miércoles, 15 de octubre de 2014

¿Es necesario el bautismo para la salvación? ¿Qué es la regeneración bautismal?

Como continuación al mensaje de ayer "¿Salvo?, ¿sin ser bautizado?, doy pie a la publicación de esta otra entrada complementaria, y aclaratoria de aquellas preguntas:
La regeneración bautismal es la creencia de que una persona debe ser bautizada para ser salva. De acuerdo, el bautismo es un paso importante de obediencia para un cristiano, pero no se requiere, en absoluto, el bautismo para la salvación. Todos y cada cristiano debe ser bautizado en agua por inmersión. El bautismo ilustra la identificación del creyente con la muerte, sepultura y resurrección de Cristo. Romanos 6:3-4 declara, “¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en Su muerte? Porque somos sepultados juntamente con Él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.” La acción de ser sumergido en el agua, ilustra el ser sepultado con Cristo. La acción de salir del agua, ilustra la resurrección de Cristo.

Cualquier cosa que se añada a la fe en Jesucristo como requerimiento para la salvación, es una salvación basada en obras. Añadir cualquier cosa al Evangelio, implica decir que la muerte de Jesús en la cruz no fue suficiente para comprar nuestra salvación. Decir que debemos ser bautizados para ser salvos, es decir que debemos añadir nuestras propias buenas obras y obediencia a la muerte de Cristo, a fin de hacerlo necesario para la salvación. Pero solo la muerte de Jesús pagó nuestros pecados (Romanos 5:82 Corintios 5:21). El pago de Jesús por nuestros pecados es adjudicado a nuestro “cargo” únicamente por fe (Juan 3:16Hechos 16:31Efesios 2:8-9). Por lo tanto, el bautismo es un paso importante de obediencia después de la salvación, pero no es un requerimiento para la misma.

Sí, de acuerdo, hay algunos versos que parecen indicar al bautismo como un requerimiento necesario para la salvación. Sin embargo, puesto que la Biblia nos dice muy claramente que la salvación se recibe sólo por la fe (Juan 3:16Efesios 2:8-9Tito 3:5), da pie a pensar que debe haber una interpretación diferente de esos versos. Pero la Escritura no se contradice a ella misma. En los tiempos bíblicos, una persona que se convertía de una religión al cristianismo, con frecuencia era bautizada para identificar su conversión. El bautismo era el medio por el que se hacía pública la decisión del cambio. Aquellos que rehusaban ser bautizados se decía que realmente no habían creído. Por lo que, en la mente de los apóstoles y los primeros discípulos, la idea de un creyente no bautizado era inaudita. Cuando una persona declaraba creer en Cristo, y sin embargo se avergonzaba de proclamar su fe en público, indicaba que no tenía una fe verdadera.

¿A quién buscamos?

María estaba fuera llorando junto al sepulcro… Jesús le dijo: mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Juan 20:15
Inline image 1Era la mañana de resurrección. María Magdalena había ido a la tumba de Jesús, pero la halló vacía. Fue a decírselo rápidamente a Pedro y a Juan, quienes también fueron corriendo al sepulcro. Éstos hallaron pruebas de la resurrección, pero regresaron a sus casas.
María, en cambio, no pudo irse. Se quedó sola llorando. Entonces dos ángeles le hablaron. Ella se dio la vuelta y vio a Jesús resucitado, pero no lo reconoció. Jesús le preguntó: “Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?”. Ni siquiera con estas preguntas lo reconoció. 
Entonces Jesús le dijo: “¡María!”. El oír su propio nombre fue suficiente para hacerle reconocer a su Señor. Su corazón y sus ojos se abrieron y pudo responder: “¡Maestro!”.
Jesús le pidió a María anunciar a sus “hermanos” que su cruz, en vez de separarlo de ellos, era la base de nuevos vínculos con ellos. Y como resultado, recibimos algo incalculable: su Padre pasó a ser nuestro Padre, y su Dios nuestro Dios.
María estaba buscando a su Señor, y Él, el buen Pastor, buscaba a su oveja y sabía todo lo que había en su corazón. Conocía su ferviente amor por Él.
Si buscamos al Señor, si sentimos la necesidad de su presencia en medio de un mundo que lo rechazó, Él se manifestará a nosotros con todo su amor. Tal vez sea suficiente leer un versículo de la Biblia para volver a sentir el gozo de nuestra comunión con Cristo. ¡Dejemos de llorar y vayamos al Señor resucitado! ¡Es a Él a quien necesitamos! Está vivo en el cielo y pronto vendrá a buscarnos.

