jueves, 5 de febrero de 2015

La vida sigue

¡Cuántos momentos difíciles pasamos a lo largo de nuestra vida!, pero la vida sigue; momentos difíciles de olvidar son casi todos aquellos que encojen nuestro corazón, mientras que recibimos bien aquellos momentos de alegría que nos ayudan a superar todas las dificultades.
Las personas van y vienen, y el tiempo pasa sin remisión dejando atrás todos esos momentos, pero solo el verdadero amor queda en nuestro recuerdo para siempre; perdura imperturbable durante toda nuestra vida; los recuerdos jamás serán olvidados, pero una cosa sí es verdad, la vida sigue sin pararse por ninguno de nosotros. 
Estemos bien o mal, tristes o alegres, solos o acompañados, la vida sigue. Cada día que pasa nos vamos acercando más a la terminación de otro año. 
¡Cómo pasa el tiempo!, pensaba, mientras me miraba en el espejo y contemplaba mi imagen reflejada, descubriendo en mi rostro, cómo ha pasado el tiempo poco a poco, pero debo continuar luchando por las cosas que más amo, esas que si no lo hiciera así, perdería sin remisión. 

Actitud de mártir

...ES DON DE DIOS QUE TODO HOMBRE... GOCE...” (Eclesiastés 3:13)

La gran mayoría de las personas que tienen una “actitud de mártir” hacen las cosas por sentido del deber pero sin alegría. Se sienten culpables por disfrutar de la vida y tienen tendencia a envidiar a los que están a su alrededor. Se resienten cuando los demás no hacen cosas por ellas y sin embargo, no piden ayuda para que nadie se sienta obligado. El hecho es que los “mártires”, al no valorarse debidamente a sí mismos, piensan que los demás tampoco lo hacen: pero así no es como el Señor quiere que vivamos.

La Biblia dice que hay un momento para trabajar, para el ocio, para reír y para disfrutar de la vida, porque “...es don de Dios que todo hombre... goce...(Eclesiastés 3:13). Jesús dijo: “...Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10b). Lo que se necesita es mucho sentido del humor y descanso. Estas cosas son también espirituales; sin ellas te vuelves desequilibrado y propenso a enfermedades relacionadas con el estrés, a cambios de humor y a conductas compulsivas. 

Paciencia en la familia

Existen muchos espíritus en el mundo. Sobre esto escribió el apóstol Juan; como también escribió que no debemos creer a todos los espíritus, sino probar si son de Dios.
Sabemos que hay un Espíritu Santo y que ese Espíritu vive en nosotros y es mayor que cualquier espíritu que está en el mundo.
Pero si el Espíritu es Santo y es mayor que cualquier otro espíritu, que vive en los hermanos, entonces ¿por qué hay tanta falta de paciencia entre éstos, entre nosotros? Porque uno de los frutos del Espíritu es la paciencia. Entonces, ¿qué pasa con este fruto?
¿Sabe usted un secreto del Espíritu Santo? El fruto del Espíritu no puede crecer mucho si no tiene alimento, y su alimento es la palabra de Dios. Más allá de leerla, es obedecerla. Y hay mandamientos en la palabra de Dios que facultan la paciencia. Quizás no hemos enfatizado suficientemente estas enseñanzas.
Miramos, y vemos las mismas actitudes en la familia natural que en la familia de Dios. Una es que los hermanos que han superado un defecto, casi no pueden soportar el mismo defecto en otra persona. En la familia natural puede ser un hermano mayor que no tiene paciencia con su hermano menor. Lo vemos muchas veces. Vemos como critica una niña de 8 años a su hermanito de 4, que está haciendo las mismas acciones inmaduras que ella acostumbraba a hacer a la misma edad. No las puede soportar y se queja constantemente de él y le critica.
¿No es similar la misma actitud entre hermanos en la iglesia? Y aparte de la inmadurez, hay diferencias de opinión, diferencias de temperamento, diferencias de lo que hemos aprendido en nuestra cultura. Estas últimas diferencias pueden ser hasta chistosas. En fin, es normal.
Pero el origen de la paciencia es el Espíritu Santo, y éste nos guía según lo que le damos de alimento. Como dijo el apóstol Pedro —”Nosotros somos testigos suyos de estas cosas, y también el Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen” (Hechos 5.32).
¡Ahhh! ¡Ya comprendo! La obediencia tiene que ver con la fuerza del Espíritu Santo en nuestra vida. Lo recibimos al obedecer el mensaje de Cristo sobre arrepentirnos y bautizarnos. Pero puede ser que después de bautizarnos, no obedezca
mos los mandamientos que podrían hacernos crecer espiritualmente para tener más paciencia.
Una de las instrucciones adecuadas a esto, se encuentra en Romanos 14:4, donde Pablo está enseñando a los gentiles y judíos cómo actuar con las diferencias de cultura y opinión. — “¿Tú quién eres, que juzgas al criado ajeno? Para su propio señor está en pie, o cae; pero estará firme, porque poderoso es el Señor para hacerle estar firme.”

