José estaba en casa estudiando su sermón en su subrayada Biblia. Una hora antes había tenido una charla con su esposa sobre la deuda del alquiler de la casa y el pago de la mensualidad del colegio, y mientras habían hablado eso, él, lejos de desesperarse, atendió una llamada telefónica de la esposa de su primo quien le preguntó:
– Hola José, ¿cómo estáis? Soy Rocío, la esposa de tu primo.
José, muy alegre como siempre, le contestó: hola Rocío, estamos bien, gracias a Dios.
Ella le volvió a hacer la pregunta.
– ¿Como estáis? ¿Seguro que estáis bien?
Él le volvió a contestar de la misma forma su respuesta.

José, algo nervioso, suavemente le dijo: Rocío, no era preciso que se molestaran pero se lo agradecemos en gran manera. Cuando José terminó de hablar con ella, estaba maravillado de haber recibido una llamada telefónica de alguien de quien hacía mucho tiempo que no sabía nada. Era realmente un milagro, y al siguiente día fue al banco, y su sorpresa fue grande al observar que su cuenta tenía 10,000 euros de más, y casi llegaba a los doce mil. Estaba sorprendido, pues sabía que su primo y Rocío habían hecho un gran sacrificio para poder enviarles eso.
José tomó su Biblia y se puso a leer el libro de Ester capítulo 6 del 1 al 3 así: “…Esa noche el rey no podía dormir, entonces ordenó a un asistente que le trajera el libro de la historia de su reino para que se lo leyeran. En los registros descubrió el relato de cuando Mardoqueo informó del complot que Bigtana y Teres, dos de los eunucos que cuidaban la puerta de las habitaciones privadas del rey, habían tramado para asesinar al rey Asuero. ¿Qué recompensa o reconocimiento le dimos a Mardoqueo por este acto?, preguntó el rey…”
José tomó su Biblia y se puso a leer el libro de Ester capítulo 6 del 1 al 3 así: “…Esa noche el rey no podía dormir, entonces ordenó a un asistente que le trajera el libro de la historia de su reino para que se lo leyeran. En los registros descubrió el relato de cuando Mardoqueo informó del complot que Bigtana y Teres, dos de los eunucos que cuidaban la puerta de las habitaciones privadas del rey, habían tramado para asesinar al rey Asuero. ¿Qué recompensa o reconocimiento le dimos a Mardoqueo por este acto?, preguntó el rey…”