martes, 15 de abril de 2014

La anécdota del tren

Hecho verídico ocurrido en 1892 y parte de su biografía.

Un señor de unos 70 años viajaba en un tren, teniendo a su lado a un joven universitario que leía su libro de Ciencias. El caballero, a su vez, leía un libro con una portada negra. Fue entonces, cuando el joven percibió que se trataba de la Biblia y que estaba abierta en el Evangelio de Marcos.
Sin mucho ceremonial, el muchacho interrumpió la lectura del viejo y le preguntó:
- Señor, ¿usted todavía cree en ese libro lleno de fábulas y cuentos?
- Sí, pero no es un libro de cuentos, es la Palabra de Dios. ¿Estoy equivocado?
- Pues claro que lo está. Creo que usted, señor, debería estudiar Historia Universal. Vería que la Revolución Francesa, ocurrida hace más de 100 años, mostró la miopía de la religión. 
Solamente las personas sin cultura creen aún que Dios hizo el mundo en 6 días. Usted, señor, debería conocer un poco más sobre lo que los científicos dicen de todo eso.
- Y... ¿qué es exactamente lo que los científicos dicen sobre la Biblia?
- Bien, como voy a bajar en la próxima estación, no tengo tiempo de explicarle. Déjeme su tarjeta con su dirección, para mandarle material científico por correo con la máxima urgencia.
El anciano entonces, con mucha paciencia, abrió cuidadosamente el bolsillo derecho interior de su chaqueta y le dio su tarjeta al muchacho. Cuando éste leyó lo que allí decía, salió cabizbajo, sintiéndose totalmente avergonzado. En la tarjeta decía:
Profesor-Doctor  Louis Pasteur
Director General del Instituto de Investigaciones Científicas
Universidad Nacional de Francia

"Un poco de Ciencia nos aparta de Dios, mucha, nos aproxima".
Dr. Louis Pasteur

Vestidos Para Permanecer Libres

Sin lugar a dudas, la Verdad te hizo libre, te cambió la vida. Sin embargo, es bueno que tengas presente que Satanás tratará de esclavizarte otra vez. Mentirá permanentemente para que caigas de nuevo, y te vuelva a atar.
Efesios 6:10 y 12 dice que tenemos que fortalecernos en el poder de la fuerza del Señor. Porque nuestra batalla no es contra las personas, sino contra el mundo espiritual satánico. Por eso Pablo le escribe a sus discípulos, que tienen que vestirse con toda la armadura de Dios para estar firmes contra las asechanzas del diablo. (Efesios. 6:11).
 ¿Cuál es la vestimenta que cada día tienes que ponerte? Efesios 6:14-18.
1. Ponte el “cinturón de la verdad”. El cristiano que no está atado con la verdad de Dios, no podrá usar las armas. La verdad de Dios, Su Palabra, Sus Promesas, tienen que atar tu vida, llenar tu mente y tus labios. No des lugar a las mentiras de Satanás en tu corazón ni un minuto. 
2. Vístete la coraza de justicia. ¡No dejes que Satanás te mienta haciéndote creer que estás perdido, que Dios no te va a bendecir porque eres un pecador! Cristo es El Justo y por su muerte estás justificado. Vive siempre con tu vida a cubierto de las mentiras de Satanás, con la coraza de justicia. 
3. Cálzate con el evangelio. Un cristiano siempre tiene en sus labios buenas noticias para darles a los que encuentra a su paso: amigos, familiares, vecinos, compañeros, para arrebatar sus vidas a Satanás dándoles buenas noticias. 
4. Ponte el “sobretodo”. “Sobre todo toma el escudo de la fe para que puedas derrotarle. Solamente si te “pones” la fe cada día, te vas a poder mantener firme en las promesas de Dios y rechazar las mentiras de Satanás. 

¿Por qué orar?

¿Por qué orar? ¿Para qué orar, si Dios ya tiene el perfecto control sobre todas las cosas? ¿Por qué orar, cuando Dios ya sabe lo que le pediremos antes de hacerlo?

(1) La oración es una forma de servir a Dios (Lucas 2:36-38). Oramos porque Dios nos manda que lo hagamos (Filipenses 4:6-7).

