sábado, 31 de marzo de 2018

El rescate de la condición original

El hombre, en su inmensa arrogancia, abriga con la ciencia su terquedad de corazón. 

Mas somos hechos a imagen y semejanza de nuestro Padre, pero recuerden, hermanos, que somos una copia imperfecta y finita de algo inconmensurable, infinito, inigualable, y sin embargo intrascendente, considerado por nuestra parte. Son precisamente las cualidades del Padre las que anhelan los hombres; hombres con un espíritu rebelde que quieren sus cualidades, sí, pero no cumplen sus mandamientos.
Resultado de imagen de El rescate de la condición originalQueremos llegar a la inmortalidad, sí, pero matando, llegar a la sabiduría ocultando, llegar a los cielos aunque para ello tengamos que quemar la tierra. Éste es el camino por donde anda transitando una gran parte de nuestros congéneres. Vemos y valoramos, en esta edad, cómo la ciencia es el arma empleada por los hombres, pero la ciencia aniquila, disminuye, empobrece, resta. Además, nada es dado a cambio de nada, todo tiene un precio, pero el día que el hombre acepte la palabra del Padre, cuando la historia sea consumada, cuando sea la hora del fin de las cosas, aquellos que prevalecerán serán los que han andado por el camino sin sentarse a descansar aunque sus pies estén agrietados; serán los que así hayan sido. Verán, reconocerán, admirarán, y entonces dirán: la Gloria de Dios es abundante, compensadora y suficiente, y fuera de ella todo carece de fundamento.

El Padre Celestial creó al hombre y a la mujer para que multiplicaran la humanidad, la más preciada de sus obras, para que se multiplicaran en número al amparo de su Gloria, por toda la eternidad. Éste fue y sigue siendo el objetivo del Padre para nosotros.

¡Oh padre!, tan misericordioso, tan magnánimo, que creas pero creas con libertad, que no pides nada a cambio de la vida que das, que no pides nada por los dones que regalas; solo el bien en el bien se sustenta.

La Noche Más Oscura

“Porque por un momento será su ira, pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, y a la mañana vendrá la alegría” (Salmo 30:5)
¿Quién no ha pasado alguna noche difícil?
Esa noche en la que estuviste en esa sala de hospital esperando noticias, temiendo lo peor. O aquella que pasaste llorando por la herida que causaron a tu corazón. O aquella otra en que sentías temor, hambre o frío. ¿Y qué tal aquella en la que te tocó despedir a un ser que amabas y que partió hacia la eternidad?
Todos hemos tenido noches oscuras, pero no todas las noches son así. Aunque, ¿qué tiene la noche que parece atraer o acrecentar pesares, dolores y quebrantos?
La noche, en el caso del versículo, no es la otra mitad del día; representa una época, una temporada que vivimos en la cual todo fue (o es) sombrío, oscuro, frío. Pareciera que nunca va a acabar. Sientes una intensa agonía y percibes el peligro a cada instante.
Dios no pudo escoger a nadie mejor para hablarnos de noches oscuras que David. Él sí sabía de noches oscuras, de persecuciones, de traiciones y soledad, de dolor y peligros de muerte, de huir del patrón como un hijo, de llorar la muerte de amigos o como la de su bebé recién nacido. Sabía de menosprecios y humillaciones. David es el mejor para hablarnos del tema.
David nos cuenta que la noche acaba cuando comienza el día; y tu día comienza cuando te decides a alabar a Dios. No tienes que sentarte a llorar hasta que todo acabe (va a su propio ritmo). Lo último que verás en tu noche más oscura, lo último que se escuchará antes que amanezca SERÁ EL PRELUDIO DE TU ADORACIÓN AL SEÑOR.
Job lo dijo de esta manera: “¿Dónde está Dios mi hacedor, que me da cánticos en las noches?” (Job 35:10)
David, una vez más, lo declara: “Pero de día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida” (Salmo 42:8)
Y otra vez: “Al señor busqué en el día de angustia; a él alzaba mis manos de noche y sin descanso” (Salmo 77:2). Y finalmente: “… Aún la noche RESPLANDECERÁ alrededor de mí” (Salmo 139:11).

¿Qué va al infierno: el cuerpo, el alma o ambos?

Una de las ideas más comunes que se tiene del infierno es que es un espantoso lugar de fuego inextinguible, en donde serán arrojadas las almas de los pecadores impenitentes. Pero, ¿afirma esto Jesús? ¿Enseñó Él que solo las almas inmortales de los impíos serán atormentadas toda la eternidad en el infierno, y no sus cuerpos físicos de carne y huesos? Pues veamos lo que Jesús realmente nos dice al respecto en Mateo 5,29:

“Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo TU CUERPO sea echado al infierno” (Mateo 5,29).

