lunes, 31 de marzo de 2014

Inteligencia emocional - Crecimiento personal-espiritual

 La Inteligencia emocional puede transformar una vida, un matrimonio y una familia.
Inteligencia emocional es la capacidad de controlar nuestras emociones, para encargarnos del bienestar de las personas a nuestro alrededor. Resumiendo, es el verdadero significado de una palabra trascendental: ¡AMOR!
Tradicionalmente, la humanidad se ha interesado más por el nivel de inteligencia intelectual de las personas (IQ), debido a que una persona con un alto nivel de IQ, tiene prácticamente garantizado su éxito profesional y financiero. Sin embargo, esto no garantiza su éxito en las relaciones, ni que sea feliz.
Pero los expertos en el tema del comportamiento humano han llegado a la conclusión de que, de poco sirve un alto nivel de IQ si no se tiene un nivel más alto de inteligencia emocional. Porque la inteligencia emocional es la que, permite tener y mantener buenas relaciones con las personas a tu alrededor y, en consecuencia, disfrutar del amor, paz y gozo en el corazón, elementos fundamentales de la felicidad.
A diferencia del IQ, la inteligencia emocional se puede cultivar y desarrollar por medio de la aplicación de nuevos hábitos de vida, en sustitución de los viejos hábitos egoístas y orgullosos. Cultivar y desarrollar nuevos hábitos es un proceso que requiere mucho esfuerzo, disciplina y constancia.
Las dos actitudes más difíciles de vencer para cultivar y desarrollar la inteligencia emocional en nuestra vida, son el egoísmo y el orgullo. El egoísmo nos impulsa a enfocarnos más en nuestras necesidades, que en las necesidades de los demás, aunque sean mayores que las nuestras, o en los deseos de los demás, dándoles menor importancia que los nuestros.
Y para cultivar y desarrollar la inteligencia emocional, debemos madurar como seres humanos, enfocando nuestra mente hacia valores más importantes que nuestras posesiones materiales, el estatus social, o los placeres de este mundo. Tengamos en cuenta que. los verdaderos valores importantes de la vida son el amor, el perdón, la humildad, la bondad, el servicio desinteresado, la sinceridad, la misericordia, la fe y otros como éstos.

Las maneras en que Dios responde

El Señor nos ha dado la maravillosa oportunidad de clamar a Él ante cualquier necesidad, como lo dice en su palabra:
“Clama a mi y yo te responderé”. Jeremías 33:3
Él contesta a tu clamor, tiene tu necesidad en la palma de su mano, pero ¿qué sucede cuando la respuesta a tu petición aún no es contestada? Puede haber personas que se desanimen, se desesperen, o que traten de adelantarse a la respuesta de Dios, pero necesitamos comprender que Dios es la Sabiduría misma, que así como un Padre sabe cuándo y cómo darle a su hijo lo que este quiere, así también nuestro Padre lo hace. Imagínate que, ante todo lo que pidieras, Dios te dijera que sí; en este caso, no habría madurez, no habría aprendizaje, no podrías valorar todo lo que te da, y se podría continuar…

¿Cuáles son las respuestas de Dios ante una petición?
1. Sí,
2. No,
3. Tengo algo mejor para ti.

Cuando la respuesta es sí, nos alegra, nos motiva a seguir adelante. Y cuando nuestro Padre nos dice que NO ante algo, necesitamos aceptarlo, confiar en su sabiduría, porque cuando ha dicho que no, no lo hace para privarnos de nuestra petición, sino para darnos algo mejor, ¡los pensamientos que tiene para nosotros son de bien!

¿Cuál es la clave para conocer verdaderamente a Dios? - Biblia

Dentro de todos nosotros existe un fuerte deseo de ser conocidos y conocer a otros. Y aún más importante es que, toda la gente desea conocer a su Creador aunque no crean en Dios. 
En la actualidad estamos siendo bombardeados con anuncios, que prometen muchas formas de satisfacer nuestros deseos de saber, tener y ser más. Sin embargo, este tipo de promesas vacías, creadas por el mundo terrenal, nunca podrán satisfacer de la misma manera que nos puede satisfacer conocer a Dios. Jesús dijo, “Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado.” (Juan 17:3).

