jueves, 1 de agosto de 2019

Si nuestra salvación es eternamente segura, ¿por qué la Biblia advierte tan severamente contra la apostasía?

Resultado de imagen de Si nuestra salvación es eternamente segura, ¿por qué la Biblia advierte tan severamente contra la apostasía?La razón por la que la Biblia nos advierte tan severamente contra la apostasía, es porque la verdadera conversión se mide por la visibilidad del fruto. Cuando Juan el Bautista estaba bautizando a la gente en el río Jordán, les advirtió a aquellos que pensaban que eran justos, “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento” (Mateo 3:7-8). Y Jesús advirtió a aquellos que lo estaban escuchando mientras predicaba el Sermón del Monte, que todo árbol es conocido por su fruto (Mateo 7:16), y que todo árbol que no produce buen fruto será cortado y echado en el fuego (Mateo 7:19). 

El propósito detrás de estas advertencias, es contrarrestar lo que algunas personas llamarían “creencia fácil”. En otras palabras, seguir a Jesús es más que decir que eres un cristiano. Cualquiera puede afirmar que Cristo es su Salvador, pero aquellos que realmente son salvos producen fruto visible. Ahora bien, uno puede preguntar, “¿Qué significa fruto?” El ejemplo más claro del fruto cristiano se encuentra en Gálatas 5:22-23, donde Pablo describe el fruto del Espíritu (Santo): amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Hay otros tipos de fruto cristiano (tales como la adoración, el ganar almas para Cristo), pero esta lista ya es un buen resumen de las actitudes cristianas. Los verdaderos creyentes manifestarán estas actitudes en sus vidas, cada vez más mientras progresan en su caminar cristiano (2 Pedro 1:5-8). 


Los verdaderos discípulos que dan fruto, son quienes tienen la garantía de la seguridad eterna, y quienes perseverarán hasta el fin. Hay muchas Escrituras que confirman esto. Romanos 8:29-30 delinea la “Cadena Dorada” de la salvación, al señalar que aquellos que fueron conocidos desde antes por Dios, fueron predestinados, llamados, justificados, y glorificados—no hay pérdida por el camino. Filipenses 1:6 nos dice que la obra que Dios comenzó en nosotros, Él también la terminará. Efesios 1:13-14 enseña que Dios nos ha sellado con el Espíritu Santo, como una garantía de nuestra herencia hasta que la poseamos. Juan 10:29 afirma que nadie puede arrebatar las ovejas de Dios de Su mano. Son muchas las Escrituras que dicen lo mismo: los verdaderos creyentes están asegurados eternamente en su salvación. 

Por otra parte, los pasajes que advierten contra la apostasía sirven para dos propósitos principales. Primero, exhortan a los verdaderos creyentes a asegurarse de su “llamado y elección”. Pablo nos dice en 2 Corintios 13:5 que nos examinemos a nosotros mismos para ver si estamos en la fe. Si los verdaderos creyentes son seguidores de Jesucristo que producen fruto, como tales debemos ser capaces de sentir la evidencia de la salvación. Los cristianos producen fruto en diferentes grados, según su nivel de obediencia y sus dones espirituales, pero todos los cristianos producen fruto; y debemos ver la evidencia de ello mediante un auto-examen. 

Ahora bien, hay períodos en la vida cristiana donde no hay frutos visibles. Estos serían períodos de sequía y nos encontramos muchas veces en un desierto donde Dios trata con nosotros. Cuando un verdadero cristiano se examina a sí mismo y ve que no hay fruto reciente, esto debe conducirlo a un serio retorno a Dios. 

En colores

Leer: Apocalipsis 4:1-6
La apariencia del que estaba sentado era semejante a una piedra de jaspe y de cornalina, y alrededor del trono había un arco iris semejante en su apariencia a la esmeralda. (verso 3).
Cuando Xavier McCoury se puso los anteojos EnChroma que su tía Celena le regaló cuando cumplió diez años, estalló en llanto. Al ser daltónico, solo podía ver el mundo en matices de gris, blanco y negro. Sin embargo, con sus nuevos anteojos, vio por primera vez en colores. Su euforia al ver la belleza que lo rodeaba, hizo que sus familiares sintieran que presenciaban un milagro.
Ver el colorido radiante de Dios también generó una intensa reacción en el apóstol Juan (Apocalipsis 1:17). Ante la gloria del Cristo resucitado, Juan describió «un trono establecido en el cielo, y en el trono, uno sentado. Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de cornalina; y había alrededor del trono un arco iris» (Apocalipsis 4:2-3).
Siglos antes, Ezequiel tuvo una visión similar: Sobre la bóveda que estaba sobre sus cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra de zafiro, y sobre la figura del trono había una semejanza, como de un hombre sentado en él. 27 Y vi una apariencia como de bronce refulgente, como una apariencia de un fuego dentro de ella en derredor, desde la parte de sus caderas hacia arriba; y desde sus caderas hacia abajo, vi que parecía como fuego y que tenía un resplandor alrededor. (Ezequiel 1:26-27). Aquella magnífica figura estaba rodeada de un arcoíris radiante (verso 28).

