jueves, 15 de junio de 2017

Inocente treinta años después

“Él ha sido asesino desde el principio y siempre ha odiado la verdad, porque en él no hay verdad” (Juan 8:44 NTV),
El 12 de junio de 2012, la jueza dictaminaba que un dingo (perro salvaje, subespecie de lobo y autóctono de Australia) había causado la muerte de Azaría Chamberlain. Lindy Chamberlain y su esposo, el pastor Michael Chamberlain, acampaban con sus tres hijos en Uluru, en el desierto australiano, en agosto de 1980. De noche, Lindy colocó a Azaría, de nueve semanas de edad, en una cuna en la tienda de campaña, y regresó con los demás para cocinar al aire libre.
Resultado de imagen de un grito en la oscuridad peliculaPoco después, unos testigos escucharon gruñidos y a un bebé llorando, y Lindy corrió a la tienda y vio cómo su hijita era tomada por un dingo. Desde la muerte de Azaría en 1980, hubo 27 ataques de dingos a humanos en Australia, tres de ellos fatales. Antes de este episodio, esto era desconocido.
Este hecho dividió a Australia: algunos estuvieron en contra de Lindy, acusándola de asesinar a su bebé, otros incluso como sacrificio en un ritual religioso. Así, en 1982, Lindy fue sentenciada a cadena perpetua por asesinato, y su esposo fue acusado posteriormente de complicidad, con sentencia suspendida.
Cuatro años después, se encontraron prendas de vestir de la pequeña en terreno de dingos. Lindy Chamberlain fue absuelta de cargos, dado que su culpabilidad no podía demostrarse más allá de toda duda razonable. Después de esto, los Chamberlain siguieron insistiendo en la justicia para lograr una resolución definitiva. Finalmente, después de treinta años, un juez dictaminó oficialmente que la bebé había sido matada por un dingo, reforzando la versión de la madre y pidiendo disculpas en nombre de la justicia australiana por no haber hecho justicia.
El caso fue tan famoso que se escribieron libros al respecto y, en 1988, se filmó una película titulada “A Cry in the Dark” (Un grito en la oscuridad), en la que Meryl Streep interpretó a Lindy Chamberlain, y fue nominada al Oscar por esa actuación.
Más allá de la curiosidad macabra de algunos, la cuestión importante fue la condena injusta de alguien inocente. Es inimaginable Io que debió ser para una madre que todos creyeran que ella misma había asesinado a su hijita de nueve semanas. Pero Dios puede comprenderlo muy bien: él mismo es acusado por Satanás de no desear la felicidad de sus criaturas. Es presentado ante el universo como un ser despótico y antojadizo, que juega con la felicidad de sus criaturas. Muy pronto, empero, el verdadero carácter de Dios quedará totalmente esclarecido ante el universo. Satanás se mostrará tal como es, y todos absolutamente reconocerán que Dios es amor. 

Perdonar y Liberar

“El perdón es algo curioso; calienta el corazón y enfría la picadura”.
Todos hemos leído un millón de artículos sobre el perdón y escuchado miles de charlas sobre el tema. Pero, de todas maneras, es muy difícil de practicar. El perdón no es nada fácil para la mayoría de nosotros.
Siempre que alguien nos lastima, quedamos con un sentimiento de herida, ira y venganza. Nos es muy difícil pasar por alto la herida que alguien nos ha infligido. Pero el perdón no es olvidar, es simplemente soltar la herida. No es algo que damos a otros sino a nosotros mismos.
La herida y dolor que alguien nos causa, pueden ser siempre parte de nuestra vida, pero el perdón nos ayuda a soltar su agarre para que podamos seguir adelante.
Y en cuanto a quién perdonar, comencemos con un amigo que nos ha lastimado mucho, o el extraño que nos pisó el callo en un autobús, y luego a aquellos entre esos dos extremos.
Perdonarnos a nosotros mismos es también importante. Y perdonemos rápido ya que entre más tiempo tomemos y más lo pensemos, podríamos no estar listos nunca para hacerlo. Así que hagámoslo tan pronto como podamos porque aunque no cambie el pasado, definitivamente cambiará el futuro.
Y recordemos: “No perdonar es como ingerir raticida y esperar que la rata muera”.
Hoy día, algunos sectores del cristianismo han mistificado al perdón, convirtiéndolo en “atadura” para quienes nos han ofendido y a quienes no hemos perdonado. Sin embargo, la razón por la que el Señor nos llama a perdonar es precisamente porque, al no hacerlo, somos nosotros mismos los más perjudicados. Y en esto, aún la ciencia confirma el impacto sobre nuestros cuerpos de la amargura resultante del no perdonar.
Así que, vivamos la vida abundante que Dios nos ofrece dando el indispensable primer paso: perdonando a quienes nos ofenden.

¿Quién tirará la primera piedra?

La critica es un arma benigna o maligna dependiendo del que la esgrime, y se usa para señalar lo que hemos hecho incorrecto; pero si se nos presentan las debidas correcciones y las vías para solucionar lo incorrecto, podemos decir que la crítica es constructiva y por lo tanto benigna. En estos casos, generalmente proviene de personas que saben que no son perfectos, que también cometen errores y han sabido solucionarlos, y que ahora, modestamente, están dispuestos a ayudar a los demás. 
Resultado de imagen de ¿Quién tirará la primera piedra?Por el contrario, cuando se hace con alevosía y resentimiento, en cuyos verdaderos propósitos se encubre el deseo de molestar, herir o perjudicar; entonces la critica es maligna; preferiblemente que no se haga aun cuando lo que se dice sea la verdad.
En una ocasión, José Martí (político republicano-democrático cubano) fue invitado, por los dueños de un restaurante de Nueva York, a un almuerzo para que él les hablara al resto de los invitados sobre la libertad de Cuba. Para el evento se usó una gran vajilla, de ésas que incluso tienen un pequeño recipiente para enjuagarse las puntas de los dedos cuando se cubren de grasa.
Uno de los participantes, no sabiendo lo que es un enjuagatorio y al ver que dentro tenia un pedacito de limón, que es para ayudar a diluir la grasa, pensó que se trataba de una limonada, y sin tardar bebió de ella cuando sintió sed.
Algunos de los que estaban próximos a este hombre, disimuladamente se burlaron. Martí al verlos riéndose, se apropió de su enjuagatorio y bebió con gran gusto. Entonces, uno de los burladores al verlo, sorprendido, le preguntó: -¿por qué lo haces, si tú sabes que es un enjuagatorio?-. A lo que Martí respondió: -¿por qué reírnos de este hombre si su desgracia es no saber para lo que sirve?
Sin dudas Martí no fue un hombre perfecto, porque nadie lo es; pero está claro que tuvo que ser alguien que creyó mucho en Jesucristo; dicho sin querer comparar el primero con el segundo, porque el segundo no ha tenido ni tendrá quien se le compare. Martí en sus salidas extraordinarias a los problemas, seguramente pensó en cómo Jesucristo lo hubiera hecho.