viernes, 11 de octubre de 2013

Enfócate en alabar a DIOS con tu vida - Devocional - Vídeo

“Todas tus obras te agradecerán, Señor, y tus fieles seguidores te darán alabanza.”
Salmos 145:10 (Nueva Traducción Viviente).
Después de decidir dejar de beber alcohol porque mi cuerpo y mente estaban dañados, recibí la salvación de parte de DIOS. El diagnóstico que me dio el médico fue para mí devastador. Llegué a pensar que jamás volvería a ser normal. No obstante DIOS, por medio de Sus Palabras en la Biblia me prometió vida (Ezequiel 37, Isaías 43:1-5). Me era imposible controlar mis nervios y mi mente afectada por el pecado. Pero cuando leía la Palabra de DIOS (Salmos 23 y Salmos 91) encontraba esperanza y reposo. Tuve esperanza en que algún día llegaría la anhelada restauración y me dediqué a alabar a DIOS con mi vida. Sin importar que tuviera muchas circunstancias en contra, me empeñé en hacer todo lo mejor que podía y ofrecérselo a DIOS. A pesar de la pesadez y el desánimo que sentía, buscaba al SEÑOR y procuraba hacer Su voluntad. Entendí, que sin importar la difícil situación que me afligía, cada día era un regalo de DIOS y debía vivirlo como tal. 

Y decidí no permitir que el enemigo se saliera con la suya y robara mis días con pesares; por el contrario, aprendí a contar mis bendiciones en medio de la tormenta y esto me traía buen ánimo, y con el paso del tiempo fui restaurado. El Espíritu de DIOS sopló vida donde había muerte, y por medio de Su poder echó fuera la depresión y me regaló alegría por vivir.

¿Quién entrena a quién? - Reflexiones

Cansado de limpiar cada día la pileta de los delfines, el entrenador de un conocido acuario de los Estados Unidos, decidió adiestrar a los delfines para que ellos mismos recogieran la basura que, después del show, volaba hasta la pileta. Para ello comenzó a recompensarles con comida extra cada vez que le traían un vaso de plástico o un papel que hubiera caído al agua.
Pero en una ocasión, Daisy, una hembra adulta encontró un pedazo grande de papel, lo llevó al fondo del acuario y le colocó una pequeña piedra encima para evitar que flotara. Y cada día cortaba varios trozos pequeños de papel y se los llevaba al entrenador, recibiendo alimento cada vez.
Y recientemente, en un acuario de Hawai, los entrenadores se sintieron intrigados al ver, que cuando le formulaban a un delfín una pregunta cuya respuesta podía ser afirmativa o negativa, por ejemplo ¿hay una pelota flotando en algún lugar de la pileta?, los delfines contestaban sin mirar alrededor. Pero un día uno de los entrenadores estaba utilizando gafas de sol, y descubrieron que cuando el que preguntaba era él, los delfines necesitaban buscar la pelota para poder contestar. Análisis posteriores demostraron que lo que sospecharon aquel día era real: los delfines podían “leer” la respuesta en los ojos de los entrenadores.
Esos delfines, en cautiverio, aprendieron a entrenar a los hombres que les encerraron, a que les mantuvieran alimentados a base de que les tirasen balones para jugar, festejaran sus piruetas y fueran amables con ellos. Obtuvieron todo lo que se puede obtener estando en prisión.
Estos interesantes mamíferos ya eran animales inteligentes millones de años antes. Cada día se descubren cosas nuevas que un delfín puede hacer, o que ya viene haciendo sin que nos demos cuenta desde hace mucho tiempo.
Además, todos los buzos coinciden en que cuando bucearon con delfines, fueron ellos los que se sintieron observados. Mientras los buzos simplemente podían verlos, los delfines les estaban tomando algo parecido a una tomografía computarizada. Ellos pueden ver la densidad de cada uno de nuestros tejidos. Con su sofisticado eco-localizador (resonancia), pueden detectar perfectamente una contractura muscular o un tumor y diferenciar uno de otro. Ahora sabemos que también pueden leer nuestra mirada. ¿Cuántas cosas más no sabemos?
Queremos tanto a los delfines, que les encerramos en piletas y les enseñamos a parecerse a nosotros al hacerles jugar al fútbol, a imitarnos o a bailar nuestras canciones... Los queremos tanto, que pagamos costosas entradas para que nuestros hijos puedan verlos de cerca sin tener que ir al mar. Y nos engañamos a nosotros mismos pensando que de esta manera les estamos educando. Creemos que es indispensable que vean un delfín para que sepan qué son, al tiempo que ignoramos lo mucho que nuestros hijos saben de dinosaurios, sin que nunca hayan visto a ninguno cara a cara.
Tal vez sean tan inteligentes como para perdonarnos algún día.