Pues bien, siguiendo las enseñanzas de Jesús, también los cuerpos de los impíos serán arrojados en el infierno para ser “atormentados” día y noche. De modo que la idea que se tiene de que solo las almas inmortales son atormentadas para siempre en el infierno no es bíblica en absoluto, pues también los cuerpos físicos estarán allí, cuerpos físicos que no estuvieron dispuestos a perder una mano o un ojo por el Reino. 

Resultado de imagen de ¿Qué va al infierno: el cuerpo, el alma o ambos?Esto suscita las siguientes preguntas: ¿Cuándo serán arrojadas en el infierno las almas, con los cuerpos físicos de los impíos, para ser “atormentadas” día y noche? ¿Será en el momento de la muerte? Y si es en el momento de la muerte, ¿cómo es que los cadáveres de los impíos permanecen en sus tumbas corrompiéndose hasta hacerse polvo? ¿No deberían esos cuerpos físicos inertes, estar con sus almas inmortales atormentándose en el infierno? Aquí se abren dos posibilidades: 
a) Que el Infierno (Gehenna) sea solo un símbolo de destrucción eterna donde cuerpo y alma son destruidos para siempre, o 
b) que el Gehenna es un lugar real, en cuyo caso los muertos impíos no podrían estar ahora allí, dado que sus cuerpos inertes aún se están corrompiendo y desaparecen como polvo. Tendrían primero que resucitar físicamente, ser juzgados, y lanzados a ese lugar con sus cuerpos físicos y todo. ¡Y eso solo podría ocurrir en un futuro! Y finalmente, si los impíos son destinados al infierno solo después de la resurrección para juicio, es lógico suponer que los justos son conducidos a su paradero final solo en la resurrección de ellos, cuando Cristo vuelva en gloria. La retribución no podría recibirse definitivamente en el momento de la muerte, sino únicamente en el evento de la resurrección.

miércoles, 28 de marzo de 2018

¿Cómo puedo saber si algo es pecado?

Podemos dividir en dos partes esta pregunta. 
(1) Hay cosas que la Biblia menciona y declara específicamente que son pecado. Ejemplos de estas listas se encuentran en: Proverbios 6:16-19Gálatas 5:19-211 Corintios 6:9-10. No hay ninguna duda de que las Escrituras presentan estas actividades como pecaminosas, cosas que Dios no aprueba. Homicidio, adulterio, mentira, robo, etc., indudablemente la Biblia presenta estas cosas como pecados. 
Resultado de imagen de ¿Cómo puedo saber si algo es pecado?(2) Otras, más difíciles de determinar como pecado, están en áreas en las que la Biblia no las señala específicamente. 

Cuando la Biblia no cubre un tema determinado, tenemos algunos principios generales en Su Palabra para guiarnos.
(a) Cuando no existe una referencia específica en las Escrituras, es bueno preguntarse no si cierta cosa está mal, sino si es valorada como buena. La Biblia dice, por ejemplo, “aprovechando bien el tiempo” (Colosenses 4:5). Nuestros pocos días aquí en la tierra son tan cortos y preciosos en relación con la eternidad, que nunca debemos desperdiciar el tiempo en cosas egoístas, sino usarlo solo en lo que “sea bueno para la necesaria edificación” (Efesios 4:29).

(b) Otra buena prueba es determinar si podemos, honestamente y con buena conciencia, pedirle a Dios que bendiga y utilice esa actividad en particular para Sus propios buenos propósitos. “Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Corintios 10:31). Si existe alguna duda en que complazca o no a Dios, entonces lo mejor es dejarlo. “....todo lo que no proviene de fe, es pecado.” (Romanos 14:23).

Huesos secos

Recientemente tuve la oportunidad de escuchar un vibrante mensaje sobre el capítulo 37 del libro de Ezequiel. Tanto el mensaje, como la lectura del pasaje bíblico, me aportaron nuevas esperanzas y una renovada energía a mi alicaído espíritu.
El profeta Ezequiel se encuentra en medio de un campo lleno de huesos secos y esparcidos. De repente cada uno de estos huesos comienza a unirse con sus otros huesos correspondientes; Dios hace crecer nervios, carne y finalmente sopla aliento de vida en ellos, hasta quedar formado todo un ejército, una muchedumbre.
Más allá de cualquier consideración, simbolismo o interpretación del pasaje, si hay algo que me quedó absolutamente claro, es que Dios tiene el poder de convertir todo un campo de huesos secos en un ejército viviente. Como en la profecía, es Su Soberana Palabra la que dice “hágase” y tan sencillo como decirlo, es un hecho.
Hoy recuerdo con tristeza las buenas oportunidades que tuve y que no supe valorar, aprovechar ni agradecer como es debido. Malas decisiones, falta de experiencia, de criterio...; un poco de ignorancia y puede que alguna dosis nefasta de arrogancia me condujeron a situaciones difíciles y penosas. En pocas palabras, hice de mi vida un valle de huesos secos.
Hoy recuerdo las muchas veces en que mi vida estuvo hecha un campo de huesos secos. Todas aquellas veces -y tal vez hoy esté pasando por uno de esos períodos- en los que el desaliento, la frustración, la ira mal contenida, la tristeza y la desesperanza ganaron terreno sobre la fe y la esperanza; pisaron sueños y derribaron ilusiones.

