domingo, 30 de septiembre de 2012

Gracias a Dios y..... a vosotros - personal

A lo largo de mi existencia terrenal, a lo largo de mi existencia en esta vida, son muchísimas, gracias a Dios, las experiencias que he podido vivir. Fueron muchas las etapas, pero si tuviera que elegir una entre todas, indudablemente me quedo con la mejor de ellas: ésta última que estoy viviendo.
En este momento estoy ante mi ordenador personal escribiendo esto, y os repito que elijo, sin duda, esta última etapa, porque en ella ha sido cuando he recibido a Jesucristo en mi corazón como mi Señor y Salvador. No hay nada mejor que eso pues tengo a Cristo en mi vida, tengo vida eterna, soy hijo de Dios, mis pecados fueron perdonados, y ahora desarrollo el propósito de Dios para mi vida tal como la creó. Mi fe en Él fue mayor cada día hasta convertirse en absoluta. Adquirí un grado de compromiso mayor con Él y con mi iglesia al bautizarme. Fui ministrado…, soy enseñado…, soy discipulado….
Mi vida es un auténtico gozo en Él sabiendo que todo en ella será bajo su voluntad, que nunca estaré solo pues Él siempre está a mi lado, que nunca debo tener miedo ya que Él siempre se erige como mi mejor amigo y me protege, que me ama, en fin, que no quiero otra cosa sino Él.
Pero siendo todo esto fundamental, no es el motivo principal de que os escriba. Ahora os quiero decir otra cosa. Veamos:
En la Biblia, Colosenses 3:23, leemos: y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres.
Cuando creé este blog, a primeros de febrero de este año, lo hice de corazón, y la idea principal del mismo fue dar a conocer la Palabra de Dios, como así pretendo hacer en todas y cada una de las entradas que publico con los versículos bíblicos que acompaño. Es una forma, creo, de cumplir con el mandamiento que Cristo nos dejó: “la gran comisión”. “Id y haced discípulos…”. Ni siquiera se me pasó por  la cabeza el posible futuro alcance de este espacio informático.
También leemos en la Biblia: Estén siempre alegres, oren sin cesar, den gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. (1 Tesalonicenses 5:16-18).
Pues ya es hora de que dé muchas gracias a Dios por haberme dado el talento para crear este blog, y los dones necesarios para llevarlo a buen fin.
Y también quiero daros las gracias a todos vosotros, porque sí, porque sois vosotros con vuestra fidelidad y vuestra lectura periódica de este blog los que habéis hecho que a día de hoy las visitas al mismo hayan superado ampliamente la cifra de 5.000. Cifra que ni por asomo entraba en mis cálculos y que no pretendía como meta principal.
Nuevamente gracias y
Bendiciones a todos.

M.G.L.

Dame Tus Ojos – Marcela Gándara - vídeo


Dame tus ojos quiero ver
Dame tus palabras, quiero hablar

Dame tu parecer

Dame tus pies, yo quiero ir

Dame tus deseos para sentir
Dame tu parecer

Dame lo que necesito

Para ser como tu

Coro
// Dame tu voz, dame tu aliento

Toma mi tiempo es para ti
Dame el camino que debo seguir
Dame tus sueños, tus anhelos
Tus pensamientos, tu sentir
Dame tu vida para vivir //

Déjame ver lo que tu vez

Dame de tu gracia, tu poder
Dame tu corazón
Déjame ver en tu interior
Para ser cambiado por tu amor
Dame tu corazón

Confirmo Que Viviré Para Siempre - devocionales - El Señor Salvará a los que en Él Esperan

