jueves, 24 de marzo de 2016

Sigamos Soñando

Cuando todo haya pasado, ¿cuál será el legado que habrás dejado a la siguiente generación? ¿Habrás hecho algo realmente relevante en tu vida que trascienda más allá de lo que tu mente finita pueda imaginar?
¿Qué ocurrió con todas esas metas y sueños que una vez tuvimos pero que, por diferentes motivos, como inexperiencia, falta de motivación o de recursos, hemos optado por colgar los guantes en plena pelea con ellos?
Si me pudiera definir en una sola palabra yo escogería: “SOÑADOR”, pues es exactamente lo que he sido toda mi vida, y aunque me he estrellado muchas veces con la cruda verdad del fracaso, también he podido ver muchos de estos sueños cumplirse, hasta aquellos que yo creí imposibles.
Quizá no todos tus sueños se lleven a cabo, puede que muchos de ellos sí, pero nunca lo sabrás si no lo intentas… Si nunca te arriesgas a cruzar el río, nunca sabrás lo que te espera en la otra orilla.

Creyentes no intimidados por los que se oponen

Filipenses 1:28 y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto es de Dios.
Pablo continúa su exhortación a los filipenses y les dice que sean creyentes con valor, que no vivan atemorizados por todos aquellos que se oponen a Cristo.
Es vital que la Iglesia permanezca unida para enfrentarse a la oposición. Pablo les dice a sus hermanos filipenses que no estén en nada intimidados por los que se oponenporque los que viven conforme al evangelio de Cristo, permanecen firmes luchando unidos por la fe del evangelio (versículo 27). La oposición no nos debe atemorizar porque el Señor está con nosotros, y Él tiene el control de todo. Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. (1 Juan 4: 4).

La venganza y el Reino

Cuando dejamos la ofensa recibida de otros en manos de Dios, estamos afirmando que Él sabe bien qué es lo que necesitamos, y no hará otra cosa que lo mejor para nosotros.
Hay pocas cosas que calen tan hondo en nuestros corazones como los males que nos vienen de parte de otros. Es más fácil aceptar nuestras dificultades económicas, la falta de trabajo o la propia enfermedad. Pero cuando otras personas nos traicionan nos sentimos dolidos en lo más profundo de nuestro ser. Superar estos malos momentos es todo un desafío.
Inline image 1En el texto de Romanos 12;18-19 "si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.  No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor, Pablo nos da una orientación respecto a este tema. Primeramente, nos recuerda que la paz debe ser una de las características de los que andan en Cristo, porque seguimos a un Dios de paz. De todas formas, la frase "en cuanto dependa de vosotros" nos advierte que estar en paz con los demás es algo que requiere siempre la colaboración de al menos dos personas. Es decir, no implica solamente la ausencia de agresión de nuestra parte, sino también el mismo compromiso de parte de la otra persona. Por esta razón no siempre la paz es absoluta, pues nuestros deseos de estar en paz con los demás pueden no ser correspondidos por la otra parte.

Agradece a Dios al comenzar y terminar la jornada

Estaba cansado. Dejó el portafolios en un sofá, se dirigió al refrigerador, sacó leche y pastel, y se abandonó a ver la televisión. El día había sido agotador. Por la mañana había compartido una lección de un devocional en el templo. Al llegar a la oficina, impartió una enseñanza del evangelio a los empleados. Prosiguió en su itinerario atendiendo a proveedores, algunos de ellos demasiado difíciles, y acabó con una predicación a toda la congregación.
Pastor de vocación, aunque su denominación era real él prefería que lo llamaran por su nombre. No era tanto el ser reconocido como pastor lo que le preocupaba, sino cumplir su misión en la obra de Jesucristo.
En la televisión estaban transmitiendo un concurso de conocimiento cultural. A cada pregunta respondida correctamente, se sumaba una puntuación. Pero él no estaba prestando la más mínima atención porque tenía los ojos cargados de sueño.
Apagó el receptor, conectó el contestador telefónico y se dirigió a su habitación, pero sabía, pese al sueño, que debía hacer algo primero. Se arrodilló y comenzó a orar.
En la intimidad de la pieza sintió la presencia de Dios. Siempre era así. Él estaba allí. No le cabía la menor duda. Y solo así tuvo la tranquilidad necesaria para reposar. Mañana sería otro día. Tal vez la jornada sería más dura, pero tenía la tranquilidad de estar cumpliendo la misión a la que había sido llamado por Jesús.