miércoles, 5 de marzo de 2014

Deja Todo


Si esa actividad que estás realizando te hace sentir la persona más miserable del mundo
¿Por qué no la dejas?
Si lloras por una persona que ni siquiera te demuestra amor
¿Por qué no le dejas?
Si te das cuenta que ese pensamiento no es edificante para tu bienestar emocional
¿Por qué no lo dejas?
Si tienes cuentas que pagar pero aún así prefieres gastar dinero en cosas que no son necesarias
¿Por qué hacerlo no dejas?
Si mentir le está causando grandes problemas a tu conciencia y corazón
¿Por qué hacerlo no dejas?
Si tienes deseos de empezar de nuevo
¿Por qué no lo haces?
Si deseas ser un hombre o mujer íntegro(a)
¿Por qué no empiezas hoy?
Si del baúl de los recuerdos sacas todos los días un recuerdo para vivir
¿Por qué no empiezas de nuevo y vives el presente?
Si el odio carcome aún tu corazón
¿Por qué no lo dejas?
Si sabes que sea lo que sea que estés viviendo o teniendo, te hace daño
¿Por qué de una vez no lo dejas?
¿Sabías que basta con un sí o un no que brote de tus labios, para empezar una vida de luz o para sumergirse en la más tormentosa oscuridad?

PIÉNSALO, TODO DEPENDE DE TU DETERMINACIÓN

Vuelve a comenzar

Cuando has confiado en Dios y andado en su camino,
cuando has sentido su mano guiarte día tras día,
pero ahora tus pasos te llevan en otra dirección,
vuelve a comenzar.

Cuando has hecho tus planes, y todo sale mal,
cuando has tratado de hacerlo mejor y ya no queda nada,
cuando has fracasado en lo que haces y no sabes por qué,
vuelve a comenzar.
Cuando has dicho a tus amigos lo que planeas hacer,
cuando has confiado en ellos, y no te han sido fieles,
y te has quedado solo, con tus cargas a cuestas,
vuelve a comenzar.

Cuando has fracasado con tus hijos, y han crecido y se han ido,
cuando has hecho lo mejor, pero todo ha resultado mal,
y ahora tienes a tus nietos en el mismo camino,
vuelve a comenzar.
Cuando has pedido a Dios saber su voluntad,
cuando has orado mucho sin recibir respuesta,
cuando quieres detenerte para restaurar tus fuerzas,
vuelve a comenzar.

Cuando crees que todo ha terminado y quieres darte por vencido,
cuando has llegado al fondo del abismo en tu vida,
cuando has tratado muchas veces de salir de ese foso,
vuelve a comenzar.
Cuando ha sido largo el año y no has tenido éxito,
cuando llega diciembre y te sientes muy triste,
y Dios te da un enero de gozo renovado,
vuelve a comenzar.
Volver a comenzar quiere decir victorias ya ganadas;
volver a comenzar quiere decir una carrera que se ha corrido bien.
Volver a comenzar quiere decir que se ha hecho la voluntad de Dios;
así que no te quedes simplemente sentado…
¡y vuelve a comenzar! 

Nacer de Nuevo

“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.”
Juan: 3.5
Cierro mis ojos y trato de imaginarme a Nicodemo de noche, quizá temeroso, entrando en la casa de Jesús y mirando a todos lados para que nadie le viera, porque quería tener una conversación en privado con Jesús: era un fariseo, un maestro de la Ley bastante mayor pero estaba inquieto; probablemente había escuchado a Jesús hablar en la calle, en las plazas o en la Sinagoga, o sabía de Él porque era el tema principal de aquellos días; tenía no sólo un conocimiento intelectual de la Ley, sino que en su corazón reconocía que ese hombre no era como los otros, era especial, hablaba con autoridad, le rodeaba una atmósfera de santidad, de poder, su boca destilaba sabiduría, atraía a las multitudes, estaba lleno de gracia y de amor, de compasión; su cercanía, su presencia producía seguridad, paz… Así que, la necesidad de ir a verle pudo más que el temor de ser descubierto y finalmente se decidió a visitar a Jesús y sostener con Él esta conversación que es la parte esencial, central y fundamental del cristianismo.