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Juan 11:26.
Sí, Señor, lo creemos: no moriremos jamás. Nuestra alma podrá ser separada de nuestro cuerpo lo que en cierto sentido constituye la muerte; pero nuestra alma nunca podrá ser separada de Dios; ésta sería la verdadera muerte que es el salario del pecado, y esta pena de muerte sería lo peor que pudiera acontecernos.
Lo creemos sin la menor duda, porque ¿quién nos apartará del amor de Dios que es Cristo Jesús, Señor nuestro? Somos miembros del cuerpo de Cristo, ¿perderá Jesús alguno de sus miembros? Estamos unidos a Jesús, ¿podrá perdernos? De ninguna manera. Dentro de nosotros hay una vida que no puede ser separada de Dios: porque el Espíritu Santo habita en nosotros, y con Él, ¿cómo podemos morir?
Jesús mismo es nuestra vida; por tanto, no podemos morir, porque Él ya no puede morir. En Él estamos muertos al pecado una vez y la sentencia de muerte no puede ser ejecutada nuevamente. Ahora vivimos y vivimos para siempre.
El salario de la justicia es la vida eterna, y tenemos la misma justicia de Dios; por consiguiente, podemos reclamar la recompensa más alta. Viviendo y creyendo hoy creemos que viviremos y gozaremos de este bien.
Por lo tanto, vayamos adelante con la firme confianza de que nuestra vida está asegurada en la de nuestro Jefe y Cabeza, Jesucristo.
Hoy la seguridad de la eternidad se hace cada vez más palpable. Porque Él vive nosotros también viviremos.
Señor, Quiero serte fiel ya que me has salvado del efecto del pecado acá y nos has asegurado la eternidad. Amén.

Y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan. Hebreos 9:28.
Tal es nuestra esperanza. Aquél a quien ya hemos visto y que vino una vez para quitar los pecados de muchos se manifestará nuevamente entre los hijos de los hombres. ¡Magnífica y gloriosa perspectiva! Este segundo advenimiento irá acompañado de circunstancias especiales que lo harán verdaderamente glorioso.
Nuestro Señor habrá aniquilado el pecado. De tal modo lo ha borrado de su pueblo y con tanta eficacia ha saldado nuestra deuda que ya en su segunda venida nada tendrá que ver con Él. Ya no tendrá que presentar ofrenda alguna por el pecado porque lo habrá quitado del todo. Nuestro Señor consumará entonces la salvación de su pueblo. Todos serán perfectamente salvos y gozarán para siempre de la plenitud de la salvación. 
No viene a llevar la paga de nuestras transgresiones, sino a traernos el resultado de nuestra obediencia; no viene a liquidar nuestra condenación, sino a perfeccionar nuestra salvación. Nuestro Señor se manifiesta a los que en Él esperan. No será visto así por aquellos cuyos ojos están cegados por el egoísmo y el pecado. Para éstos será un juez terrible, y nada más. Primero hemos de mirarle y después esperar en Él; en ambos casos nuestra mirada será para vida eterna.
Hoy le sigo consciente de que no sólo me salvará sino que también me protegerá.
Señor, Gracias por darme salvación y protección. Gracias por ser Mi Señor. Amén.