El buen samaritano

En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 1 Juan 3:16-17
El buen samaritano
Lucas 10:29-37
Un hombre preguntó a Jesús: “¿Y quién es mi prójimo?” (Lucas 10:29). Jesús le respondió mediante una parábola: un hombre cayó en manos de ladrones, los cuales lo dejaron gravemente herido al borde del camino. Por allí pasó primero un sacerdote, y luego un levita, pero ambos continuaron su camino sin hacer nada para ayudarlo. Un hombre de Samaria, despreciado por los judíos, pasó por el mismo lugar. Y viendo al herido, tuvo compasión de él, lo curó, lo llevó a un albergue, lo dejó en manos del mesonero y pagó todos los gastos.
Entonces Jesús preguntó quién había sido el “prójimo” del hombre herido. De esta manera puso a su interlocutor, no en la posición del benefactor, sino en la del pobre que depende de los cuidados de un extranjero despreciado. El hombre reconoció claramente que el prójimo era el samaritano. Jesús concluyó diciendo: “Ve, y haz tú lo mismo” (Lucas 10:37).
El herido representa al hombre maltratado por Satanás, quien abandona a sus víctimas. Los hombres religiosos no hacen nada por él. El samaritano es la figura de Jesús, quien se compadece de cada ser humano. Se encarga de él y lo salva por la eternidad.
La conclusión es importante: para ayudar a los demás eficazmente, hay que empezar por considerar ser uno mismo el objeto de los cuidados de Jesús. Tenemos que reconocerlo como nuestro Salvador. Solo entonces, Jesús puede invitarnos a actuar como Él.

domingo, 25 de marzo de 2018

Científicos alertan que los polos magnéticos que protegen la Tierra están desapareciendo

La investigadora Alanna Mitchell publicó un estudio, compartido también por el Daily Mail, en el que advierte que los polos magnéticos de la Tierra podrían estar a punto de desaparecer e invertirse (los polos norte y sur). Esta inversión podría causar apagones generalizados y hacer algunas partes del mundo inhabitables.
La Tierra tiene un núcleo fundido feroz que genera un campo magnético, capaz de defender nuestro planeta contra los devastadores vientos solares.
El campo de protección se extiende miles de kilómetros hacia el espacio y su magnetismo afecta todo, desde las auroras hasta las redes eléctricas, pero este campo, tan importante para la vida en la Tierra, se ha debilitado alrededor del 15 por ciento en los últimos 200 años.
Por lo anterior, expertos aseguran que los polos de la Tierra están a punto de invertirse. Incluso el director del Laboratorio de Física Atmosférica y Espacial de la Universidad de Colorado, Daniel Baker, afirma que ya hay indicios de esa reversión. Alertan que de llegar a ocurrir, es probable que haga que algunas áreas del planeta sean “inhabitables” al bloquear las redes eléctricas.
Alanna Mitchell, mientras tanto, informó: “Los peligros son corrientes devastadoras de partículas del sol, rayos cósmicos galácticos y rayos ultravioleta B, que atacan a una capa de ozono dañada por la radiación, por nombrar solo algunas de las fuerzas invisibles que podrían dañar o matar a las criaturas vivientes”.
Según detalla Daily Mail, los estudios de los científicos sugieren que el hierro fundido y el níquel están drenando energía del núcleo cerca de donde se genera el campo magnético. Señalan que no están seguros exactamente de por qué sucede esto, lo describen como “actividad inquieta”, y señalan que podría sugerir que el campo magnético está preparándose para voltearse.
Si ocurre un cambio, estaríamos expuestos a vientos solares capaces de perforar agujeros en la capa de ozono. Si esto sucede, la radiación a nivel del suelo aumentaría y algunas estimaciones sugieren que la exposición general a la radiación cósmica se duplicaría, causando más muertes por cáncer. 
Otras consecuencias son el colapso de las redes eléctricas, un efecto nocivo en los satélites y cambios climáticos mayores.