Un día nos encontraremos cara a cara con el Cristo resucitado. Estas visiones nos ofrecen un pequeño atisbo de la magnificencia que nos aguarda. Mientras celebramos la belleza de la creación de Dios aquí y ahora, vivamos anticipando la gloria que aún nos será revelada.
¡Qué experiencia tan maravillosa, Señor, será verte cara a cara!
¿Cómo reaccionas ante el color y la belleza de la creación? ¿Cómo agradeces a Dios por su maravilloso regalo?

El fundamento del carácter cristiano

Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y se les presentó un ángel del Señor y la gloria del Señor los rodeó de resplandor, y tuvieron gran temor. 10 Pero el ángel les dijo:
Resultado de imagen de El fundamento del carácter cristiano—No temáis, porque yo os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: 11 que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor. 12 Esto os servirá de señal: hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Lucas 2:8-12
En el prólogo de la carta a los romanos, Pablo dice que el Evangelio es la fuerza de Dios para salvar al mundo, que en él cree. Esta palabra llega hasta nosotros mediante la revelación de Jesucristo que recibe Juan de manos de Dios Padre (Apocalipsis 1:1).
Juan ve una puerta que se abre en el cielo, de donde saldrá la revelación de Dios (Apocalipsis 5:7). Esta Palabra emitida por Dios Padre, y revelada por Dios Hijo, llega a ser audible por el Espíritu Santo (Juan 16:13). La Iglesia ha sido facultada por Dios para que sea portadora del Evangelio, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación (2 Corintios 5:19).

El cristiano

Cuando hablamos de carácter cristiano, nos referimos a la forma de pensar y actuar de una persona, y como ésta entiende el Evangelio de Jesucristo. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos Mateo 5:16. La falta de carácter cristiano nos está llevando a un cristianismo de adeptos a una religión, con muy poco fundamento evangélico.
Lucas nos muestra el panorama de un pueblo que había encuadrado a Dios en esquemas y moldes de pensamiento religioso, los cuales no le permitieron percibir y entender al enviado de Dios. En Apocalipsis, encontramos a una iglesia que ha dejado su primer amor, infiel al proyecto de Dios. Obra que está muerta, y por último vemos a Cristo Jesús tocando las puertas de la iglesia para que lo dejen entrar.
¿Y qué pasa con la iglesia de este tiempo? La biblia, la palabra de Dios, es como una ventana en la que podemos ver el pasado; pero también es un espejo para ver el presente. Retomemos algunos ejemplos:
I. MUCHOS SE PREGUNTAN ¿DÓNDE PODEMOS ENCONTRAR A DIOS?

A. No saben cómo relacionarse con Dios.

1. ¿Dónde está el problema? En la misión de la iglesia, que se ocupa más en obligaciones religiosas que en anunciar el evangelio de Jesucristo. Aquí existe el riesgo de que muchos nunca lleguen a vivir la experiencia cristiana. (Mateo 5:13)
2. Dios está en las cosas pequeñas. No hay por qué buscarlo en lo admirable y majestuoso, sino en lo ordinario, lo cotidiano y en lo pequeño. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre (Lucas 2:12). Dios pasó enfrente del pueblo y no lo conocieron por falta de fe y carácter (Isaías 1:3)
3. ¿Dónde puedo encontrar a Dios? Dios se nos puede ofrecer cuando quiera y como Él quiera; en un anciano despreciado que vive en soledad, o en las lágrimas de un niño indefenso que necesita de nuestra ayuda (Mateo 25:40,45).

B. Visitas no gratas: La religión incapacita para poder encontrar a Dios.

1. Pastores y magos son los que se interesan por Jesús. ¿Dónde estaban los representantes de la fe del pueblo?; “sacerdotes y escribas”, representantes de un pueblo que decía estar al servicio de Dios, pero no conocieron a Dios (Mateo 21:31); les faltó carácter en su fe, la actitud religiosa los desvió de la fe (Mateo 21:43).
2. Nazaret, de donde nadie espera que pueda salir algo bueno, pero de lo insignificante pueden venir grandes cosas. La religión había anunciado a un Dios que causaba temor, pero Lucas trata de cambiar ese concepto, (Lucas 1:28-30) alégrate, el Señor está contigo, no tengas miedo.
3. El pueblo esperaba un mesías majestuoso; pero Dios se despojó de su rango, para hacerse uno de nosotros (Filipenses 2:6-7). Por eso aun su propia familia lo consideró como loco (Marcos 3:21).