Eres el piloto de tu Vida - reflexiones - vídeo

“Cuando conduzco el coche me molesta que quien está junto a mí me diga qué camino tomar, que me detenga o insista que debo tener cuidado. Yo soy el conductor. Yo sé por qué hago lo que hago.  Y el conductor es el único que lo sabe. Nunca hago caso de quien quiere decirme cómo conducir porque por eso pasan accidentes”.
Escuché lo que le respondía  una mujer a su amigo cuando aquella le dijo que su hija conducía un coche y su acompañante le dijo que acelerase para evitar a un remolque. Su hija le hizo caso pero no alcanzó a pasarlo. No lo pudo evitar.
El remolque se llevó el coche. Afortunadamente viven para contarlo.
Como un rayo comparé las similitudes que tiene este ejemplo con nuestra vida.
Nuestro coche se llama “vida” y el Ser Supremo ha sido lo suficientemente
generoso como para darnos a cada uno un “coche” propio. Todos somos los
conductores de nuestra propia vida. Desafortunadamente muchos no asumen esa responsabilidad.  Son conductores miedosos que les gusta preguntar a cuanto tripulante tienen qué deben hacer. Y como resultado tienen accidentes o no están satisfechos con su vida.  ¿Por qué siguen escuchando los consejos de otros cuando no están satisfechos con los resultados?
Simple. Es más fácil culpar a otros de sus fracasos que ser responsables de sus decisiones.  Es el caso de la chica que le pregunta a la mamá: “¿Qué debo  estudiar?”  O el caso del chico que pregunta: “¿Qué carrera da más dinero?”
Porque el precio de seguir los impulsos de tu corazón, de tomar tus propias decisiones, es la posibilidad de fracasar.  Nadie puede esperar tener éxito en lo que le gusta con tan sólo unos intentos.  La historia está llena de hombres que estuvieron peleando por sus ideas y que después de fracasos temporales obtuvieron el éxito. Aplicaron la persistencia en sus sueños.
La sensación de libertad, de asumir el control del volante de tu vida, te dará una seguridad y energía interior que no tiene precio.  Para un militar, su orgullo son las heridas de guerra. Y para el hombre de negocios, hablar de sus fracasos antes de alcanzar la cima.
Aunque las derrotas temporales te causen dolor, cuando sean cosa del pasado te divertirá recordarlas.  Le darán más valor a tu éxito. Detén a esa persona matapasiones y no la escuches cuando quiera dirigir el coche de tu vida a una velocidad diferente a la que tú lo haces.  Él no conoce por qué haces lo que haces.  No conoce tu vida como tú la conoces.  Él no comprende tus sueños y motivos. Finalmente, él en sus consejos, proyecta lo que él es, lo que él hace. Lo que haría en tu lugar. Y si es un mediocre y le haces caso vas a acabar siendo un mediocre también.
Observa que las personas que han tenido éxito primero se escuchan a sí mismas.  Fueron tercas en escucharse primero a ellas mismas antes que a los demás.
¿Qué consejo te puedo dar?  Hay dos frases que me encantan: “Caminante: no hay camino, se hace camino al andar” de Machado, y “Sigue intentándolo hasta que tengas éxito” de Malcolm Forbes.
Recordando mi vida, veo que las actividades en que he tenido más éxito son aquellas en las que he aplicado estas dos frases. Y añade otro ingrediente: la esperanza.  En lo que más he tenido éxito, siempre hubo un momento en el que tuve un fracaso tan doloroso que se abrían ante mí dos caminos: seguir adelante a pesar de que pudiera parecer que no lo lograría, o resignarme.  Al tomar el camino de seguir adelante… ¡lo logré!  Te confieso que ya no creía en mí. Pero tenía la esperanza de lograrlo.  Y la esperanza transformó en realidad mis sueños.
También hubo momentos en los que elegí el camino de la resignación. Me excusé ante mí mismo con mil pretextos de por qué había fracasado. Pero no dejo de pensar que pude haber elegido la otra vereda y que pude haber tenido éxito.
La esperanza debes mezclarla con la persistencia también.
La fe en un Ser Supremo también ha sido muy importante para mí.  Me ha dado la paz y serenidad necesarias cuando parece que mi mundo se vuelvió del revés.
Te invito a que experimentes la emoción de conducir el coche de tu vida. Disfrútalo a tu ritmo, a tu manera.  ¡Y condúcelo hasta las estrellas!
¡Y bendiciones!
Edgar Martínez, México
No cabe duda de que todos tenemos tan sólo una vida que vivir.  Nunca tendremos otra oportunidad de pasar por esta Tierra, por lo que necesitamos sacarle el máximo provecho a los años que nos han sido concedidos a este lado del Cielo.  Necesitamos asumir plena responsabilidad por nuestra vida y actuaciones, y aferrarnos a Quien nos puede ayudar de veras, no sólo a alcanzar las metas que nos hayamos trazado, algunas de las cuales pudiesen estar un tanto torcidas con respecto a Sus planes para nuestras vidas, sino a formular nuevas y mejores metas que redunden en genuina bendición para nosotros y quienes nos rodean.  Atrevámonos a confiar en el Salvador y avanzar con fe en poseer nuestros mañanas para ser de bendición. Adelante y que Dios les bendiga.