Hasta puedo imaginar que había preparado una batería de preguntas que le haría al Maestro, pero como Jesús tenia la capacidad de leer los pensamientos..., como se dice en lenguaje coloquial: “fue por lana y salió trasquilado”, pues nunca se imaginó una salida y respuesta como esa. "Nacer de Nuevo", sí, volver a nacer… del agua y del espíritu. ¡Qué extraño debió sentirse en aquella situación!

Jesús lo ratificó en la fiesta de bodas a la que fue con su madre y sus hermanos cuando convirtió el agua en vino, también durante la muerte de Juan El Bautista, y en sus parábolas, para finalmente confirmarlo con su propia vida, muerte y resurrección, mostrando que es El Señor de la vida y de la muerte; posteriormente, a través del mensaje del Apóstol Pablo, vemos nuevamente este tema cuando éste habla acerca del viejo hombre o la vieja naturaleza y el renacimiento del nuevo hombre, del avivamiento del espíritu.
Nacer de nuevo es la regeneración del espíritu, de la vida y, consecuentemente, de la reconciliación con Dios nuestro Padre, y no podemos nacer de nuevo si no nos bautizamos; sí hermanos, el bautismo es el compromiso, la alianza, el pacto que nos recuerda que enterramos en el agua toda nuestra vida pasada, que nos arrepentimos de nuestros pecados, y aceptamos y abrazamos una nueva vida, una nueva identidad, un segundo nacimiento. Nacemos de nuevo, y esto es muy importante porque es el medio por el cual somos sellados, marcados y separados para Cristo.

Gratitud en medio de la prueba

1 Tesalonicenses 5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. 

Incluso nosotros los cristianos hemos pasado y tendremos que pasar situaciones difíciles. Jesús nos advirtió que íbamos a tener muchas dificultades en esta vida y como siempre... tenía razón.



 "... En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo". Juan 16:33

Por más desagradables que sean las pruebas siempre tendremos razones para dar gracias. Sin duda alguna hay un plan divino tras cada desierto por el que Dios nos permite transitar, mas sabemos que no estamos solos, pues la presencia de Dios nos acompaña todo el tiempo. 

Pero el Señor no siempre impide el sufrimiento o la decepción del creyente. Detener las tormentas de la vida puede ser nuestra meta, pero desde el punto de vista de Cristo, las adversidades son necesarias para que nosotros maduremos espiritualmente.

Hay algunas cosas muy importantes que tenemos que tener bien claras: nuestro Padre nos ofrece protección y nos asegura que nos acompañará en todo momento. Desde que recibimos a Jesús como nuestro Salvador, Él nos promete que vivirá en nosotros y que jamás nos abandonará. Es más, tenemos la garantía de que nada nos separará de su amor. 


"Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro". Romanos 8:38-39

 Así que debemos estar tranquilos, sabiendo que nuestro Dios omnipresente camina a nuestro lado en medio de las dificultades y nos guiará a tomar la mejor decisión para resolver cualquier situación adversa.

La doble Gracia de Dios

“Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino”, clamó el ladrón en la cruz.
“Jesús, hijo de David, ten misericordia de mí”, gritó el ciego.
“Jesús maestro, ten misericordia de nosotros”, rogaron los leprosos.
young man rest on wheat fieldMúltiples peticiones, ruegos, súplicas y una tras otra fueron respondidas por Jesús de Nazaret. Él nunca permaneció indiferente al dolor humano; aunque no conocía a esas personas, en su divinidad podía ver que era un ladrón y culpable de muerte, podía ver el pecado en ellos, en definitiva, podía ver que ninguno de los que se acercaban a Él merecían ser sanados. Nadie merecía recibir la sanidad de Él, sin embargo uno por uno recibieron un inmerecido regalo. 
Esa es la gracia de Dios, recibir gratuitamente algo que no se merece. Todos recibieron lo que pidieron. Ninguno se quedó sin respuesta, Dios satisfizo todas sus peticiones.
Sin embargo, veamos "la doble gracia de Dios", porque una cosa es pedir y recibir, y otra cosa muy diferente es recibir algo que ni siquiera se pidió, a eso se le llama la doble gracia de Dios.