Lo que se debe buscar primero

Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33
Es muy frecuente pensar en sucesos del mañana, como ¿qué haremos?, ¿qué actividades tenemos pendientes?, ¿cómo ganaremos el sustento?, ¿cómo pagaremos las deudas?, ¿cómo vamos a terminar tantos trabajos pendientes?, ¿cuándo encontraremos a la persona adecuada?… Muchísimos pensamientos de esta clase pasan por nuestra mente a lo largo del día; desde que nos despertamos hasta que nos acostamos estamos pensando en el día de mañana y estamos afanados buscando cosas que no generan un verdadero provecho para nuestro ser.
Jesús, quien se preocupa por enseñarnos cómo vivir en plenitud, nos enseña que las personas que no conocen a Dios se preocupan por buscar todo este tipo de cosas, pero que en nuestro caso debe ser diferente, lo cual es lógico, ya que si creemos que Dios existe y que está con nosotros ¿por qué debemos estar ansiosos por algo?
Jesús nos enseña que, como hijos de Dios, lo que debemos buscar primero es el Reino de Dios y su justicia, en vez de afanarnos buscando cosas vanas y preocupándonos por lo que pasará mañana. Ahora vamos a ver algunos ejemplos de cómo debemos buscar el Reino de Dios y su justicia; mientras, examinémonos y pidámosle al Espíritu Santo que entre a nuestro corazón y nos revele lo que haya en él que no esté bien; y luego, que lo cambie y nos ayude a ser las personas que quiere formar en nosotros.

Familias

La familia es uno de los regalos más hermosos que Dios nos ha dado, por eso es importante que en ella siempre exista unidad, armonía, amor y respeto.
familiasCrear un buen hogar no es fácil y más cuando se anda en los caminos de Dios, pues en ocasiones la familia es piedra de tropiezo para que no busquemos de Dios, pues es una gran influencia para nuestras vidas. Es difícil mantener una armonía cuando se es el único creyente de la casa; cuando somos los únicos que creemos y esperamos en Dios; es difícil cuando nuestros seres queridos se burlan, nos cuestionan, y no entienden nada de santidad, diezmos, milagros, poder y muchas cosas más.
El enemigo es quien se ha encargado de enfriar el amor entre los hermanos. Se ha perdido el respeto por los padres, hay madres cabeza de familia que les toca luchar por sus hijos con padres ausentes o violentos, e hijos rebeldes con muchos vacíos en su corazón, porque no saben lo que en verdad es una familia; nunca la han tenido.
“No reprendas al anciano, sino exhórtalo como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza. Pero si alguna viuda tiene hijos, o nietos, aprendan estos primero a ser piadosos para con su propia familia, y a recompensar a sus padres; porque esto es lo bueno y agradable delante de Dios.”
1 Timoteo 5:1-4 (RVR1960).
Si queremos tener familias mejores, como Dios manda, aún estamos a tiempo; busquemos más la presencia de Dios, nada más sabio que su palabra para direccionarnos. Miles de consejos para mujeres, para que seamos prudentes, sabias, solidarias, y a los hombres lideres, cabeza de hogar, que provean y busquen soluciones, no que sean una carga.
”Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.”
1 Timoteo 5:8 (RVR1960).
Proveer no es solo económica o materialmente, pues hay cosas más importantes, como ser proveedores de amor, fe, paciencia, seguridad, paz. Y todas esas cosas las tenemos cuando nos acercamos más  a Dios y es el centro de nuestra familia.

jueves, 22 de marzo de 2018

Se goza en la ley de Dios

«Por eso dije: “Aquí me tienes, como el libro dice de mí. Me agrada, Dios mío, hacer tu voluntad; tu ley la llevo dentro de mí”. En medio de la gran asamblea he dado a conocer tu justicia. Tú bien sabes, Señor, que no he sellado mis labios. Salmo 40: 7-9, NVI

Resultado de imagen de Se goza en la ley de DiosEl que fue abnegado redentor, durante toda su peregrinación de amor en el mundo, fue la representación viviente del carácter de la ley de Dios. Desde su más tierna infancia estaba dominado por un propósito: vivir para beneficiar a los demás. Su objetivo revelaba una paciencia que nada ni nadie podía perturbar, y una veracidad que no sacrificaba nunca la integridad. 
En sus principios era firme como una roca, y su vida revelaba la gracia de una desinteresada afabilidad. Había quienes buscaban su compañía, pues se sentían en paz en su presencia; pero otros muchos lo evitaban, porque su vida inmaculada era para ellos una reprensión. Hasta sus jóvenes compañeros insistían en ser como Él. Era de carácter alegre; les gustaba su presencia, y recibían gustosos sus oportunos consejos; pero sus escrúpulos los impacientaban, y lo consideraban estrecho de miras. Jesús contestaba: Escrito está: «¿Con qué limpiará el joven su camino?, ¡con guardar tu Palabra! En mi corazón he guardado tus dichos para no pecar contra ti» (Salmo 119: 9,11). 
Cuando le preguntaban por qué no participaba en las diversiones de la juventud de Nazaret, decía: Escrito está: «Me he gozado en el camino de tus testimonios, más que toda riqueza. En tus mandamientos meditaré; consideraré tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; no me olvidaré de tus palabras» (Salmo 119:14-16).

