domingo, 9 de septiembre de 2018

Cumpliendo Nuestra Labor

Desde que somos concebidos en el vientre de nuestra madre, entramos en un proceso de desarrollo y crecimiento constante. Cada etapa es de vital importancia para nuestra vida y bienestar. En ningún momento esas etapas pueden alterarse, pues conllevaría riesgos y consecuencias graves para nosotros. Por algo dura nueve meses nuestra gestación, y luego al llegar al mundo, vamos creciendo lentamente, gateamos, luego caminamos, hasta que llegamos a correr y tener estabilidad.
por la gracia de DiosEn el área espiritual pasa exactamente lo mismo, alguien siembra esa semilla en nuestro corazón, que va creciendo y desarrollándose, pasando por diferentes momentos, pero su intención es crecer y permanecer. Por otro lado hay muchos factores que pueden afectar a ese crecimiento, porque... ¿qué pasa si un feto deja de crecer? Pues lo más probable es que llegue a la muerte; pues de manera similar es nuestra vida espiritual: cualquier factor que la detenga directamente la llevará a la muerte.
Claro está que muchas personas sobreviven porque Dios así lo ha querido, y coloca personas a su alrededor para mantener a esa criatura con vida, médicos, enfermeros, padres etc.; pues el bebé solito no se va a cuidar, ni alimentar, ni aprender. Por esto a las personas cuando empiezan a caminar con Dios se les llama bebés espirituales, que necesitan del prójimo para que los ayude, guiándolos, dándoles alimento espiritual, aconsejándolos y orando por ellos para que no se mueran espiritualmente.
Así que es ardua nuestra labor como servidores de Cristo, pues nos toca madurar y ayudar a los demás para que también lo hagan. Es muy importante llevar personas a la iglesia, ¿pero qué pasa si solamente va a la iglesia pero nos desentendemos de ella, no la llamamos, no la visitamos, no oramos por ella, no intercedemos, no la guiamos conforme  a la palabra de Dios?, ¿qué pasará con esa persona? La respuesta es fácil, simplemente se aparta y no se logra afirmar bien en los caminos de Dios.

Palabra mal enseñada, ... palabra mal practicada

¨Un poco de levadura fermenta toda la masa¨.
Gálatas 5:9 (NVI)
Los que decimos llamarnos hijos de Dios estamos comprometidos a predicar su palabra de manera correcta y clara, tal como es. ¨Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón¨. Hebreos 4:12 (RVR1960).
La palabra está para cumplir el propósito por el cual Dios la creó, no para simplemente tener una iglesia llena de personas que la ponen en práctica a su manera y no a la manera de Dios.
mal practicada
En 1 corintios capitulo 5, el Apóstol Pablo habla acerca de la fornicación y las consecuencias que puede traer a nuestra vida. Pablo era el vivo ejemplo de predicar la palabra como debe ser, gustara o no a la gente, aunque eso significara ser rechazado.
Precisamente dice Dios que Él no puede ser burlado, que lo que cada uno siembra o hace es lo que va a cosechar. De nada nos sirve tratar de ocultar o disimular la palabra, queriendo con esto intentar agradar a las personas. Cada día se han ido perdiendo las personas que predicaban como lo hacía Juan el bautista, a quien no le importaba lo que pensaran los demás, su meta era siempre agradar a Dios y dar a conocer a los otros la verdad de su palabra, por muy dura que les pareciera.
La palabra de Dios es una verdad que necesita ser revelada a las personas sin tapujos, sin inhibiciones, porque de este modo se generará el efecto liberador que tiene en nuestras vidas. ¨Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.¨ Juan 8:32 (RVR1960).
Un pequeño pensamiento puede dañar nuestro cuerpo, una opinión negativa o mal intencionada en un grupo puede dañar el corazón a los demás; por una sola vez que caigas en un pecado, éste trae condenación y atadura a todo tu cuerpo y a tu vida. Necesitamos ser limpiados de las cosas viejas que hay en nosotros y ser nuevas criaturas, necesitamos ser descontaminados, quitar de nosotros la maldad, la levadura, la perversidad... Debemos ser panes sin levadura, (santos, sinceros, andando en la verdad), andando según las escrituras.

Frutos de Provecho

“No hay árbol bueno que dé fruto malo, ni árbol malo que dé fruto bueno.”
Lucas 6:43 (Biblia Textual)
Cuando era niño, en las calles céntricas de mi ciudad podían verse árboles de color casi naranja; se cargaban de frutas pero nadie las aprovechaba, ni siquiera los pájaros, claro, porque al principio eran árboles de “naranja agria”; precisamente por eso sabíamos que eran de esa clase, porque los pájaros no se acercaban a comerlas. Era un espectáculo muy lindo para la vista pero, cuando se pasaban de maduras, muchas caían y despedían mal olor atrayendo moscas entre otros insectos. El municipio se encargaba de cortar los frutos pero al año siguiente daban nuevamente frutos agrios.
Resultado de imagen de Frutos de ProvechoDice la biblia: “El hombre bueno, del tesoro bueno del corazón saca lo bueno, y el malvado, del malo saca lo malo, porque de la abundancia del corazón habla su boca.” Lucas 6:45 (BTX)
Jesús nos recuerda que nuestro hablar y nuestras acciones revelan nuestra creencia, actitudes y motivaciones. Las buenas impresiones que tratamos de dar no duran si nuestros corazones son engañosos. Lo que está en su corazón se reflejará en su vocabulario y conducta.
Cuando la biblia habla del corazón no habla precisamente del órgano que bombea sangre, sino de nuestra mente; ésta se mueve por palabras y divulga de lo que en él abunda. Por eso es necesario centrar nuestra fe en el Señorío de Jesucristo. Si estamos llenos de pensamientos de bien, nuestras acciones serán de bien. Equivale a decir que lo que hay que cambiar es la raíz, lo que nos alimenta espiritualmente, pues de lo contrario solo estaremos “cortando” los frutos y, al año siguiente daremos nuevos frutos pero volverán a ser “agrios”. El secreto para dar buenos frutos y ser prosperados está en las escrituras.
Para prosperar, la biblia nos dice:
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
ni estuvo en camino de pecadores,
ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
sino que en la ley de Jehová está su delicia,
y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
que da su fruto en su tiempo,
y su hoja no cae;
y todo lo que hace, prosperará. Salmo 1:1-3 (Reina Valera)