Nunca dejes que el Fracaso Determine tu Futuro - Crecimiento personal

“La forma en que reaccionas al fracaso determina el resultado de tus sueños”  Pedro Sifontes
Todos hemos experimentado en alguna ocasión una sensación de fracaso en nuestra vida, y es que, cuando se trata de vivir y liderar, hay momentos en los que sentimos que no estamos alcanzando los resultados que deseamos. Lo bueno es poder recordar que el fracaso no es nuestro final y que tampoco es para siempre.
El fracaso no determina mi éxito, tampoco mi mañana. Hay personas que han fracasado y luego han conseguido el éxito, mientras que hay personas que han logrado el éxito y luego han fracasado. Así que ni el fracaso ni el éxito determinan mi mañana, solo mi fe y mi mentalidad.
¿En dónde colocas tu confianza? ¿Cuáles son tus pensamientos cuando fracasas?
Me encontré con el significado de fracaso de acuerdo a uno de los entrenadores más famosos de futbol americano de la NFL, Vicent Lombardi.
Fracaso no es sinónimo de ser un fracasado…  Significa que todavía no obtuviste el éxito.
Fracaso no significa que no lograste nada… Significa que aprendiste algo nuevo.
Fracaso no significa que actuaste como un necio… Significa que no tuviste mucha fe.
Fracaso no significa que sufrimos descrédito… Significa que estuvimos dispuestos a probar e intentarlo.
Fracaso no es sinónimo de falta de capacidad… Significa que debemos hacer las cosas de distinta manera la próxima vez.
Fracaso no significa que seamos inferiores… Significa que no somos perfectos.
Fracaso no significa que perdiéramos la vida… Significa que tenemos buenas razones para empezar de nuevo.
Fracaso no significa que tengamos que echarnos para atrás… Significa que tenemos que dar un paso adelante y luchar con mayor ahínco.
Fracaso no significa que jamás lograremos nuestras metas… Significa que tardaremos un poco más en alcanzarlas.
Fracaso no significa que Dios nos haya abandonado… Significa que Él tiene una idea mejor para nosotros y que tendremos otra oportunidad.
Puedes ver que el fracasar no nos hace un perdedor; lo que nos hace un perdedor es quedarnos en el fracaso.
Cuatro cosas que conviene recordar:
-          El fracaso es un evento que pasa y también le ocurre a las mejores personas. No temas fracasar. Todo líder asume riesgos.
-          Cada vez que fracases no andes buscando excusas ni señalando culpables. Todo líder asume responsabilidad.
-          Estate siempre dispuesto a aprender del fracaso. Haz los cambios necesarios y evita que esto ocurra nuevamente. Todo líder es un aprendiz.
-          Deja el fracaso en el pasado y avanza hacia tu futuro. Si sigues abrazando el fracaso no podrás ver lo bueno que Dios tiene para ti.
Hay una definición de fracaso que dice: “Fracaso es sinónimo de no haberlo intentado…”
¿Qué cosas necesitas seguir intentando?
Disfruta tu vida hoy no dejando que el fracaso controle tu vida y tus emociones.

Todo lo que hagas, hazlo para el Señor y no para los hombres - Reflexiones - vídeo


Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar.
Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente.
Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios.
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas;
el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca;
quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente. 
1 Pedro 2:18-23
 En todo hay una autoridad, en un trabajo, en la escuela, en el hogar y en la Iglesia no es la excepción. Los servidores de Dios en el cuerpo de Cristo, todos cumplimos tareas diferentes, y así también todas las personas somos diferentes, con sus personalidades y temperamentos, unos buenos, otros difíciles de soportar como dice su Palabra.
Creo que todos en algún momento hemos tenido jefes, lideres o pastores con los cuales no se logra estar de acuerdo, pero Dios ya lo sabía y por eso nos dejó este pasaje, que a causa de todos los padecimientos, injusticias o desacuerdos con las autoridades, tanto seculares como de la Iglesia, debemos sujetarnos. Siendo respetuosos, amables, siervos humildes y mansos, sabiendo que le servimos a Cristo y no a los hombres.
Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;
no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios; Efesios 6:5-6
Podemos ver cómo en el trabajo, y más aún en la iglesia, debemos dar testimonio de obediencia a nuestros jefes o autoridades cumpliendo con nuestro trabajo honradamente, con amor y con excelencia; de corazón sujetándonos en humildad.
Ya que muchas veces cometemos el ERROR de faltarles al respeto a nuestro superior, y eso no está en el orden de Dios. Claro está que debemos obedecerles siempre y cuando sea la voluntad de Dios y no vaya en su contra. Pero Dios nos deja que sirvamos a los hombres, igual que a nuestros jefes buenos o no tan buenos, porque debe predominar la humildad, y cuando haya criticas o suframos a causa de una autoridad del jefe o líder vayamos confiados a orar. Allí podremos elevar una oración pidiéndole a nuestro Padre que cambie actitudes y corazones duros y hacerlo todo como sirviéndole a Él.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Colosenses 3: 23-24
Que lástima que muchas veces las personas se desaniman por sus superiores. Qué duro es crecer solo; pero no nos preocupemos, crecemos con el mejor maestro a nuestro lado El Padre, El Hijo Y El Espíritu Santo.

Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. Romanos 13:1