El poder de la fe

Es una reflexión aplicable a todos los que, como nosotros, tenemos una fe inquebrantable y cada día mayor en Dios. Tener fe implica“ confiar”, es una acepción. En este caso hablamos de confiar en el Señor, plenamente, cada día más. ¿Es lo que sentimos, verdad? De esta forma LO conocemos cada día más, sabemos por qué y para qué estamos aquí y qué es lo que Dios espera de nosotros. Y nos sentimos felices, gozosos, dichosos en ello. Nos sentimos siervos de Dios. Nos sentimos útiles a ÉL.
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Pero analicemos el poder de la fe desde un punto de vista coherente, necesario y significativo. Consideremos, entonces, que la fe en ÉL debe ser inteligente. Debe ser consecuente, y debemos comprender que Dios no hace las cosas porque sí. Que todo debe tener una razón que muchas veces no alcanzamos a comprender.
Por ejemplo, pensemos que, a pesar de que muchos cantantes incluyen entre sus canciones algún texto que habla del “poder de la fe”, como por ejemplo: “les aseguro que si tienen fe, tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: trasládate de aquí para allá y se trasladará. ¡Para Vdes. nada es imposible!”, en mi modesta opinión nos están diciendo que la fe o confianza en Él es lo más significativo que debemos sentir nosotros. Lo más importante, lo más necesario ¡vamos!

Generación con pies de oro

Tuve el privilegio y la bendición de compartir durante seis días con un grupo de adolescentes y jóvenes en un campamento de mi país. En este campamento se procuraba adiestrar a los jóvenes en el liderazgo, y también en que fueran capaces de compartir con el resto del mundo al Dios que llevan y sirven. Lo que más me impactó en esos días, fue el lema de esta actividad “generación con pies de oro”.
pies de oroEl joven Daniel dispuso no contaminarse con la comida del rey, y junto a sus amigos llegaron al acuerdo de que comerían solo legumbres y agua, que inclusive los harían ser más vigorosos y saludables que el resto de los jóvenes que estaban en entrenamiento con ellos. Y efectivamente esto fue así. Junto a la decisión de Daniel, Dios le otorga conocimiento e inteligencia además del don de poder interpretar sueños (Daniel 1:17) “A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños”, lo que finalmente permitió que llegara a ocupar lugares de gran poder político en tres reinados distintos. Incluso 65 años más tarde, Daniel seguía recibiendo las consecuencias de su buena decisión.
Una de las cosas que Dios permitió que Daniel hiciera fue interpretar un sueño del Rey Nabucodonosor, que revelaba información relevante sobre el curso que seguiría su reinado y cómo se darían las cosas de allí en adelante en materia política. Este sueño de la estatua construida de distintos materiales y que representaba cada uno de los reinos, fue la guía en nuestro campamento. En la historia bíblica, en el libro de Daniel capítulo 2, la estatua con pies de hierro y barro cocido es destruida por una piedra que llega directamente a esta zona, destruyéndola por completo. Estos pies, del material mencionado, muestran la inestabilidad de las alianzas humanas que se pueden hacer, como también relaciones superficiales y emocionales que nos atan y que no nos permiten avanzar. La cabeza de oro representa el reino, el poder, la fuerza y la majestad (Daniel 2:37). Si queremos ser una generación que impacte al mundo con el mensaje de Jesucristo, debemos tener pies de oro; debemos caminar con paso firme, relacionarnos saludablemente con los demás y cultivar nuestra vida personal y espiritual; debemos entender que somos portadores del reino, del poder, de la fuerza y de la majestad de Dios, y que toda criatura creada está bajo nuestra autoridad, porque así Dios lo ha determinado en Su plan perfecto.

