lunes, 24 de febrero de 2020

Las increíbles cualidades de Dios

Era Abram de noventa y nueve años de edad, cuando se le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto." Génesis 17:1
En este pasaje Dios exhorta a Abraham a ser perfecto. ¿Pero cómo puede Dios decirle a un hombre mortal, pecador y corriente que sea perfecto? En primer lugar, Dios tiene que ser perfecto y hacer todo bien. Dios es así, pero el hombre...
Dios quería que Abraham fuese perfecto, así como lo es Él. ¿Qué padre no quiere que su hijo sea como él? ¿Y por qué Abraham debería ser como Dios? 

Resultado de imagen de Las increíbles cualidades de Dios¿Por qué Dios es perfecto?

La perfección consiste en que algo se haga muy bien, mejor imposible, como debe ser, o que no tenga errores. ¿El ser humano cumple estos requisitos? Por supuesto que no, el ser humano es demasiado “imperfecto”. Hasta en sus servidores celestiales Dios encuentra defectos. Por lo que más en nosotros, que somos seres terrenales.
Dios es perfecto porque Él no comete errores; sus planes, promesas, predicciones y demás, siempre se cumplen y con todo lujo de detalles. Es de una precisión increíble. ¿Un ser así puede no llamarse perfecto a sí mismo? ...
Sin embargo, la perfección de Dios va más allá de lo que nosotros podamos considerar del significado de la palabra perfección. Es decir, nosotros podemos imaginar a Dios con mucho poder, gloria, honra, riquezas, servidores y mucho más. Pero, ¿te imaginas a Dios como siervo de otros, sencillo, sufriendo y sin ningún tipo de lujos?; algo así como un esclavo. ¿En ese estado, seguirías pensando que Dios es perfecto? Esto es algo que Dios ya vivió, que le ocurrió. Y no perdió su perfección por eso, más bien tuvo gloria y honra por ello.

No le des opción al diablo

2 Reyes 18:13-36. Asiria invade Judá

Ezequías era un hombre recto y temeroso que servía a Dios con integridad, a pesar de que sus antepasados se habían olvidado de Jehová. Es evidente que cuando todo hombre, pueblo, y nación quieren servir a Dios con todo su corazón, el enemigo querrá atacarlo, y éste fue el caso en esta ocasión. El rey de Asiria había invadido cuanta nación había encontrado a su paso y las había conquistado, y por eso cuando llegó a las fronteras del reino de Ezequías, creyó que la victoria estaba asegurada.

Ezequías, al ver las circunstancias que lo rodeaban y considerando el número de sus enemigos, cedió a las órdenes de su peligroso adversario, (verso 15). Veamos qué es lo que hace el enemigo cuando se le cede terreno, y también qué es lo que hace Dios a favor de aquellos que claman y lo buscan para refugiarse en Él.

1. IMPONE CARGA.

Resultado de imagen de No le des opción al diabloCuando cedemos a las órdenes del enemigo, este nos impone carga; cuando aceptamos la derrota aceptamos la carga, y el enemigo pone un yugo en nuestras vidas. Sintiendo que estamos derrotados empieza a cargarnos con culpabilidad, desánimo, fracaso, inferioridad,... sin embargo y por otra parte, el Señor nos está haciendo una invitación para que pongamos sobre Él todas nuestras cargas. Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. (Mateo 11:28-30)

2. NOS CUESTA HASTA LO QUE DIOS NOS HA DADO. (versos 15-16)

Aquí podemos ver que cuando cedemos a sus órdenes, nos roba las bendiciones de Dios. No solo se conforma con ponernos carga, sino que también querrá robarnos lo que Dios nos ha dado, y además querrá vernos destruidos completamente. Versos 17-20.

3. NOS HACE VERNOS SOLOS Y SIN AYUDA. Versos 21-24

Una de las cosas que el enemigo hace es tratar de bombardear nuestra mente con pensamientos de que nadie puede ayudarnos, que nadie se interesa por nuestra situación, y que nuestro problema no es importante para nadie.

No dejando de congregarnos

“Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.” Hebreos 10:24-25

Continuamente el Señor nos da ejemplo de su asistencia a la sinagoga o al templo, porque nos quiere enseñar que es necesario para nuestro crecimiento espiritual que busquemos a Dios en el lugar de adoración.

En la iglesia nos llenaremos del gozo del que adora al verdadero Dios y nos fortaleceremos para la lucha. En la iglesia encontraremos el consuelo de la oración. En la congregación estaremos adorando a Dios junto a los hermanos, y nos daremos cuenta de que somos un cuerpo y Cristo es la cabeza.

I. Jesús le dedicaba tiempo a la oración en el templo (Lucas 4:16)

Resultado de imagen de No dejando de congregarnos
El Señor, Dios hecho hombre, bajó a la tierra a salvarnos a nosotros los pecadores, para mostrarnos el camino de la salvación, y nos mostró el camino de la oración. Asistía al templo todos los días de reposo, tal como nos dice el texto “conforme a su costumbre”.
Cristo asistía al lugar de oración frecuentemente, para hablar con su Padre. No tenía necesidad de esto, porque su Padre siempre lo oía, en cualquier lugar en que se encontrara (Juan 11:42).
Pero de esta forma nos indicó que es bueno para nuestro espíritu asistir a la iglesia. No solamente es bueno, es necesario para nuestra condición humana que le dediquemos a Dios un tiempo especial.
Todos estaban acostumbrados a ver a Jesús en los lugares de oración. Y no solo eso, sino que además participaba activamente del culto. Vemos en el texto que Cristo se levantó a leer la Sagrada Escritura. A leer la voz de su Padre para los hombres, profetizando sobre Él mismo.
Nosotros debemos imitarlo y participar activamente en la iglesia. Lo podemos hacer en distintos ministerios. Algunos tendrán el don de la música para la alabanza, otros el don de gentes para recibir a los hermanos que se acercan por primera vez (Romanos 12:6-8). Todos tenemos un rol que podemos desempeñar para el servicio a Dios y a los hermanos. Debemos buscarlo en nuestro interior y ponernos manos a la obra para la gloria de Dios. 

II. En la iglesia nos encontraremos con Jesús (Mateo 18:20)

a. Si buscamos a Dios, lo hallaremos (Mateo 7:8), porque Él quiere que nos acerquemos a Él. El Señor es un padre amoroso esperando por su hijo, atento a cada señal que le indique que estamos por visitarlo. Es así su amor, que nos regala comunidades fervientes en muchos lugares, donde podemos orar junto a los hermanos por nuestro crecimiento en la fe.
b. En la iglesia encontraremos tanto gozo en el encuentro con Jesús, que pediremos estar siempre allí. Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré: que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para buscarlo en su templo.” (Salmo 27:4)
c. Estar todos los días de nuestra vida en el templo será nuestro gozo, porque encontraremos la paz necesaria para la oración. Como dice el texto, nos vamos a encontrar allí con Jesús para contemplar su hermosura.
La hermosura no es física, es la hermosura del gozo que da el Espíritu Santo cuando estamos en amistad con Dios. Esto nos llenará de tal alegría que luego la podremos contagiar a los hermanos y así retroalimentarnos en el amor a Dios.
d. En la iglesia tendremos el clima y el recogimiento para poder inquirir al Señor. Inquirir significa buscar conocimiento, sobre todo a partir de preguntas.
Preguntemos al Señor. Él nos dará las respuestas que buscamos. Muchas veces queremos resolver nuestros problemas y angustias, sin ponerlos primero a los pies de Dios. (Éxodo 25:22).