martes, 6 de mayo de 2014

En el 4º Piso - Reflexiones

La empresa para la que trabajaba mi papá siempre proveía de apartamentos de alquiler para sus empleados, generalmente, en edificios de varios niveles. Nosotros vivíamos en uno de esos edificios, en el 4º piso.
Durante dos años, mi papá estuvo enviando su solicitud de un apartamento en el primer piso. Así sería más fácil para mi mamá, que había sufrido complicaciones después de su segundo parto. Se le había recomendado mucho reposo, y subir las escaleras todos los días era un poco difícil para ella. Gracias a Dios, la solicitud de mi papá fue concedida muy rápidamente, y mamá y papá se alegraron mucho. Nos mudaríamos a otro apartamento, en el primer piso de ese mismo edificio, próximo a la oficina de mi papá.
Sin perder ni un minuto, el sábado de esa semana hicimos la gran mudanza, estábamos muy emocionados. Al lunes siguiente, cuando mi papá volvía del trabajo y estaba a punto de entrar en casa, vio a una anciana y su viejo esposo luchando por subir una silla de ruedas por las escaleras. Quedó impresionado y conmovido.
Cuando corrió a ayudarles, dijo la señora, “No te preocupes, hijo, ya estamos acostumbrados, hemos hecho esto durante los últimos 15 años por nuestra hija con discapacidad. Dios le bendiga por su ayuda, de todos modos”.

Tener fe para no rendirse

Todos tenemos diferentes luchas que libramos diariamente, y seguramente mi lucha no sea la tuya, quizá no se parezca o no tenga desde tu perspectiva, la misma importancia que para mí tiene. Igualmente, tu lucha para muchos de nosotros, puede parecer fácil, pero para ti puede que sea muy difícil de sobrellevar y sin embargo no te das por vencido.
A veces creemos que lo más fácil es dejar todo, renunciar a nuestro esfuerzo y dejarnos hundir, pero aunque eso sea lo que parezca más fácil, nosotros no somos de los que nos rendimos ni retrocedemos. La Biblia dice: “Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” Hebreos 10:39 (Reina-Valera 1960).
“Sino de los que tienen fe”, porque se necesita fe para poder seguir adelante en la vida cristiana, sin fe no podemos agradar a Dios.
Al acrecentarse tus luchas, puede que hayas experimentado un sentimiento de impotencia ante la realidad y pensaras incluso, en rendirte, en tirar la toalla, en no seguir luchando más. Sin embargo, recuerda que tienes a Dios de tu lado y siendo así, no tienes por qué rendirte, porque Él te ha ayudado, te está ayudando y te seguirá ayudando para no rendirte.
A pesar de que hoy tengas sentimientos encontrados, que te quieran hacer pensar que no podrás, la realidad es que sí podrás porque Dios está de tu lado. La Biblia dice: “Mas Jehová está conmigo como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán, y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera, porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás será olvidada.” Jeremías 20:11 (Reina-Valera 1960).

Fe en momentos de prueba

Todos aseguramos tener fe, pero ¿qué pasa cuando vienen momentos de prueba? Normalmente todos decimos tener fe, nos sentimos seguros de ello cuando nos lo preguntan, y ahora estamos en un momento de nuestra vida que no necesitamos probarla, la situación actual es tranquila y nos sentimos seguros, pero ¿qué será lo que sucede cuando viene ese problema tan grande y sentimos una gran desesperación y temor?, ¿a dónde va nuestra fe?, ¿dónde queda nuestra seguridad?
fe en los momentos de prueba

Tal vez te ha pasado que estás seguro de confiar en Dios y te sientes con ánimos de invitar a otro a creer con todo el corazón, igual que tú, pero llega un momento de prueba en tu vida que te hace tambalear, dudar, perder el control que creías tener. Hace algunos días asegurabas sentirte confiado, pero llegó esa situación inesperada a tu vida y hoy sólo buscas desesperadamente la salida. Esa fe que creías tener ahí está, pero en estos momentos está siendo probada.

