lunes, 28 de diciembre de 2015

¿Creó Dios el mal?

En un principio parecería que si Dios creó todas las cosas, el mal debería haber sido creado por Dios. Sin embargo, esto es una suposición que necesita ser aclarada. El mal no es una “cosa” como una roca o la electricidad. ¡No puedes tener una jarra de mal! Mas bien, el mal es algo que ocurre, como el correr. El mal no existe por sí mismo, realmente es la carencia de una cosa buena. Por ejemplo, los hoyos son reales, pero solo existen en algo más. Llamamos a un hoyo la falta de tierra, pero no puede ser separado de la tierra. Cuando Dios hizo la creación, es verdad que todo lo que existía era bueno. Una de las cosas buenas que Dios hizo fueron criaturas con la libertad de elegir el bien. Pero para hacer una elección real, Dios tuvo que permitir algo más que el bien para poder elegir. Así que Dios permitió a estos seres libres, tanto ángeles como humanos, elegir entre el bien y la ausencia de éste (el mal). Cuando existe una mala relación entre dos cosas buenas, le llamamos “el mal”, pero esto no lo convierte en una “cosa tangible” que haya requerido la creación de Dios.

Tal vez la siguiente ilustración nos ayude. Si le preguntara a una persona común “¿existe el frío?”,
 su respuesta sería que sí. Sin embargo, esto es incorrecto. El frío no existe. El frío es la ausencia de calor. De la misma forma, la oscuridad no existe, es la consecuencia de la falta de luz. Igualmente, el mal es la ausencia del bien, o mejor dicho, el mal es la ausencia de Dios. Dios no creó el mal, sino que más bien solo permitió la ausencia del bien.

Miremos el ejemplo de Job en los capítulos 1 y 2 del libro de Job. Satanás quería destruir a Job, y Dios le permitió a Satanás hacer lo que quisiera con él excepto matarlo. Dios permitió que esto sucediera para probarle a Satanás que Job era justo porque amaba a Dios, y no porque Dios lo hubiera bendecido en gran manera. Dios es soberano y tiene el control absoluto de cualquier cosa que sucede. Satanás no puede hacer nada sin el “permiso” de Dios. Dios no creó el mal, solo lo permite. Pues si Dios no permitiera la posibilidad del mal, tanto ángeles como humanos servirían a Dios por obligación y no por decisión. Dios no quiso crear “robots” que simplemente hicieran lo que Él quería que hicieran mediante su “programación”. Dios permitió la posibilidad del mal, para que pudiéramos tener la libertad de elegir si queremos servirle o no.

¿Me ama Dios?

Dios te ama, y te ama con un amor del cual no sabes nada al respecto, porque no hay amor humano comparable al amor divino.
Dios te ama. Él quiere perdonarte. Dios quiere tener una relación contigo. No importa cuánto te quieras alejar de Dios. Él te ama. Tiene sus ojos sobre ti. Te ve.
Dios nos creó a su imagen y semejanza, y tú como persona eres importante para Dios.
“Dios creó al ser humano a su imagen.” − Génesis 1:27
La Biblia dice que Dios tiene enumerado cada cabello de tu cabeza. Cada momento de tu vida es observado por Dios.
“Aun los cabellos de su cabeza están contados.” Lucas 12:7
Dios está escuchando y Dios te ama. Él es tu amigo, te abrazará, Él te entiende, te contesta y comprende tus problemas.
Dios te ama, y la Biblia dice que Él envió a su Hijo del cielo a esta tierra por ti. Jesucristo vino a la tierra para llevarse tus pecados a la cruz.
“Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.” Juan  3:16
Él hubiese muerto aunque fueses la única persona en la tierra. Él te ama, jamás se te olvide.
“Dios es amor.” 1 Juan 4:16
Cuando Jesucristo fue clavado en la cruz, lo hizo por ti. Tanto nos ama. La Biblia dice: “Te amaré con un amor infinito” por siempre..."
Dios te ama, y tiene un plan para tu vida.

Las obras del creyente


Cualquiera que dé a uno de estos pequeñitos un vaso de agua fría solamente, por cuanto es discípulo, de cierto os digo que no perderá su recompensa. Mateo 10:42
Dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella. Marcos 14:9

La Palabra de Dios establece claramente que el hombre no se vuelve justo ante Dios haciendo buenas obras: “Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado delante de él (Dios)” (Romanos 3:20; Gálatas 2:16). Pero el creyente, una vez salvo solo por la gracia divina, no se quedará inactivo, sino que mostrará su fe sirviendo a Dios, pues “la fe sin obras es muerta” (Santiago 2:20). Verdaderamente, se puede dudar de la realidad de la fe de alguien que no haga nada para honrar a su Salvador.

Noemí: De la Amargura a la Alegría

“Así regresó Noemí, y con ella su nuera Rut la moabita, quien quería acompañarla de todo corazón. Regresaron, pues, de la tierra de Moab al inicio de la cosecha de cebada”.
(Rut 1:22)
Noemí tenía su corazón triste, se sentía afligida y amargada. Había perdido a su esposo y luego a sus dos hijos. En compañía de su nuera Ruth regresó a Belén de Judá. La ciudad estaba regocijada en volverla a ver, sin embargo, Noemí les dijo: “No me llamen Noemí. Más bien llámenme Maritat-naswha (amargada del alma).
Ella se había ido llena de alegría, y años más tarde regresaba hundida, vacía, sentía que no tenía nada. Pensaba que Dios la había afligido y castigado. Pero a pesar de las cosas tristes y negativas que ocurrieron en la vida de Noemí, algo muy bueno estaba por ocurrirle. Dios obró de una manera hermosa en la vida de Rut y Noemí. Rut amaba de verdad a su nuera y la obedecía en todo lo que le dijera.
Dios permitió que Rut conociera a Booz y que hallara gracia delante de sus ojos. Este hombre al principio se mostró solidario, compasivo y les brindó alimento. Luego, cuando Rut le pide a Booz que extendiera el borde de su capa sobre ella, por cuanto él era pariente cercano, él estuvo de acuerdo. Booz la redimió, se casó con Ruth y amparó a Noemí. Pero para que ustedes vean la forma tan linda en la que Dios obró en la vida de Noemí y cómo le quitó la amargura, aquí están los últimos versos que relatan lo que sucedió…