martes, 31 de marzo de 2020

¿Cuál es la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida?

El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo frecuentemente son confundidos. A veces es difícil determinar si un versículo de las Escrituras se está refiriendo al Arrebatamiento o a la Segunda Venida de Jesucristo. Sin embargo, al estudiar la profecía bíblica sobre los últimos tiempos, es muy importante diferenciar entre las dos.

El Arrebatamiento se producirá cuando Jesucristo regrese para llevarse a Su iglesia (todos los creyentes en Cristo) de la tierra. El Arrebatamiento está descrito en 1 Tesalonicenses 4:13-18 y 1 Corintios 15:50-54. Los creyentes que hayan muerto tendrán sus cuerpos resucitados, y junto con los creyentes que aún vivan, se encontrarán con el Señor en el aire. Esto ocurrirá en un momento, en un abrir y cerrar de ojos. 

Resultado de imagen de ¿Cuál es la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida?La Segunda Venida se producirá cuando Jesucristo regrese para vencer al anticristo, destruir el mal y establecer Su Reino Milenial. La Segunda Venida se describe en Apocalipsis 19:11-16.

Las diferencias, importantes, entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida son las siguientes:

(1) En el Arrebatamiento, los creyentes se encontrarán con el Señor en el aire (1 Tesalonicenses 4:17). En la Segunda Venida, los creyentes regresarán con el Señor a la tierra (Apocalipsis 19:14).

(2) La Segunda Venida ocurre después de la gran y terrible Tribulación. El Arrebatamiento ocurre antes de la Tribulación (Apocalipsis 3:10).

(3) El Arrebatamiento es el traslado de los creyentes de la tierra 
como un acto de liberación (junto a los del cielo que resucitarán primero) (1 Tesalonicenses 4:13-17; 5:9). La Segunda Venida es quitar a los incrédulos como un acto de juicio (Mateo 24:40-41).

(4) El Arrebatamiento será “secreto” e instantáneo (1 Corintios 15:50-54). La Segunda Venida será visible para todos (Apocalipsis 1:7; Mateo 24:29-30).

(5) La Segunda Venida de Cristo no ocurrirá hasta después de que ciertos otros eventos del fin de los tiempos tengan lugar (2 Tesalonicenses 2:4; Mateo 24:15-30; Apocalipsis capítulos 6-18). El Arrebatamiento es inminente y puede suceder en cualquier momento (Tito 2:13; 1 Tesalonicenses 4:13-18; 1 Corintios 15:50-54).

¿Por qué es importante observar la diferencia entre el Arrebatamiento y la Segunda Venida de Cristo?

(1) Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento, los creyentes tendrían que pasar por la Tribulación (1 Tesalonicenses 5:9; Apocalipsis 3:10).

(2) Si el Arrebatamiento y la Segunda Venida fueran un mismo evento, el regreso de Cristo no es inminente…. Después, m
uchas cosas deben ocurrir antes de que Él regrese a la tierra (Mateo 24:4-30).

(3), En ninguno de los capítulos 6 al 19 del Apocalipsis, en ninguna parte de ellos (a
l describir el período de la Tribulación) se menciona a la iglesia. Durante la Tribulación, también llamada “el tiempo de angustia para Jacob” (Jeremías 30:7), Dios dirigirá nuevamente Su principal atención sobre Israel (Romanos 11:17-31).

El Arrebatamiento y la Segunda Venida de Jesucristo son eventos similares pero diferentes y separados. Los dos implican el regreso de Jesús. Ambos son eventos del fin de los tiempos. Sin embargo, es de crucial importancia reconocer las diferencias. En resumen, el Arrebatamiento es el regreso de Cristo en las nubes para trasladar a todos los creyentes de la tierra antes del tiempo de la ira de Dios. La Segunda Venida es el regreso de Cristo a la tierra, para poner fin a la Tribulación y para vencer al anticristo y su malvado imperio mundial.