Así que, “¿cuál es la clave para conocer verdaderamente a Dios?” Primero, es imperativo entender que el hombre, por sí mismo, es incapaz de conocer realmente a Dios debido a su pecado. Las Escrituras nos revelan que todos somos pecadores (Romanos 3:11-20) y que nadie alcanza el estándar de santidad requerido para tener comunión con Dios. También se nos dice que la consecuencia de nuestro pecado es la muerte (Romanos 6:23), y que pereceremos eternamente sin Dios, a menos que aceptemos y recibamos la promesa del sacrificio de Jesús en la cruz. Así que, a fin de conocer realmente a Dios, primero debemos recibir a Cristo en nuestras vidas. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios.” (Juan 1:12). Nada es más importante que entender esta verdad, cuando se trata de conocer a Dios. Y Jesús deja en claro que sólo Él es el camino al cielo y al conocimiento personal de Dios: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” (Juan 14:6).

No hay ningún requisito más fundamental, aparte de aceptarle y recibir sus promesas, ya
 mencionadas. Jesús vino a darnos vida, al ofrecerse Él mismo como un sacrificio, para que nuestros pecados no nos privasen de conocer a Dios. Una vez que hayamos recibido y aceptado esta verdad, podemos comenzar la tarea de conocer a Dios de una manera personal. Uno de los ingredientes clave en la misma, es entender que la Biblia es la Palabra de Dios y es la revelación de Él mismo, de Sus promesas y Su voluntad. La Biblia es esencialmente una carta de amor escrita por un Dios amoroso para nosotros, quien nos creó para conocerle íntimamente. ¿Qué mejor manera de saber acerca de nuestro Creador, que sumergirnos en Su Palabra, revelada a nosotros por esta razón? Y es importante continuar este proceso completamente. Pablo le escribe a Timoteo, “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:14-17).

Gozo - Reflexiones

El gozo abarca una amplia variedad de emociones, todas agradables, desde el sereno deleite al extremo júbilo. Éstos, los tiempos de gran bullicio y alegría son divertidos, y todos necesitamos momentos de risa; risa hasta el extremo de hacernos doler la mandíbula. Seguramente no viviremos así todas los días, pero los necesitamos. Si no, para qué nos habría dado Dios la capacidad de reír.
Como cristianos, deberíamos crecer en nuestra habilidad de disfrutar la vida y ser capaces de decir: “Vivo la vida de una manera serena y en pleno deleite”. Esto posiblemente, sea una mezcla de paz y gozo.
Algunas de las palabras griegas relacionadas con el gozo, en la Biblia son traducidas como deleite, alegría, sumamente gozoso, gozo exuberante, alegrarse, regocijarse grandemente, con gozo extraordinario... Otros diccionarios lo definen como un gran placer o felicidad, una fuente de placer o satisfacción, disfrute.
Cualquiera que sea la definición que prefieras, la triste realidad es que hay muy pocos creyentes que conocen el gozo del Señor. No dejes que pase otro día sin experimentar el Reino de Dios en su esencia: justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo...
Porque nada hay tan trágico como estar vivo y no disfrutar de la vida.
Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia y paz y gozo en el Espíritu Santo. Romanos 14:17

¿Cuál es el argumento Cosmológico para la existencia de Dios?

El argumento cosmológico intenta probar la existencia de Dios observando el mundo que nos rodea (cosmos). Comienza con lo más obvio de la realidad: las cosas existen. Argumenta que la causa de la existencia de estas cosas, tiene que deberse a una cosa, “una especie de Dios.” Este tipo de argumentos van en retrospectiva hasta Platón, y desde entonces han sido usados por notables filósofos y teólogos. Finalmente, la ciencia se encontró con los teólogos en el siglo XX, cuando fue confirmado que el universo debió haber tenido un principio. Así que actualmente, los argumentos cosmológicos son aún más importantes para los "no-filósofos."

Existen dos formas básicas de ver estos argumentos, y la forma más fácil de pensar en ellas puede ser la “vertical” y la “horizontal.” Estos nombres (formas) indican la dirección desde la cual proceden las causas. 
En la forma vertical, se afirma que cada cosa creada está siendo causada ahora mismo (imagina una línea de tiempo con una flecha apuntando hacia arriba, desde el universo hacia Dios). 
La versión horizontal muestra que la creación debe tener una causa en principio (imagina la misma línea de tiempo, sólo que con una flecha apuntando hacia atrás, a un punto de partida en el tiempo).