lunes, 19 de marzo de 2018

Cruz

Nuestras cargas nos pueden hacer mejores de lo que imaginamos:
más fuertes, más pacientes, más valientes, más amables, y más amorosos de lo que hubiéramos sido de no ser por ellas.
Un joven, que no sabía qué hacer ante tantos problemas, oraba en su cama y cayó en un profundo sueño.
En sus sueños ve a Dios, y le dice: “Señor, no puedo seguir, mi cruz es demasiado pesada”.
Resultado de imagen de siempre brillará el sol después de una tormenta.El Señor lo lleva ante un ángel, el cual le dice:
“Joven, si no puedes llevar el peso de tu cruz, puedes guardarla dentro de esa habitación que ves ahí. Después, escoge de entre todas las demás cruces que ahí se encuentran, la cruz que tú quieras”.
El joven suspiró aliviado.
-“Gracias”, dijo, e hizo como le indicó el ángel. Entró en la habitación y entregó allí su cruz. Y continuó su recorrido a través de toda aquella enorme habitación buscando una cruz que le fuera más cómoda de llevar. Vio muchas cruces, algunas tan grandes que no les podía ver la parte de arriba, pero siguió su búsqueda por la habitación que parecía no tener fin, y probó toda clase de cruces que ahí se encontraban.
Algunas eran muy pesadas, otras tan pequeñas que le parecían muy fáciles de llevar, y él no quería decepcionar al Señor, así que siguió caminando hasta que vio una cruz apoyada en un extremo de la habitación; al probarla sintió que le quedaba muy bien, no era ligera y tampoco pesaba demasiado, así que decidió cogerla. Con un poco de esfuerzo se la acomodó a su espalda y buscó al ángel.
“Ángel”, susurró, “quiero ésta”.
El ángel empezó a exclamar algunas palabras, pero el Señor se dirigió al joven diciéndole:
-“Hijo mío, no existe mejor elección, felicidades”. -El joven se retiró lleno de alegría.
En esto, el ángel le dijo a Dios:
“Pero Señor, el joven se lleva la misma cruz con la que llegó aquí.”
Cualquiera que sea tu cruz, cualquiera que sea tu dolor, siempre brillará el sol después de una tormenta.
Cuando los problemas de la vida nos parezcan abrumadores, debemos estar gozosos y agradecidos porque sabemos que el Señor no nos va a dar más carga que la que podamos llevar. Y aún así, con nuestras cargas, sus brazos estarán alrededor de nuestra vida para ayudarnos a llevarlas.
Mateo 11:28-30
Jesus dijo:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga.

¡Ajustarse el cinturón!

 Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.  Hebreos 4:16
«El comandante ha encendido el indicativo del cinturón de seguridad, que indica que estamos aproximándonos a una zona de turbulencias. Por favor, regresen a sus asientos inmediatamente y abróchense los cinturones». Las azafatas hacen esta advertencia porque, en esos casos, los pasajeros que no están sujetados podrían lastimarse. Sujetos a sus asientos, pueden atravesar a salvo las turbulencias.
En cambio, por lo general, la vida no nos advierte de las experiencias perturbadoras que se nos cruzan. Pero nuestro Padre celestial lo sabe, y por eso nos invita a presentarle nuestras preocupaciones, heridas y temores. La Escritura nos dice: «Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro» (Hebreos 4:15-16).

En temporadas de turbulencia, lo mejor es dirigirnos a nuestro Padre en oración. La frase «gracia para el oportuno socorro» significa que podemos «abrocharnos» al Señor durante los momentos amenazadores, ¡Él es más seguro y poderoso que todo! Cuando la vida nos abrume, oremos. Él puede ayudarnos a atravesar la turbulencia.
Señor, gracias por darme seguridad en esta vida turbulenta.
Aunque no podemos prever las pruebas, sí podemos orar a nuestro Padre que nos comprende.