Mi alma tiene sed de Dios

Salmo 42
Necesitamos tener sed de la presencia de Dios. En muchas ocasiones en nuestras vidas empezamos a ceder, nos empezamos a desanimar; ocasiones en las que la llama de la pasión que ardía en nosotros parece apagarse más y más, ya no oramos con frecuencia, decimos constantemente la infaltable excusa “es que no tengo tiempo”, dejamos relegado el servicio a Dios y nos ocupamos de cosas vanas, olvidando quién es el que nos ha salvado y nos ha guiado por camino de bendición y de vida.
Somos muy propicios en juzgar a los israelitas por su ingratitud frente a Dios, pero no nos damos cuenta de que no somos tan diferentes de ellos. Se dice que aquél que no conozca una historia está condenado a repetirla; bueno, pues no repitamos la historia de un pueblo que, teniendo la maravillosa oportunidad de tener la palabra de Dios por profetas que pudieron ver Su grandeza, que eran escuchados por Dios cuando necesitaban libertad y salvación, decidieron olvidarse de Él y sufrieron consecuencias funestas por su decisión.
Resultado de imagen de Mi alma tiene sed de DiosLa gratitud hace referencia a recordar. En el Salmo 42 se ven referencias a esto en los versículos 4 y 6. Es necesario recordar y tener presente en nuestras mentes, las obras que Dios ha hecho en nosotros para alabarlo, y tener fortaleza y seguridad en todo momento; el día que lo olvidemos, estaremos renunciando a vivir.
No podemos olvidar, no podemos olvidar todas las cosas maravillosas que hemos visto, que hemos oído, que hemos vivido; no podemos olvidar la magnífica salvación que tenemos ni la esperanza que nos da aliento para levantarnos cada mañana.
No puedes desanimarte, no puedes darte por vencido, no cuando hay algo tan grande adelante. Muchas son las cosas que nos quieren alejar de la verdad: los pensamientos, palabras hirientes de alguna persona, darse cuenta que una persona no es quien dice ser, etc. Ten presente que nuestra lucha no es contra personas sino contra entes espirituales que buscan desanimarnos y apagar el fuego que hay en nosotros.
En el Antiguo Testamento, se explica que era una orden de Dios que la lámpara del Templo no se podía apagar y tenía que ser avivada por el sacerdote constantemente. Nosotros somos el templo de Dios y no podemos dejar que la Lámpara del Espíritu Santo se apague. En Apocalipsis Jesús le dice a una de las iglesias “He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” Apocalipsis 3:11. Retengamos la fe, retengamos el primer amor, retengamos la esperanza a la cual fuimos llamados, que NADIE robe nuestra corona.

La Dignidad del Trabajo

Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios”. 1 Tesalonicenses 2:9 
Para el hombre, el trabajo es muy importante y necesario. El trabajo dignifica a la persona, que logra su sustento a través de su esfuerzo. Dignifica porque a semejanza de Dios, modificamos la creación. No es que creemos algo de la nada, sino que somos partícipes del acto creador infundiendo una forma y una finalidad a los objetos. Con los dones que recibimos de Dios, modificamos nuestro entorno y logramos nuestro alimento. Pero también crece nuestro espíritu, que se hace más esforzado y se acostumbra a las dificultades.
Resultado de imagen de La Dignidad del TrabajoPor eso el apóstol Pablo recuerda a los hermanos de la comunidad de Tesalónica su propio trabajo y fatiga. Trabajaba de noche y de día para no depender de los cristianos, sino ganar su sustento mientras a la vez les llevaba el Evangelio.
Es lo que deberíamos imitar nosotros, la prédica del Evangelio sin dejar por eso de trabajar y santificar nuestro lugar de trabajo. Lo contrario podría debilitar nuestro espíritu, haciéndonos cómodos y dados a los pensamientos ociosos.
Cuando Pablo le habla a la misma comunidad en otra ocasión, les dice: “Porque también cuando estábamos con vosotros, os ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma. Porque oímos que algunos de vosotros andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entrometiéndose en lo ajeno.” (2 Tesalonicenses 3:10-11)
La falta de ocupación honesta, provoca que nuestro espíritu divague y pierda su firmeza. Nos empezamos a dedicar a lo superfluo, y así nos sobra energía. Nos empiezan a interesar los comentarios, las charlas sin sentido, los chismes, los escándalos.
Todo esto nos aleja de la Palabra de Dios. En ella vemos que los verdaderos hombres de Dios se dedicaron a predicar, pero sin dejar de ser útiles a los hermanos con su trabajo.