(2) El orar es un ejemplo dado a nosotros por Cristo y la iglesia primitiva (Marcos 1:35Hechos 1:14;2:42;3:1;4:23-31;6:4;13:1-3).

(3) Dios decidió que la oración sea el medio para obtener Su intervención en determinadas situaciones:

a) Preparación para decisiones importantes (Lucas 6:12-13).
b) Para derrotar la actividad demoníaca en la vida de las personas (Mateo 17:14-21).
c) En la reunión de los obreros para la cosecha espiritual (Lucas 10:2).
d) Para adquirir fortaleza y vencer a la tentación (Mateo 26:41).
e) El medio para fortalecer a otros espiritualmente (Efesios 6:18-19).

(4) Tenemos la promesa de Dios de que nuestras oraciones no son en vano, aunque no recibamos específicamente lo que pedimos (Mateo 6:6Romanos 8:26-27).

(5) Él ha prometido que cuando oremos por cosas que estén de acuerdo a Su voluntad, Él nos las concederá (I Juan 5:14-15).

Mi confesión, mi libertad

Gabriel era un muchacho al que le gustaba jugar al fútbol, pero un día, después del entrenamiento, llegó a su casa un poco triste porque no había podido anotar ni un solo gol. Cuando entró en su casa, dio un puntapié con furia a la pelota, buscando descargar su frustración, pero para completar el mal día, la pelota terminó destrozando la maceta favorita de su madre.
El joven se asustó tanto, que fue a esconder los pedazos de la maceta, limpió todo y se fue a cenar. Lo que Gabriel no sabía era que su hermana lo había visto todo.
Después de cenar surgió la idea de ir a comer helado, pero alguien se tenía que quedarse a lavar los platos que habían usado. Verónica, la hermana de Gabriel levanto la voz y dijo: yo voy porque quiero comer helado, además mi hermano me dijo que hoy se quedaría a lavar los platos. Después de esa afirmación se acercó a la oreja de su hermano y le dijo en voz baja: recuerda la maceta. El muchacho sólo pudo afirmar con la cabeza y se quedó en casa.
Al día siguiente Verónica debía podar el césped del patio, pero, cuando desayunaban, dijo que se iría a otro lugar con sus amigas ya que su hermano se había ofrecido muy amablemente a ayudarla. De nuevo se acercó al oído de Gabriel y le dijo: recuerda la maceta, y el muchacho nuevamente aceptó hacer el trabajo.
De esta manera pasaron los días, y Gabriel se quedaba haciendo las tareas que le correspondían a su hermana. Pero un día ya no aguantó más; se armó de valor y fue a confesarles a sus papás, todo lo que había pasado.
Al instante de su confesión, ellos se acercaron a Gabriel y le abrazaron diciendo: nosotros ya sabíamos todo pues lo vimos desde la ventana; lo que nos preguntábamos era hasta cuándo permitirías que tu hermana te tuviera como un esclavo.
Romanos 6:17-18 dice: “Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.”

Las Aspiraciones Provienen de Dios

Las aspiraciones son las cosas que ambicionamos. 
Como el deseo de subir un escalón, de alcanzar un peldaño más... Es no conformarse ni limitarse. Es salir de la zona de conformidad y arriesgarse, es adquirir nuevas cosas.

Los que aspiran, sueñan, y se imponen metas para lograr convertir lo que sueñan en realidad. Ponen el corazón en cada cosa que hacen y le añaden dedicación y pasión. Mezclan el entusiasmo con la energía. Son hacedores del optimismo, y si encuentran una piedra en el camino, la remueven o pasan por el lado.

Algo muy importante para los que tienen aspiraciones, es reconocer y saber que la fuente de cualquier logro viene de Dios. Que sólo de Él provienen las fuerzas para enfrentarnos a cada desafío con valor y entereza. Es grandioso que cada día aspiremos a ser mejores.

Dios. muchas veces, tras esos sueños y deseos, esconde propósitos hermosos y maravillosos. Él es quien pone tanto "el querer como el hacer". Así que, la próxima vez que pase una gran idea por tu mente o quieras dar inicio a un nuevo proyecto, piensa y no lo dejes pasar por alto, porque puede ser Dios mismo quien te esté inspirando.