martes, 7 de agosto de 2012

Lo grande que eres Dios - Hillsong

                                                                                Dame ojos para ver más de Ti 
                                                                         Te contemplo y calmas todo mi existir 

                                                                                        Todo lo que sé 

Lo entrego a tus pies 
Tu mi Dios, Eres el Rey 

CORO 1 
Nada contendrá 
Ni abarcará 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios 
Nunca llegaré a comprender 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios 

II 
Mas allá de este momento quiero ver 
Y creer que no hay nada que temer 
Que tu reinas sobre toda situación 
Tu mi Dios, Eres el Rey 

CORO 1 
//Nada contendrá 
Ni abarcará 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios 
Nunca llegaré a comprender 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios// 

PUENTE 
No hay nada que pudiera separarnos 
No hay nada que pudiera separarnos 
De tu amor 
No temeré 
Seguro estoy y se 
Que tu mi Dios 
Eres el Rey 

CORO 2 
Cómo expresar o articular 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios 
Nunca llegaré 
A comprender 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios 

CORO 1 
Nada contendrá 
Ni abarcará 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios 
Nunca llegaré a comprender 
Tu amor 
Lo grande que eres Dios

¿Y si no tengo sueños? - Crecimiento personal

 “La energía de los sueños proviene de la actitud, motivación y el deseo de solucionar los problemas”.
Recientemente recibí un comentario de una joven en el que preguntaba: ¿y si alguien no tiene sueños o no puede soñar? Honestamente no creo que nadie no tenga sueños; todos tenemos deseos, todos anhelamos, todos queremos lo bueno para nuestras vidas, todos pueden soñar.
La pregunta que debo hacerme es ¿Cuándo dejé de soñar? ¿Cuándo perdí esa capacidad de volar?
Son muchos los factores que nos llevan a perder nuestros sueños o esa capacidad de soñar; puede ser la autoestima muy baja cuando pensamos que eso no es para nosotros. Puede ser la falta de confianza en nosotros mismos producto de nuestras inseguridades recibidas en el hogar o en la escuela. Puede ser la desilusión cuando alguien en quien confiamos nos falló y, entonces, ya no quiero soñar. Puede ser la ansiedad, el estrés, y hay otro enemigo conocido como el pesimismo, que a su vez es conformista y cuya palabra preferida es “imposible, no se puede lograr”. Estos factores y especialmente el pesimismo te desaniman y pierdes esa capacidad de soñar, no quieres soñar porque temes que no se puede y te dices a ti mismo “mejor no soñar que fracasar.” Y los más “espirituales” se dicen: “creo que esta es la voluntad de Dios”. Perdemos el sueño cuando perdemos la esperanza.
¿Puedo volver a soñar? Claro que puedes volver a soñar. Los sueños se construyen desde la esperanza. Tu puedes comenzar a soñar con la felicidad en tu matrimonio, puedes comenzar a soñar con la carrera en la que querías graduarte, soñar con lograr, con tener, con hacer, son tantos los sueños que puedes hacer una gran lista de las cosas que te gustaría ver en ti y en los tuyos antes de morir. Cada uno de tus sueños inclusive ser el mejor esposo, el mejor padre, el mejor amigo, son válidos e importantes.
Me encanta la definición de John C. Maxwell en su último libro ¡Vive tu Sueño! “Un sueño es un cuadro inspirador del futuro que te infunde energía, voluntad y emociones a tu mente, facultándote para hacer todo lo que puedas para lograrlo”.
Nunca pierdas la esperanza, busca las cosas que quieres y trabaja por ellas. Pregúntate: ¿Qué es lo que realmente quiero en la vida? ¿Cuáles son las cosas por las que vale la pena luchar en la vida?
“No hay nada como un sueño para crear el futuro” Víctor Hugo
Una vez que has descubierto lo que quieres, es importante que te hagas las preguntas correctas para pasar a la acción y así detener el autosabotaje que muchas veces te haces, haciendo que tus sueños no se hagan realidad.

“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta.” Rom.12:2 (NVI)
No te amoldes a las palabras y juicios de la gente que te dicen que es imposible, que no lo vas a lograr, que eso no es para ti, cambia de actitud y renueva tu mente con lo que Dios dice que eres y lo que Él tiene para ti. Motívate para soñar, para soñar en grande, para ser el mejor, para dejar una huella en las personas que amas. Recuerda que todos los problemas se hicieron para ser resueltos, así que no te detengas y dale vida a tus sueños.
Hoy es el mejor día para volver a soñar.