Aunque camines en valle de sombra todavía hay esperanzas

Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones” (Joel 2:28).
La profecía dada por el profeta Joel está aún en tiempo futuro, o sea, es para estos tiempos. Llama la atención que el versículo empieza con estas palabras: “Y sucederá que después de esto”. Esto crea una relación entre las plagas de langostas y el juicio de Dios sobre los países o naciones, y el final de los tiempos. Estamos viviendo en estos tiempos, tiempos de guerras y conflictos, tiempos de entretenimiento y desánimo espiritual, tiempos de plagas. No es un secreto lo que cada día vemos en las noticias, amenazas de guerras y surgimientos de plagas, como por ejemplo el virus del Ébola, que es la plaga más letal y que tiene a muchos gobernantes muy preocupados. Son señales de los últimos tiempos. 
Inline image 1          Aunque estemos viendo un mundo cambiante, un mundo en el que las leyes aprueban muchas cosas que jamás pensábamos que iban a ser aprobadas, aunque el hombre cambie, Dios nunca cambiará y Sus promesas tampoco serán cambiadas. Lo cierto es que estamos viviendo en los últimos tiempos. Mire nada más a su alrededor y observe el entretenimiento en que se encuentra la gente, como por ejemplo, unos jóvenes haciendo cola dos días para poder obtener el último teléfono móvil que surgió. Sin estar en contra de las tecnologías, la verdad es que el enemigo las ha empleado para entretener a muchos.
        Satanás quiere distraer a las gentes, y las gentes viven este mundo de distracción. Pensemos que cuando salieron los primeros teléfonos móviles, no había ninguna necesidad de cambiarlos a menos que se rompieran, eran útiles y las gentes vivían felices. Ahora un nuevo teléfono surge cada mes o cada medio año, y las personas se dejan engatusar por las innovaciones de tal manera, que van como corderos al matadero. Las personas de hoy giran en torno a sí mismos; solamente vaya a una consulta médica, a una sala de espera, o a cualquier lugar, y verá que todos viven, giran en torno a ellos mismos. Todos tienen las miradas fijas en sus teléfonos. Lamentablemente, se está perdiendo la calidad de comunicación entre la humanidad, es como si fuera una epidemia en la que todos están fijando la mirada en el teléfono y no en Dios. Lo cierto es que somos una humanidad entretenida, como también es cierto que muchos se pierden o han abandonado a Dios debido al entretenimiento en las redes sociales.

Imposibles

Cuando era niño soñaba con tener novia, con una familia, con hijos… Luego, cuando crecí y me convertí en un joven, en vez de verse fortalecido ese sueño, no solo fue disipándose con el tiempo sino que también gruesos nubarrones de tormentas y días grises fueron ahogándolo.
Tenía dieciocho años y ya no quería vivir más. No tenía proyectos en la vida, ni esperanzas, ni incentivo de ninguna clase. Muy lejos estaba de mi vida, en ese entonces, aquel bonito sueño de mi niñez.
Fue por esa época en que conocí a Jesús como mi Salvador, y Él tuvo a bien devolver a mi vida sueños rotos y esperanzas hechas añicos.
No obstante, desde ese momento, ocurrido a fines de 1980, mucho tuvo que llover hasta que por fin comenzara a ver que sí podía, que una esposa, que una familia, que un hijito aún podían ser sueños hechos realidad en mi vida.
Varios años después, conocí a la chica que se convertiría en mi esposa. No tenía en mi mente ni en mi corazón “un molde”, un “patrón” previamente fijado. Cuando veía a una chica, descartando sus virtudes y defectos, no podía decir “esta es la chica que quiero para mi vida”. De hecho, cualquiera podía serlo. Era lo que Dios pusiera en mi camino, no me importaba su aspecto físico, con tal de que pudiera ser mi “otra parte”. Pero debo confesarles algo: cuando la vi por primera vez, estuve muy lejos de pensar que “tal vez esa chica nueva” de la iglesia…
Pasó el tiempo. Fue un proceso largo, duro y doloroso, que aún no termina. Muchos cambios tuvieron que sucederse. Hasta tal punto, que tuve que echar abajo todo lo hecho en mi vida y comenzar a edificarme literalmente desde cero.
En la actualidad, veintidós años han transcurrido desde que “tal vez esa chica nueva de la iglesia…” y decidimos unirnos delante de Dios y comenzar una vida juntos... hasta que la muerte nos separe.

Eres mi vida - Reflexiones

Había un niño en la India que fue enviado por sus padres a un internado. Antes de ser enviado, este muchacho era el alumno más brillante de su clase, el primero en todo, era un campeón.
Pero el muchacho cambió después de salir de casa. Sus notas empezaron a empeorar. Odiaba estar en grupo, estaba solo todo el tiempo, y tuvo momentos tan oscuros que hasta pensó en el suicidio. Todo porque se sentía inútil y creía que nadie lo amaba.
Sus padres comenzaron a preocuparse por su hijo, pero incluso ellos no sabían lo que estaba mal en él. Así que, su papá decidió viajar a la escuela y hablar con él.
Se sentaron en la orilla del lago, cerca de la escuela. El padre comenzó haciéndole preguntas ocasionales acerca de sus clases, los profesores y los deportes. Después de un tiempo, su padre dijo, ‘
¿Sabes hijo, la razón por la que estoy aquí hoy? 
El joven contestó, “para ver mis calificaciones?”
“No, no, su padre respondió: “Estoy aquí para decirte que eres la persona más importante para mí. Quiero verte feliz. A mí no importan las calificaciones. Me importas tú, me preocupo por ti y me importa tu felicidad. Eres mi vida".
Estas palabras causaron que los ojos del muchacho de se humedecieran de lágrimas. Abrazó a su papá y se mantuvieron en silencio un largo tiempo, no hacía falta decir nada.
Ahora el muchacho tenía todo lo que quería. Sabía que alguien en esta tierra, se preocupaba por él y lo amaba profundamente. Significaba el Mundo para alguien.
Hoy, este joven está en la universidad y es el mejor de su clase. ¡Nadie le ha visto triste jamás!
Muchas gracias papá. ¡Tú también eres es mi vida!
Efesios 3:14-15 Yo siempre he sido Padre, y por siempre seré Padre…
Juan 1:12 La pregunta es… ¿quieres tú ser mi hijo? …
Romanos 8:31-32 Por mi amor hacía ti haré cualquier cosa que gane tu amor…
Salmos 34:18 Cuando tu corazón está quebrantado, Yo estoy cerca a ti…
Isaías 40:11 Así como el pastor carga a un cordero, Yo te cargo a ti cerca de mi corazón.
Apocalipsis 21:3-4 Un día Yo te enjugaré cada lágrima de tus ojos y quitaré todo el dolor que hayas sufrido en esta tierra…