La Práctica de la Presencia de Dios-12ª
Carta escrita por Nicolás Herman, Hermano Lorenzo a Fray José de Beaufort,
representante del arzobispado local, hace más de 300 años.
Si
estamos acostumbrados al ejercicio de la presencia de Dios, encontraremos gran
alivio a todas las enfermedades físicas. Frecuentemente Dios permite que
suframos un poco para purificar nuestras almas y obligarnos a continuar con Él.
Ten coraje, ofrécele a Él tus dolores incesantemente, ora pidiéndole fortaleza para
soportarlos.
Sobre
todo, adquiere el hábito de pasar tiempo frecuentemente con Dios, y olvídale lo
menos que puedas. Adórale en tus enfermedades. Ofrécete a Él de vez en cuando.
Y cuando tus sufrimientos estén en su punto más alto, ruégale humilde y afectuosamente,
como un hijo a su Padre, para que puedas conformarte a su santa voluntad. Yo
voy a esforzarme para ayudarte con mis pobres oraciones.