Cuando la oración se traduce en bendición - Devocional - Vídeo

Para obtener la bendición es necesario mantener una vida de oración.
Daniel 6:10 “Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes”.
Si hay algo que a la mayoría de personas en la iglesia no les gusta es la Oración. Pero no se trata de la oración que hacemos antes de comer, antes de levantarnos o al acostarnos, o esas pequeñas oraciones de bienvenida, ofrenda o despedida en nuestras congregaciones, sino de mantener realmente una vida de oración.
Orar es hablar con Dios, no con palabras de diccionario, sino hablar con Él como si habláramos con nuestro mejor amigo. ¿Cuántos de nosotros podemos pasar horas enteras hablando con nuestro mejor amigo?, ¿cuántos de nosotros podemos pasar horas, por no decir días enteros, hablando con la persona que nos gusta?; pues si podemos pasar mucho tiempo hablando con esta clase de personas, ¿por qué no dedicar también un buen tiempo para hablar con Dios?
¿Cuándo fue la ultima vez que oraste mas de media hora?, ¿y cuándo fue la última vez que gozaste de esa media hora de oración? Recuerdo que cuando tenia dieciséis años pasaba horas enteras arrodillado en mi cuarto orando, recuerdo que tenía una lista inmensa de peticiones y no podía pasar ningún día sin que clamara por ellas; por supuesto que ese período de oración lo aprovechaba al máximo, y es en ella donde encontré la victoria para mi vida en muchas facetas, ministerios y en mi vida personal.

Sin solución - Devocional

Amados hermanos, cuando tengan que afrontar problemas, considérenlo como un tiempo para alegrarse mucho porque ustedes saben, que siempre que se pone a prueba la fe, la constancia tiene una oportunidad para desarrollarse. Así que dejen que crezca, pues una vez que su constancia se haya desarrollado plenamente, serán perfectos y completos, y no les faltará nada. Santiago 1:2-4
Vivían muy felices, en un absoluto clima de paz hasta que conocieron a su nuevo vecino, quien se había mudado allí pocos días antes. Julia tenía dos niños pequeños y como habitualmente sucede, jugaban, gritaban, lloraban y reían. Esto no tardó en causar molestias al nuevo matrimonio que se había mudado al edificio, originando tediosos conflictos.
angryAmbas familias compartían un pequeño pasillo, donde muchas veces quedaban los triciclos y juguetes de los niños. El nuevo vecino, con evidente enojo, los pateaba de mala manera para quitarlos de su camino. De esta manera, la tensión entre ambas familias iba creciendo. Unos buscaban más silencio y tranquilidad, pero Julia y su familia disfrutaban de la alegría y el bullicio que traen dos niños pequeños. Pero esta situación angustiaba a Julia hasta el punto de entristecerle y robarle la paz. Le había pedido a Dios que cambiara a su vecino, pero todavía no veía ningún signo alentador.
Finalmente ella se rindió y ante tanta impotencia oró de nuevo a Dios. “Señor, no puedo más, lo que hacen mis vecinos me afecta mucho, creo que he estado luchando sola esta batalla, dime qué puedo hacer, te pido que Tú me enseñes.”  Ese día comenzó un cambio, pero en ella, porque su vecino aún seguía actuando del mismo modo. Ahora Julia sentía paz y cambió su actitud de ira y enojo por una muy distinta, llena de amor y comprensión. Julia comenzó a tener pequeños gestos cordiales para su vecino, lo que provocó que poco a poco comenzaran a tener al menos una correcta relación de convivencia.

¿Existe Dios? ¿Hay evidencia de la existencia de Dios? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

¿Existe Dios? Es interesante repetir este mensaje para los escépticos, así como que se dé tanta atención a este debate. Las últimas encuestas nos dicen que, más o menos el 90% de la gente en el mundo de hoy cree en la existencia de Dios o en algún poder más alto. De algún forma, la responsabilidad se coloca sobre aquellos que creen que Dios existe para probar la realidad de su existencia. Aunque es posible que realmente la responsabilidad esté sobre los que no creen. ¡Demuestren eso que dicen!

Sin embargo, la existencia de Dios no puede ser probada o desmentida. Incluso la Biblia dice que deberíamos aceptar por fe el hecho de que Dios existe, “Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6). Si Dios lo deseara, simplemente podría aparecer, y probar a todo el mundo que Él existe. Pero si lo hiciera no habría necesidad de fe. “Jesús le dijo: porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).


Sin embargo, eso no significa que no haya evidencias de la existencia de Dios. La Biblia declara, “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, y una noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni palabras, ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, y hasta el extremo del mundo sus palabras” (Salmos 19:1-4). Al mirar las estrellas, al entender la inmensidad del universo, al observar las maravillas de la naturaleza, al ver la belleza de la puesta del sol, vemos que todas ellas apuntan hacia un Creador, Dios. Si esto no fuera suficiente, también hay evidencia de Dios en nuestros propios corazones. Eclesiastés 3:11 nos dice, “…y ha puesto eternidad en el corazón de los hombres…”. Hay algo en lo profundo de nuestro ser, que reconoce que hay algo más allá de esta vida y alguien más allá de este mundo.