miércoles, 6 de diciembre de 2017

Depender de Dios

Un hombre agricultor de pocos recursos económicos se iba de su isla natal en la costa occidental de Escocia, donde no había medios de comunicación, por lo que había visto pocas cosas. En el barco le relataban las maravillas que vería en la isla de Mull.
Resultado de imagen de depender de diosLa isla de donde él venía llamada San Kilda, era muy poco fructífera y había que trabajar mucho para poder sacar fruto de la tierra.
Uno de los pasajeros, le preguntó al agricultor si había oído hablar de Dios alguna vez. El labriego, un tanto resentido de semejante pregunta, preguntó a su vez a ese compañero de viaje de dónde venía él.
El otro pasajero le respondió, con mucho orgullo, que él era de una tierra donde la naturaleza daba frutos abundantes, y cuya comodidad ofrecía a las gentes una vida maravillosa.
-Ah, entonces me explico por qué se olvidan de Dios. Nosotros como tenemos que depender de Él jamás podemos olvidarlo.
“Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento; Eclesiatés 12:1

¿Por qué la salvación por obras es generalmente el punto de vista que se tiene?

Resultado de imagen de salvo por feLa respuesta más sencilla es que la salvación por obras parecería lo correcto a los ojos de los hombres. Uno de los deseos básicos del hombre es el control de su propio destino, y esto incluye su destino eterno. La salvación por obras apela a la soberbia del hombre y a su deseo de estar en control. Ser salvos por obras busca mucho más ese deseo que la misma idea de ser salvos solo por fe. Además, el hombre tiene un sentido innato de la justicia. Incluso el ateo más ferviente cree en algún tipo de justicia y tiene una noción del bien y del mal, inclusive si no tiene una base moral para hacer este tipo de juicios. Nuestro sentido innato de lo correcto y lo incorrecto requiere que si hemos de ser salvos, nuestras "buenas obras" deben superar nuestras "malas obras". Por lo tanto, es natural que cuando el hombre crea en una religión, ésta debe involucrar algún tipo de salvación por obras.

Ya que la salvación por obras apela a la naturaleza pecaminosa del hombre, ésta constituye la base de casi todas las religiones, excepto el Cristianismo bíblico. Proverbios 14:12 dice: "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte". La salvación por obras parece que es lo correcto a los ojos de los hombres, razón por la cual este punto de vista es el que predomina. Ésta es precisamente la razón por la cual el Cristianismo bíblico es tan diferente de todas las otras religiones; es la única religión que enseña que la salvación es un don de Dios y no es por obras. "Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe" (Efesios 2:8-9).


Otra razón por la cual se tiene el punto de vista de que la salvación es por obras, es que el hombre natural o no regenerado, no comprende plenamente el alcance de su propia pecaminosidad o de la santidad de Dios. "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9), y Dios es infinitamente santo (Isaías 6:3). El engaño de nuestros corazones es precisamente lo que influye en nuestra percepción de la magnitud de ese engaño, y es lo que nos impide ver nuestra verdadera condición delante de un Dios, cuya santidad también somos incapaces de comprender plenamente. Pero la verdad sigue siendo que nuestra pecaminosidad y la santidad de Dios se mezclan para hacer que nuestros mejores esfuerzos sean vistos como "trapos de inmundicia" delante de un Dios santo (Isaías 64:6).

Da lo mejor que tengas

Hace un momento leía la anécdota de una niña rica que ve a una niña pobre muerta del frío, y la llama para darle una manta y una vieja almohada. Al día siguiente, la niña pobre vino a devolverle la manta y la almohada esperando que ella se las regalase. En vez de eso ella le pide que le devuelva las cosas y le dice que espere un momento. La niña pobre ya estaba lista para irse, triste y cabizbaja, pero en esto que llega la niña rica con una manta y una almohada de la mejor calidad, y le obsequia lo que le había pertenecido anteriormente.
Resultado de imagen de Da lo mejor que tengasLo mejor que uno puede hacer cuando vaya a dar un regalo, es que lo dé pensando en que fuera para uno mismo. O sea que se debe dar lo mejor que se pueda.
Pero puede que tú pienses que no tienes mucho para darles a otros. Tal vez porque estás mirando tu situación económica y ves que no tienes mucho. Pero si de lo poco que tienes, das algo, eso ya es algo valioso y significativo. Pero aún más significativo es cuando te das a ti mismo en servicio y amor a los demás. Quizá en estos momentos no tengas ni un solo euro en el bolsillo, pero tienes dos manos que pueden ayudar a alguien que lo está necesitando. En algún momento puedes ser los ojos de alguien que no ve, los oídos de alguien que no oye, o los pies de alguien que no camina.
Si esperas a tener para dar, es posible que nunca des. Porque a veces tienes que sacrificar algo de lo poco que tienes para que se puedan desatar las bendiciones de Dios sobre tu vida. Lo importante no es cuánto des, es tu actitud al darlo. Hay gente que tiene mucho y solo dan migajas o son unos miserables que no dan nada. Viven sus vidas tan amargadas que la propia vida termina pasándoles factura. Siempre hay algo que podemos dar a los demás, ya sea material, emocional, espiritualmente o que salga de nosotros mismos.

Hoy es un día maravilloso para dar lo mejor que tengas.