No deje morir aquello que vale la pena-reflexión

¿Se ha preguntado dónde van a parar los restos de los aviones que un día surcaron los aires del mundo y llegan a cumplir su ciclo de vida? Debe ser un lugar muy triste. Grande. Perdido entre centenares de aparatos viejos y láminas inservibles. Verlos agonizar, cuando el sol se oculta en el horizonte, sin duda despierta nostalgia.
En particular los Boeings 727, con capacidad para transportar 173 pasajeros a una velocidad de 600 millas por hora y a una altura de 24 mil pies, son como gigantes dormidos a la espera de la luz diurna del día, sin tiempo en el que puedan abrir nuevamente los ojos para encumbrarse sobre montañas, ríos y valles; aquellos que se acostumbraron a mirar desde la distancia como águilas que se abalanzan al infinito.
Tom Bennington, un empresario norteamericano, decidió evitar la muerte del fuselaje de estos gigantes pájaros de metal. Vende objetos inverosímiles por Internet. Por eso optó por transformar los monumentales cilindros en casas para familias numerosas. Aprovecha el área cubierta que es de doce mil pies cuadrados, para alojar una pareja y sus numerosos hijos en condiciones de relativa comodidad.
Es una forma original de asegurar que estos aviones no morirán por siempre. El costo de cada construcción de este género, única en el mundo, es cercano a los trescientos cincuenta mil dólares. ¡Un verdadero lujo!
No dejar morir aquello que ha sido significativo es una tarea loable. Es tanto como conservar lo que ha servido para edificar, no para destruir. En el caso de nuestra historia son los aviones. Cuando vamos a la Biblia encontramos que aquello que no podemos permitir que perezca, es la entrega decidida y entusiasta a Jesucristo; acabamos de comenzar a caminar con Él.
En la carta del Maestro a la iglesia de Éfeso, tal como lo describe el libro de Apocalipsis, leemos: “Has sido constante, y has sufrido mucho por mi causa, sin cansarte. Pero una cosa tengo contra ti: que ya no tienes el mismo amor que al principio. Por eso recuerda de dónde has caído, vuélvete a Dios y haz otra vez lo que hacías al principio…”(Apocalipsis 2:4, 5. Versión Popular).
Igual su vida cristiana. Es probable que haya menguado. Dejó de orar a Dios, de leer Su Palabra contenida en la Biblia y ni siquiera asiste a la iglesia. ¿Hacia dónde marcha? Hacia un verdadero caos. Hoy es el día de evaluar el curso de su existencia. Es el momento oportuno para retomar aquello que le llevó al crecimiento personal y espiritual. Aún no es tarde. No deje que decaiga su existencia…

Ser Feliz… ¡Tú reto! - Reflexiones con Video

Parece difícil,
Parece imposible,
Pero no hay nada que impida,
Que un sueño pueda cumplirse. . .
No hay nada que pueda apartarte,
Del deseo de tu corazón,
No hay nada que venza la fuerza de una ilusión. . .
Por eso tú. . .
Tú puedes ser aquello que tú quieras ser,
Tú puedes ser el sueño que soñaste ayer,
Tú puedes ser la estrella que brillando ves,
Tú lo decides. . .

Por eso tú. . .

Tú puedes ir tan alto como quieras ir,
Tú puedes alcanzar lo que hay dentro de ti,
Tú puedes ser todo eso que te hace feliz,
Tú lo decides hoy. . .
Parece difícil,
Parece imposible,
Pero no hay nada que cambie,
El camino que tú elegiste. . .

No hay nada que pueda apartarte

Del deseo de tu corazón,
No hay nada que venza la fuerza de una ilusión. . .


"Bambú japonés"





No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se impacienta frente a la semilla sembrada, halándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡Crece, por favor!

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.

Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad, no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.

Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.

Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo.

De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.

Y esto puede ser extremadamente frustrante.

En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro…

Estamos creciendo, madurando.

Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice.
Tiempo... Cómo nos cuestan las esperas, qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos...

Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi...
corremos todo el tiempo, hacemos las cosas apurados, sin saber bien por qué...

Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés...

Recuperemos la perseverancia, la espera, la aceptación...
Y si no conseguimos rapidamente lo que anhelamos, no desesperemos...
quizá sólo estemos echando raíces...
¡Dios os Bendiga!