Morir es ganancia

Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia.” (Filipenses 1:21)
Para mucha gente la vida en la tierra es todo lo que hay, todo lo que tienen. Los domina el concepto de que todo termina con la muerte. Y como ésta es la filosofía que domina su vida, llegan a la conclusión de hay que aprovechar la corta vida en la tierra. Ésta es la razón por lo que dedican todo su esfuerzo en acumular bienes y riquezas, dinero, popularidad, poder, y en dar rienda suelta a los placeres sensuales.
Cuando murió uno de los hombres más ricos de la historia, John D. Rockefeller, le preguntaron a su abogado: «¿Cuánto dejó John D?» La respuesta fue: «TODO». 
Dijo Salomón, uno de los hombres más sabios de la historia. “Nada trajimos al nacer y nada nos llevamos al morir. La gente trabaja duro para conseguir cosas, pero cuando muere no puede llevarse nada.” (Eclesiastés 5:15 PDT).
Resultado de imagen de Morir es gananciaLa biblia presenta una perspectiva de vida cuanto menos diferente, en el sentido de que el Señor Jesús nos enseñó que la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. Que la vida es más que comida, y el cuerpo mas que el vestido.” (Lucas 12:15,23).
Los valores espirituales tienen mayor importancia que los recursos materiales que finalmente, quedarán en la tierra sin saber quién los disfrutará. En este sentido, el Señor dio el sabio consejo de encontrar el camino que nos lleva a un aprovechamiento más efectivo de la vida: Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás y lleven una vida justa, y él les dará todo lo que necesiten.” (Mateo 6:33NTV). Jesús nos advierte de buscar un equilibrio, para que el ocuparnos de la vida no nos lleve a olvidarnos de Dios.
El apóstol Pablo entendió plenamente este principio de vida. Es la razón por la que les dice a los cristianos filipenses:Si vivo, quiero hacerlo para servir a Cristo, pero si muero, salgo ganando.” (Filipenses 1:21 TLA). Para Pablo, su vida en la tierra está cifrada en Cristo. Cristo es el todo en su vida, el eje de su vida. Es el que le da sentido a su vida.
I. EL VIVIR ES CRISTO
Pablo fue un hombre culto, uno de los más prestigiosos maestros del judaísmo, fuerte candidato a formar parte del Sanedrín (la alta jerarquía de la religión judía). Por su rechazo al cristianismo y a los cristianos, se convirtió en un acérrimo perseguidor de la iglesia cristiana. Contaba con el total apoyo del Sanedrín.
Pero la vida de este hombre experimentó un cambio radical cuando tuvo un encuentro con Cristo camino a Damasco. Entonces los propósitos de su vida fueron otros, sus convicciones fueron otras; ahora sus metas eran vivir para servir a Cristo y a su iglesia, desarrollar valores eternos y hablar a otras personas acerca de Cristo.
En términos espirituales, la máxima aspiración de Pablo era ser semejante a Cristo y hablar con valor y claridad a favor de Su evangelio. Pablo llegó a deciropino que nada tiene valor comparado con la inapreciable ganancia de conocer a Jesucristo como Señor. Por ganar a Cristo todo lo he dejado a un lado y lo considero basura.” (Filipenses 3:8 NT BAD).
Ésta es una profunda declaración acerca de sus valores: la relación de una persona con Cristo es más importante que cualquier otra cosa. Conocer a Cristo debe ser nuestra meta final.
En términos económicos, El Señor Jesucristo ve la vida como una gran inversión. Lo que acumulemos en la tierra no vale nada para la obtención de la vida eterna. Ni riquezas ni pobreza, ni la conquista de los honores más elevados, pueden hacernos ganar la vida eterna.
El Señor enseña: De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si a fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla.” (Mateo 16:26 TLA). El Señor dice claramente que el hombre está aquí para un negocio mucho más grande que conseguir dinero y vivir holgadamente. Está llamado a representar los intereses de su Rey. Si pierde esto, lo pierde todo.
Y sobre este concepto de vida, el Señor aconsejó: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.” (Mateo 6:19-21).
El verdadero tesoro es creer que Jesucristo es el único camino para llegar al Dios verdadero. Es buscar intencionalmente a Dios de todo corazón y permitir que los propósitos de Dios se hagan realidad en toda nuestra vida, en nuestra familia y en todo lo que hacemos.

viernes, 16 de marzo de 2018

Vence con el bien el mal

Un aborigen ya muy anciano, que se hallaba instruyendo a su nieto acerca del peregrinaje en esta vida le dijo: -¿sabes?, una gran batalla se lleva a cabo dentro de mí. Es una batalla entre dos fieras.
Resultado de imagen de vence con el bien el mal bibliaUna es mala, y es el odio, la envida, la ira, el resentimiento, la vanagloria, el orgullo, la vanidad, la codicia.... Y la otra fiera es buena, y es el amor, la bondad, la paz, la esperanza, la humildad, la confianza.... Es una lucha sin tregua alguna, y también se lleva a cabo en tu interior, y en el interior de cada ser humano de este mundo.
En medio de su meditación, el niño pregunta al anciano:
-¿Quién vencerá?
-Pues el que tú escojas alimentar-, replicó el anciano.

“...No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres. No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal…” Romanos 12:17-21

El Dios vivo

Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Salmo 42:2
¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas, Salmo 63:1
Tener “sed de Dios”. ¡Qué intensa necesidad; qué sorprendente expresión! Es la necesidad que hay en lo más profundo del corazón de cada uno de nosotros. Pero, ¿de qué Dios tenemos sed? ¡Del Dios vivo! Éste no es solo un Dios que existe, sino el Dios que da la vida, que habla y escucha; es el Dios que actúa en la historia de los hombres y en nuestra propia historia. No es un dios lejano que no se interesa en los hombres, sino un Dios muy cercano que se revela por fe.
Orar a Dios como al Dios viviente es reconocer que tiene el poder de liberarnos del miedo y del mal. También es tomar conciencia de que Él conoce todo lo que hacemos e incluso lo que pensamos. ¡No podemos esconderle nada!
Pensar en el Dios vivo puede atemorizar al que no está en regla con Él e incluso aterrorizarlo. ¡Pero qué fuente de paz y de confianza para el que va a Dios por medio de la fe! Dios se revela de una manera... tan real, tan profunda, que la expresión “Dios viviente” viene a los labios del creyente cuando expresa su ardiente deseo de comunión con su Dios (Salmos 42 y 84).
Cuando por la fe experimentamos la presencia de Dios, nos inclinamos con respeto y amor, cautivados por su grandeza.
“Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía” (Salmo 42:1).
“Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios del Señor; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo” (Salmo 84:2).

