viernes, 21 de agosto de 2015

Cuando a Dios le duele el corazón

Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo, solamente el mal. Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón. Génesis 6:5, 6.
¿Qué imagen tienes de Dios? ¿De un ser imperturbable, “acomodado en su gloria”, que mira de manera flemática lo que sucede en nuestro mundo, todo su dolor y miseria, como diciendo: “Ustedes eligieron ese camino, arréglense como puedan”?

Desde sus primeras páginas, la Biblia nos habla de cuánto nos ama Dios y cuánto dolor ha traído a su corazón el terrible experimento de la rebelión.
El versículo describe los sentimientos del corazón de Dios a causa de la maldad que había en la Tierra antes del diluvio. El ser humano había llegado a un punto, similar al que vivimos hoy, en que “la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y… todo designio de los pensamientos de su corazón era de solamente el mal”. Por supuesto, toda esta maldad conllevaba unas consecuencias en términos de violencia, abuso, deshonestidad, depravación moral,... lo que provocaba un estado de sufrimiento terrible a la humanidad de aquel entonces, como también lo provoca la maldad que existe hoy.

Disfrute cada día de su vida

Satanás tiene una meta, y es la destrucción. Él sólo viene a matar, robar y destruir todo lo bueno que Dios tiene en mente para nosotros. Pero Jesús dijo que Él vino para que tuviéramos vida y la disfrutáramos. 
¿Está disfrutando de su vida? ¿Está disfrutando cada faceta de su vida o solo disfruta las partes que considera “divertidas”? A través del poder del Espíritu Santo podemos disfrutar todo. Podemos disfrutar de nuestro trabajo y de los tiempos de asueto. Gozar en el trayecto y no solo al llegar a destino. La vida es en realidad un viaje. Aunque un tren llegue a una estación, pronto vuelve a salir hacia otra. Pasamos más tiempo en la vida esperando que llegando. 
Dios nos creó para que vivamos siempre proponiéndonos metas, y una vez que alcanzamos un objetivo, no pasa mucho tiempo hasta que nos proponemos otro. Por eso debemos aprender a disfrutar del momento en que nos encontramos y del camino por el que vamos.

Tienen que saber


Cada día puedo ver en sus ojos el sufrir, 
gente llena de dolor y sin rumbo, aquí. 
En angustia y soledad, llenos de temor, 
risa esconde su aflicción. 
Sólo Cristo ve. 

Tienen que saber del amor de Dios, 
en las pruebas y el temor Él refugio da. 
Tienen que saber del amor de Dios, 
que en Él hay salvación, 
tienen que saber.

Él nos llama a brillar en un mundo de confusión, 
nada iguala el llevar vida a quien perdido está. 
Por Su amor podemos ver que sufriendo están, 
ellos tienen que oír, debemos compartir.

Tienen que saber del amor de Dios, 
en las pruebas y el temor Él refugio da. 
Tienen que saber del amor de Dios, 
debemos proclamar,
y nuestras vidas dar, 
tienen que saber,
tienen que saber.

Hay diversas versiones de esta canción que compusieron Greg Nelson y Phill McHugh; sé, como imperfecto que soy, que si citara a algún cantante cristiano de este tema me olvidaría de alguna de sus versiones. La frase más impactante es la que aparece en la segunda estrofa y que dice: nada iguala el llevar vida a quien perdido está”. Doy gracias a Dios por los lugares donde me ha permitido trabajar, a nivel secular y a nivel ministerial. He tenido mucho gozo en ambas parcelas; ahora bien, la mayor satisfacción no ha sido una buena venta efectuada, o ver a personas que tienen ansias de escuchar la Palabra de Dios; como bien dice esta canción, “nada iguala el llevar vida a quien perdido está”. Sin nombres, porque sé que esos nombres, esas vidas, las conoce el Señor, pero me gozo al ver a “hijos espirituales” que Dios me ha concedido dar vida. Cuando a veces pienso y me detengo en los problemas anteriores, cuando pienso cuánto luché contra tantas dificultades, y cuando a veces me asalta la duda de si merece la pena seguir luchando, pienso en la bendición que ha sido “llevar vida a quien perdido está” y ahora no solo no está perdido sino que es un hombre o una mujer nueva. Gracias doy a Dios porque me da ese gozo.

¡Todo el mundo lo hace!

El Mito del Conformista.
-Vamos mamá, sé razonable, suplicó Andrea, no habrá drogas ni nada de eso. Es solo una fiesta.
-No irás a la fiesta en casa de Carlos ni a ninguna otra casa, si no hay adultos presentes.
-No puedo creer que me hagas esto, dijo Andrea. Todo el mundo va a ir allí. Yo voy a ser la única a la que su mamá no deja ir.
Andrea no le volvió a hablar a su mamá durante todo el fin de semana. Todo el mundo va a esa clase de fiestas hoy en día, pero ella razonó, no es como cuando papá y tú erais jóvenes.
El lunes por la mañana en la escuela, Andrea se sorprendió cuando se enteró que Julia tampoco había ido a la fiesta de Carlos.
-Mis padres no me dejaron, confesó Julia. Tampoco fue Cindy.
Andrea suponía que todo el mundo habría estado en la fiesta de Carlos sin "carabinas". Aún no estaba muy contenta con su mamá, pero se sintió mucho mejor con las razones que le dieron.
Había aceptado una creencia común: la idea de "todo el mundo lo hace". Pero esto es un mito. No todo el mundo lo hace. Algunas veces parece que sí, pero una persona joven y perceptiva descubrirá que mucha menos gente de la que la mayoría cree lo está haciendo.