lunes, 29 de junio de 2015

¿Estás dispuesto?

Descendió de Judea un profeta llamado Agabo, y tomó el cinto de Pablo, y atándose los pies y las manos, dijo: Esto dice el Espíritu Santo: Así atarán los judíos en Jerusalén al varón de quien es este cinto, y le entregarán en manos de los gentiles. Al oír esto, le rogaron que no subiese a Jerusalén. Entonces Pablo respondió: ¿Qué hacéis llorando y quebrantándome el corazón? Porque yo estoy dispuesto no solo a ser atado, más aun a morir en Jerusalén por el nombre del Señor Jesús. Hechos 21:10-13
Pablo debía volver a Jerusalén a pesar de que le esperaban dificultades, porque debía dar testimonio del poder de la resurrección de Jesucristo. No iba a dejar de hacer su tarea por miedo a lo que podrían hacerle.
Su disposición no fue al calor de sus emociones o por capricho, sino que se debía a una genuina pasión por Dios, tanto es así que consideró el morir por esta causa, ya que había tenido un encuentro sobrenatural con Jesús y vivía para Él.

¡Vuela Más Alto!

Inmediatamente después de la 2ª Guerra Mundial, un joven piloto inglés probaba un frágil avión monomotor en una peligrosa aventura alrededor del mundo. Poco después de despegar de uno de los pequeños e improvisados aeródromos de la India, oyó un ruido extraño que venía de atrás de su asiento, y se dio cuenta que había una rata a bordo que si roía la cobertura de lona, podía destruir su frágil avión.
Podía volver al aeropuerto para librarse de su incómodo, peligroso e inesperado pasajero, pero de repente, recordó que las ratas no resisten las grandes alturas.
Volando cada vez más alto, poco a poco cesaron los ruidos que ponían en peligro su viaje.

Puede que haya situaciones u obstáculos que estén poniendo en peligro tu vida espiritual; NO permitas que esto te derribe, ¡VUELA MÁS ALTO!
Elévate a la presencia de Dios; Él te hará levantar el vuelo y te hará volar siempre alto, muy alto. Desde arriba podrás ver tus problemas como insignificancias, y en Su presencia perecerán.

Por un cambio radical en nuestra vida

SALMO 50:14-15 ”Sacrifica a DIOS alabanza, y paga tus votos al Altísimo; e invócame en el día de la angustia; te libraré, y tú me honrarás.” (Reina Valera)
¡Sea la gratitud tu ofrenda a DIOS; cumple al Altísimo tus promesas!  Llámame cuando estés angustiado; yo te libraré, y tú me honrarás.” (DIOS Habla Hoy)

La Biblia nos enseña que DIOS reina en una atmósfera de alabanza y adoración. Él vive rodeado de ángeles que día y noche le presentan alabanza continua.
También DIOS hace su habitáculo permanente aquí en la tierra, en medio de las alabanzas que su pueblo le ofrece. Así como en el cielo existe alabanza, también la hay aquí en la tierra.
Ahora bien, los únicos cualificados espiritualmente para alabar y adorar al DIOS vivo y verdadero, son los que le han entregado su vida a Cristo y lo han reconocido como el Salvador y Señor de sus vidas.
Un nuevo cántico de victoria existe en el creyente fiel a DIOS. Antes de conocer a Cristo, nuestra alabanza iba dirigida a otras cosas, pero ahora que lo conocemos esta alabanza se ha centrado en Aquél que es digno de recibirla: nuestro DIOS. El cristiano fiel y obediente debe ser un practicante continuo de la alabanza.
Muchos creen que solo la iglesia es el lugar donde se debe cantar y alabar a DIOS. Pero la Biblia nos enseña, con el pasaje anterior, que diariamente debemos hacer el sacrificio de alabanza al Señor, alabarlo en cualquier circunstancia, cuando todo nos sale mal y cuando todo nos sale bien.

Eres hijo de Dios, perdónate, Él te escogió


"sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte;  y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es.”
1 corintios 1:27-28 (Reina-Valera 1960)
Puede que la mayoría de nosotros hayamos leído o escuchado estos versículos muchísimas veces en nuestra vida, las mismas veces que Dios nos ha intentado hablar de ello, pero no lo asumimos, no nos lo apropiamos como deberíamos. Decimos: "es que ya sé de qué se trata, ya lo leí, ya me lo sé"; y seguimos teniendo esa actitud al volverlo a leer. Es así porque aún no ha cristalizado como debería en nosotros, pero cada palabra que sale de Dios debería marcar un antes y un después cada día de nuestra vida, y en este caso, siempre tenemos cosas que mejorar, analizar y poner en práctica.
falta de perdonViene a cuento esto, porque pasamos por momentos de tristeza y desánimo por la misma razón de siempre, porque dudamos y nos hace falta apropiarnos de la identidad que tenemos en Cristo. Cuando tenemos claro por quién fuimos escogidos, difícilmente las tormentas nos destruirán; nos hace falta saber cuál es nuestra identidad, saber quiénes somos y para qué fuimos llamados. Porque el enemigo siempre usa la misma táctica de acusarnos con los errores del pasado, errores que puede que no estemos cometiendo en la actualidad, pero que aún los soportamos; no entendemos que Dios nos escogió así de imperfectos, y obviamente, si Él nos prefirió es porque lo quiso así y lo necesitábamos; quien necesita del médico es quien se encuentra enfermo. ¿Acaso no nos limpio Jesús con su sangre y nos dio su perdón?, para eso vino a morir en esta tierra.
Entonces, SOMOS HIJOS DE DIOS, tengámoslo siempre claro, y sí, éramos lo peor de lo peor, pero estamos en proceso de cambio; YA NO SOMOS LOS MISMOS DE ANTES. Antes no entendíamos que Dios nos eligió para avergonzar al altivo, y por eso los que terminamos avergonzados somos nosotros mismos. Porque aunque éramos débiles, Dios nos dio de su fortaleza, su poder se perfecciona en nuestra debilidad; ¡sigámonos comportando como débiles, para que "diga el débil, fuerte soy"!

Vive tu vida de manera que los demás siempre te recuerden.

Hay una frase que dice:“cuando naciste, tú llorabas y todos alrededor sonreían; vive tu vida de tal forma que cuando mueras, tú sonrías y todos alrededor lloren”.
No existe un manual de instrucciones que nos explique cómo poder vivir la vida de la mejor forma posible. No hay instrucciones exactas para cada uno, porque lo que le funciona a uno suele no funcionar a otro. Y además, cometemos errores que en ocasiones nos marcan de manera profunda.
Sin embargo, hay dos puntos importantes a resaltar de esta frase, que debemos considerar si queremos ser célebres:
1. Debemos tratar de vivir la vida intensamente, porque Dios nos la regaló. Por esta misma razón también es importante hacer cosas que nos causen felicidad. Tratar de cumplir nuestros sueños y metas, siempre y cuando vayan acorde a lo que Dios quiere para nuestras vidas. Debemos practicar más la paz y menos la guerra.
2. Solo sirviendo, amando, ofreciendo lo mejor de nosotros a los demás, es como se logran vínculos con las personas que nos rodean. Tenemos que trabajar pensando no solo en nosotros mismos y en nuestro bienestar; sino también en los demás y en su futuro. Un futuro que nos corresponde. y también corresponde a las personas que están a nuestro alrededor. Sembrando semillas que más adelante otros puedan recoger y cosechar. Dejando huellas de excelencia y amor en cada cosa que realicemos.