¿Qué tipo de vasija eres?

¡Qué aflicción espera a los que discuten con su Creador! ¿Acaso discute la olla de barro con su hacedor? ¿Reprocha el barro al que le da forma diciéndole: ¡Detente, lo estás haciendo mal!?
Isaías 45:9 (Nueva Traducción Viviente)
Dios como alfarero es quien elige las herramientas para moldearnos, y dichas herramientas por lo general no son agradables cuando se tratan de comprender en la carne. No así con el Espíritu de Dios, quien ve lo eterno. Cuando una persona es sometida por Dios a procesos para desprender de él/ella las características que no caben en Su obra, es como si un alfarero diera forma a la vasija que diseñó. Y en dicho proceso algunos de los creyentes se desaniman, incluso hasta dicen enojarse con Dios por lo que les está pasando, cuando en realidad Dios solamente está desprendiendo los pedazos de barro que no son parte de la obra maestra que Él diseñó.
Dios es el Creador del Universo, por Su palabra son sostenidas las galaxias. Él afirmó las estrellas, determinó el numero de especies que vivirían en la tierra, y por Su aliento todo ser es sustentado. No se discute quién es el más sabio ni el más poderoso porque no existe con quien compararlo. Él es la sabiduría y el poder, por lo tanto Él sabe lo que es mejor para cada uno de Sus hijos, Él conoce la forma real de cada una de Sus vasijas. Cuando un creyente se resiste a convertirse en la persona que en realidad es en Cristo, se encuentra peleando con su Hacedor, con Aquel que está moldeándolo.
Un creyente no debe concebir en su corazón que Dios está haciendo mal las cosas, que el Todopoderoso se ha equivocado al escoger el camino y circunstancias que un creyente vive, pues es como si una vasija de barro discutiera con su hacedor.
Por el contrario, un creyente debe mostrar buena disposición para ser transformado en la vasija que Dios concibió en Su corazón antes de la creación. Así como humedecer el barro con agua facilita que el alfarero dé forma a su obra, el creyente debe ser expuesto frecuentemente al poder y vida de la palabra de Dios para ser formado sin dolor y con facilidad por el Señor.

¿Qué tipo de vasija quieres ser? ¿De las que se resisten a su alfarero o de las que tienen puesta su mirada en la obra maestra del Creador?

martes, 13 de marzo de 2018

Señales de una iglesia verdadera

Mateo 16: 13-20
No debemos evaluar una iglesia verdadera por lo grande que es, por lo bien que toca su grupo de alabanza en la adoración, o por lo grandes que son los programas de los niños, etc. Deberemos medirla por lo bien que se predica y enseña la Palabra de Dios, por el crecimiento de los creyentes en santidad delante de Jesús, si están haciendo discípulos, y cuánto honran al Señor Dios a través de la persona de Cristo.
La Iglesia no existe por casualidad. Dios la instituyó para que comunicaran el mensaje del evangelio a toda criatura. Hoy desgraciadamente las iglesias ha tomado otro rumbo.
Resultado de imagen de una iglesia verdaderaEl evangelio de la prosperidad, falsas doctrinas y otras corrientes teológicas han llevado a la iglesia a desviarse de su misión, visión y propósito. Tenemos que luchar a toda costa para que nosotros como Cuerpo de Cristo, seamos una agencia sanadora para la comunidad y el mundo.

¿Cuáles son las señales de una iglesia verdadera?
- Se enfoca en la obra de Cristo en la cruz:
1ª Corintios 1:23: “pero nosotros predicamos al Mesías crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles, necedad”.
La obra redentora de Cristo se consumó en la Cruz, donde Jesús venció a la muerte y al pecado para danos vida. La cruz es un símbolo de sacrificio, pero también de victoria.
Lo que para muchos es locura para nosotros es el regalo de alguien que ocupó nuestro lugar. La cruz no es un amuleto o piedra de tropiezo para el hombre. Es un puente para llevarnos a Dios.

- Enseña gracia y no legalismo
Romanos 6:14: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros, pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”.
El evangelio nos trae libertad desatando las ligaduras del pecado para hacernos libres en Cristo. La iglesia verdadera disfruta de ese regalo que nos ha hecho libres en Cristo, que se llama Gracia.
La gracia no está basada en tradiciones humanas, la gracia es más bien el deseo soberano de Dios de salvarnos y apartarnos de todo aquello que impedía nuestra relación con Él.