A todos nos llegan los momentos de prueba. Aunque nos consideremos o seamos buenos, los momentos de prueba llegarán; hay personas que, erróneamente, creen que la “gente buena” o los que “buscan mucho a Dios” no tienen problemas, cuando la realidad es que, tal vez tengan más situaciones complicadas que los demás, pero con la gran diferencia de que esas “personas sin problemas” han llegado a un nivel más alto de fe, han sido desafiados tantas veces que la medida de fe, en ellos, ha crecido, tal como pasa cuando haces ejercicio, que tú quieres desarrollar un músculo y hacerlo fuerte, y entonces te sometes a rutinas que al principio duelen y requieren de un esfuerzo, pero con el tiempo el músculo se desarrolla y fortalece.

La Escultura - Reflexiones

En el siglo XV, en Florencia (Italia), un grupo de artistas observaba un enorme bloque de mármol muy bueno, de cuatro metros de altura; desgraciadamente había sido estropeado por la mano de un torpe escultor. "No se puede sacar nada de él", pensaban. Pero una mañana, un joven erigió una valla alrededor del bloque abandonado. Y durante cuatro años se oyó el ruido de un cincel tallando la piedra.
Cuando las tablas se derribaron, los florentinos, maravillados, pudieron contemplar una verdadera obra de arte: la magnífica estatua del David de Miguel Ángel, la que aún hoy es una de las joyas de la ciudad. De un bloque frío y deforme, había surgido con el cincel del maestro, un milagro de belleza.
Son muchos los que dicen: " Malogré mi vida. Tallé sin destreza el mármol de mi destino". ¡No se desespere! "Dame tu vida atormentada y miserable –dice Jesucristo–, la transformaré para la gloria de Dios". Si usted entrega su voluntad a la de Dios, Él hará algo hermoso de su arruinada vida.
Quizás Él empezará por erigir una valla para no ver lo que antes amaba, lo cual constituye un obstáculo para el trabajo que quiere hacer. Quizá usted tallara profundamente sus planes y su corazón, porque lo que usted quiere ver reproducido es su propia imagen. Pero Él trabaja “hasta que Cristo sea formado en vosotros” (Gálatas 4:19). Sí, el Señor sabe transformar en una obra de arte lo que nosotros hemos estropeado.

No te preocupes más. Delega todo en el Señor.


Deja ya de preocuparte,
De angustiarte tanto por el mañana,
Para la inmensa mayoría el mañana es el hoy.
Deja ya de preocuparte, de atormentarte por tantas cosas secundarias
que no necesitas, ni son esenciales para tu vida, evitarás muchas congojas
Deja ya de inquietarte por nimiedades y por pequeñeces
que tu mente suele acrecentar, agigantar.
Deja ya de apurarte por todo aquello que no depende de ti,
ni está en tus manos, ni bajo tu control. Ten claro: El viento mueve la veleta, no la torre. ¡Sé tú la torre!
Deja ya de preocuparte y de torturarte por lo que han dicho
o lo que dirán. Tú actúa rectamente y sigue adelante.
Desaparecerán muchos de tus problemas
Deja ya de preocuparte y de inquietarte por lo que no has podido
ser, ni por no haber obtenido aquello que tanto deseabas.
La felicidad estriba en: “Ser lo que ahora eres
y en buscar la felicidad para los demás”
Como dice J. Anouilh: “Las preocupaciones acaban por comerse
las unas a las otras, y al cabo de 10 años…
uno se da cuenta que sigue viviendo”
Pon tus fuerzas en construir una vida nueva
Y caminar de frente sin mirar atrás.
Aprovecha al  máximo cada hora, cada día y cada época de la vida…
Y acuérdate: “solo se vive una vez”
Ten valor para ser diferente y seguir tu propia estrella.
Ten el coraje de aspirar a ser algo mejor.
Aprende todas las normas. Luego rompe algunas.
Vive feliz hoy porque no sabes qué será mañana.
Haz como el Sol que nace cada día.