El único Salvador

“Porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo.” Romanos 10:13 (Nueva Versión Internacional).
unico salvadorDIOS me la había regalado, no obstante no vi el valor de ella y la eché a perder. Se trata de mi vida. No medí las consecuencias de mi pecado y éstas me alcanzaron. El diagnostico era simple, no había solución. Mi alma, cuerpo y mente estaban sumamente dañados. Lo tenía todo perdido pero Él apareció, apareció mi Salvador. Alguien me dijo: !Si Él no te puede ayudar, nadie más podrá hacerlo! Estaba cansado de buscar una solución para mi herida mortal, y nadie lo pudo hacer. Pero un día le entregué mi vida a Jesús, perdonó mis pecados, me restauró y me regaló un nuevo comienzo. Con el paso del tiempo, su Espíritu Santo sanó mi ser y le llenó de poder para servirle. Y aquella historia de terror que viví es solo un pequeño recuerdo.
Solamente Jesús tiene el poder para salvar a aquellos que lo han perdido todo a consecuencia de sus pecados. Solo Él puede revivir a los que están muertos en vida. Solamente el poder de Su sangre puede abrir las prisiones construidas por Satanás en las almas de los perdidos. Jesucristo es la paz (Isaías 53:4-5) que necesitan aquellos que son atormentados por los demonios. Él es la fortaleza que necesitan los que andan fatigados por la vida.
Todo lo que hay que hacer para que Jesús salve es creer en Él. No hace falta realizar ningún acto u obra para ser salvo y liberado, solamente creer que Él pagó por los pecados de uno mismo y que Jesús es el Hijo de DIOS.
“Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.” Romanos 5:8 (Nueva Versión Internacional).
Si tú estás cautivo en las tinieblas, si tu pecado te ha hecho perder tu vida, si estás enfermo, o si tienes cualquier carga que te oprima, Jesús te puede salvar.
Cree en Él de todo corazón y Jesús te salvará.
“DIOS, perdona mis pecados, reconozco que Jesús es tu Hijo, que pagó por mis pecados, y que resucitó para darme vida. Jesús, sálvame. Lávame con tu sangre y quebranta cualquier cadena en mi vida. Sé el Señor de mi vida y envíame al Espíritu Santo para que me llene de tu poder y me ayude a hacer tu perfecta voluntad. Oro en el nombre de Jesús, Amén.”

¿Es el Catolicismo una religión falsa? ¿Son salvos los católicos?

El problema más crucial de la Iglesia Católica Romana es su creencia de que la sola fe en Jesucristo no es suficiente para la salvación. Pero la Biblia clara, consistente y repetidamente, establece que el recibir a Jesucristo como Salvador por gracia a través de la fe, garantiza la salvación (Juan 1:123:161836Hechos 16:31Romanos 10:13Efesios 2:8-9). La Iglesia Católica Romana rechaza esto. La posición oficial de la Iglesia Católica Romana es que una persona debe creer en Jesucristo, ser bautizada, recibir la Eucaristía junto con los otros sacramentos, obedecer los decretos de la Iglesia Católica Romana, realizar obras meritorias y no morir con algún pecado mortal, y etc., etc., etc. La divergencia Católica de la Biblia en el más crucial de los puntos, la salvación, implica que sí, que el Catolicismo es una religión falsa. Si la persona cree lo que la Iglesia Católica enseña oficialmente, él o ella no serán salvados. Cualquier demanda de obras o rituales que deban ser añadidos a la fe para obtener la salvación, significa afirmar que la muerte de Jesús no tuvo el valor suficiente para comprar nuestra salvación.

Mientras que la salvación por fe es el punto más crucial, al comparar el catolicismo romano con la Palabra de Dios vemos que existen también, más diferencias y contradicciones. La Iglesia Católica Romana enseña muchas doctrinas que están en desacuerdo con lo que la Biblia declara. Esto incluye la sucesión apostólica, la adoración a los santos o a María, la oración a los santos o a María, al Papa / el papado, el bautismo de infantes, la transubstanciación, indulgencias plenarias, el sistema sacramental, y el purgatorio. A pesar de afirmar los católicos la base bíblica de estos conceptos, ninguna de estas enseñanzas tiene alguna base sólida en la clara enseñanza de la Escritura. Estos conceptos están basados en la tradición católica, no en la Palabra de Dios. De hecho, claramente contradicen los principios bíblicos.