La lógica del hombre es "necesito tomar vitaminas para fortalecer mi cuerpo, necesito mantenerme fuerte, necesito ejercitar mis músculos para ser fuerte, necesito esforzarme para lograr subir a la cima, por mis propias fuerzas lo logré"; es el decir de muchos, pero no piensan en quien les dio la vida y las oportunidades de lograr algo; de qué sirve tener un cuerpo fuerte, si se tiene un espíritu raquítico, debilucho.
1ª Corintios 1:25 Pues aun la tontería de Dios es más sabia que la sabiduría de los hombres, y aun la debilidad de Dios es más fuerte que la fortaleza de los hombres. No te creas muy inteligente ni muy fuerte, que no todo lo puede hacer el hombre/mujer por sus propias fuerzas. Jesús dijo "sin mí nada podréis hacer", y Dios le da la verdadera sabiduría y fuerza al que él quiere; Él puede hacer caer al fuerte, como avergonzar a quien dice ser sabio, según su propia opinión.
La lógica de Dios es: quiero perfeccionar mis fuerzas en ti, quiero pelear por ti, quiero fortalecerte y que sientas mi presencia en ti; Sansón, el hombre más fuerte de la historia, no visitó ningún gimnasio, no tomó drogas para parecer musculoso y saludable; Matusalén, el hombre más viejo de toda la historia de la humanidad, no tomaba vitaminas; Abraham, el hombre más exitoso y rico del mundo, reconoció que no era él, sino el Dios de los cielos, quien hacía cada cosa, por eso pagó los diezmos aun sin existir la ley; la fuerza, el entendimiento y el poder vienen de Dios.
1ª Corintios 1:27 Sino que Dios ha escogido lo necio del mundo para avergonzar a los sabios; y Dios ha escogido lo débil del mundo para avergonzar a lo que es fuerte. No te creas muy inteligente y demasiado fuerte por ti mismo, no siendo necio un día seas avergonzado; todos tenemos defectos y debilidades, pero tenemos que esforzarnos para venir y ponerlas a los pies de Cristo Jesús, para que él las cambie y las trasforme en fortalezas.
Cuando tú dices, Señor, ya no aguanto más, la palabra de Dios toma vida en ti y Dios te dará de sus fuerzas para seguir; dile a Dios: Tú me haces más fuerte cuando débil soy, tu palabra me da vida.
Isaías 40:28 ¿Acaso tú no sabes? ¿Acaso nunca lo has oído decir? ¡El Dios eterno, Jehová, el Creador de los confines de la tierra, no desfallece, ni aun se cansa: no hay quien escudriñe su entendimiento! 29 Él da, al desfallecido, esfuerzo, y a los que carecen de fuerzas les aumenta el poder. Realmente no hay sabio como Dios, Él hace como quiere, lee bien a los que carecen de fuerzas. Otras versiones dicen: Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Es decir, que para que el poder de Dios se perfeccione en ti, tienes que declarar que ya no tienes fuerzas, que tus propias fuerzas se han acabado y para que también te aumente el poder para vencer, porque si tú tienes las fuerzas, no necesitas de Dios.
Muchos pastores dicen: sea fuerte hermano, aguante, resista, siga adelante..., pero yo te digo, ríndete al Señor, entrégale las aéreas débiles de tu carácter, de tu vida, de tu mente y de tu corazón para que Él las convierta en virtudes; dile: ya no puedo más, ya no tengo fuerzas, entonces DIOS PELEARÁ POR TI, di fuerte: DIOS, PELEA POR MÍ. Cuando tú dices "ya no puedo más, Señor Jesús", activas algo a tu favor que hace que Dios pelee por ti, empiezas a depender de Dios en todo, Él pelea tus batallas y, entonces, podrás descansar y reposar en sus brazos. No es que el camino vaya a ser fácil, porque habrá una gran batalla para lograr la gran victoria de tu vida, agradar a Dios, pero ten presente que Dios pelea por ti.