo del profesor del Instituto Botánico de Barcelona, en España. Juntos visitaban los numerosos jardines que se pueden hallar en las montañas de Montjuic, como voluntarios para ayudar a cuidarlo, pero también lo hacían para admirar lo hermoso de la creación de Dios.
Un día, al visitar uno de esos hermosos huertos, el niño encontró una planta con su flor, que estaba algo marchita. En seguida llamó a su padre, quien de inmediato la sacó desde la raíz para trasplantarla a una maceta pequeña. La llevaron a casa para tratar de reanimarla cambiándole la tierra, el abono y sujetándola a un palito, que serviría de apoyo para que su frágil rama no terminara de romperse. Para finalizar, la regaron con un poco de agua esperando que el tallo no estuviera demasiado seco para absorber el líquido vital.
Pasaron dos días y parecía que no había resultados.
-  Papá, dijo el niño, ¿por qué no reacciona?, ¿será ya demasiado tarde?
-  No Alfredo, respondió su padre, lo que pasa es que es un proceso lento. La raíz necesita absorber todos los componentes necesarios del abono de la nueva tierra donde ahora, está plantada. La planta solo necesita tiempo para que su tallo, sus hojas y la flor se hidraten. Solo debemos tener paciencia.
Llegado el cuarto día, la flor ya había retomado su color natural, sus hojas se abrieron, sus pétalos tenían un color más brillante y hasta se podía sentir una leve fragancia al acercarse. Unas cuantas semanas, y la flor ya no necesitaba el palito y estaba echando raíces. Entonces, Alfredo y su padre la llevaron nuevamente al jardín para que siguiera creciendo y adornando el lugar.

De esta obra eres el creador

Cuando miro las estrellas en el vasto firmamento, confirmo Tu existencia y con cuánto amor me has amado. Luego observo una luz muy brillante, es la luna cambiando de forma y que cuando se llena, muestra esplendorosa los matices que el gran Diseñador le dibujó. Me abruma ese cielo azul que adorna el suelo donde pisa Dios; suelo que de día se vuelve muy claro, por las tardes medio anaranjado y por las noches muy oscuro pero iluminado por toda clase de astros brillantes y hermosos.

Todo cuanto hay en la creación me evoca y me hace pensar en mi Supremo Creador. Porque Él hizo muchas cosas bellas para que nosotros, que somos su máxima creación, las disfrutáramos junto con Él.

Al mirar al cielo, yo encuentro una comunión y una paz casi inexplicable. Me pongo a meditar y a dialogar con mi Creador, y le pregunto por qué me ama tanto. Siento que soy inmerecedor de tanta gracia y amor, y me pregunto por qué Él es tan paciente y sublime conmigo. 
Hizo magnifica la Creación, pero empleó más tiempo y todo su corazón en crearnos a su imagen y semejanza. Bordó cada tejido y puso cada célula nuestra. A la naturaleza le habló y fue hecha por su palabra, pero al hombre Él mismo lo formó con sus manos amorosas. Organizó y dio buen funcionamiento a cada parte del cuerpo. Nos puso sentidos para que disfrutáramos y saboreáramos de todo lo bueno. Creó flores primorosas y las vistió con sus mejores galas. Pero aún así, de mí tuvo más cuidado. En el vientre de mi madre me fue formando y soy su estrella, su rosa, su tesoro y su lucero. Él me hace sentir tan especialmente cuidado y amado, que no tengo palabras para describir esta emoción que mi alma aclama.

Dios, de esta bella y perfecta obra Tú eres el máximo Artista y Creador. Gracias por cada detalle y por cada matiz que has puesto en la naturaleza, y también en cada uno de tus hijos. No alcanzan las palabras para expresar perfectamente, la plenitud que siente mi corazón con tan solo mirar el firmamento y todo cuanto me rodea, y saber que Tú eres el responsable, aunque muchos renieguen de toda obra maravillosa que existe.


En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia

En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17

La amistad es uno de los regalos más maravillosos de la vida. Los amigos verdaderos siempre procuran lo mejor los unos para los otros. ¡Y qué mejor que conozcan a Dios y que lo amen con todo el corazón, el alma y la mente! Alguien dijo: "La voluntad de Dios para la otra persona es lo que determina el objetivo de la amistad".
Jonatán, el amigo de David, es un ejemplo excelente de la amistad verdadera. David estaba exiliado y escondido en el desierto de Zif, cuando se enteró de que Saúl había salido en busca de su vida (1 Samuel 23:15). Entonces, Jonatán fue a Hores a encontrarse con él. Su intención le otorga importancia a esta escena: ayudó a David a hallar fortaleza en el Señor, o como lo expresa el texto: "fortaleció su mano en Dios (verso 16).
Esta es la esencia de la amistad cristiana. Más allá de los intereses comunes, del afecto, del humor y de la risa, el objetivo supremo es sembrar en otros las palabras de vida eterna, recordarles la sabiduría divina, renovar su alma con expresiones de amor y fortalecer su dependencia de Dios. Ora por tus amigos y pídele al Señor que te dé una palabra oportuna para ayudarlos a renovar sus fuerzas en nuestro Dios y en su Palabra.
Un amigo verdadero es un regalo de Dios y alguien que nos hace volver a Él.