miércoles, 15 de febrero de 2017

Nuestro tesoro

Nuestra manera de ver el tesoro que tenemos es una revelación personal de quiénes somos. La pregunta es: ¿Dónde está nuestro corazón?
Resultado de imagen de Nuestro tesoro para el prójimoNo importa cómo hayamos adquirido las cosas que tenemos, sea trabajando, invirtiendo o ahorrando, la realidad es que el Señor es el dueño de todo, y nosotros somos simplemente administradores. Si tenemos una actitud de “mi tesoro es mío”, podemos descubrir, en realidad, que lo que tenemos es mucho menos satisfactorio de lo que esperábamos.
He aquí una mejor perspectiva en cuanto a las posesiones y la abundancia económica: veamos estas cosas como un medio para responder ante las necesidades de otros, y una manera de servir a Dios e impulsar su reino (Efesios 4.28Malaquías 3.10). Cuando damos a los necesitados o para el trabajo del reino, estamos transfiriendo de inmediato nuestro tesoro de la Tierra al cielo.
Las bendiciones tangibles del Señor también pueden usarse apropiadamente para ayudarnos a alcanzar los objetivos dados por Dios, que han sido establecidos por medio de la oración. Por ejemplo, si el Señor le ha bendecido económicamente, y le ha mostrado que Él desea que usted use su talento musical para servirle, puede ser conveniente que compre un instrumento musical. Cuando andamos en la voluntad de Dios y llevamos nuestras peticiones a Él, los anhelos de nuestro corazón se convierten en buenas maneras de usar nuestro tesoro, porque nuestras preferencias estarán alineadas con los deseos de Dios para nosotros.
Piense siempre en el valor eterno de sus objetivos. Lo esencial es que debe confiar a Dios hasta la última gota de su tiempo, talento y tesoro.

La Cena del Señor

CRISTO INSTITUYÓ LA CENA DEL SEÑOR
Resultado de imagen de La Cena del SeñorMateo 26:26-29 Mientras comían, Jesús tomó pan, y habiéndolo bendecido, lo partió, y dándoselo a los discípulos, dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo. Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, se la dio, diciendo: Bebed todos de ella; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día cuando lo beba de nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.

1/Corintios 11:23-26 Porque yo recibí del Señor lo mismo que os he enseñado: que el Señor Jesús, la noche en que fue entregado, tomó pan, y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí. De la misma manera tomó también la copa después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto cuantas veces la bebáis en memoria de mí. Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga. 
En Mateo se nos dice que la cena fue en la Pascua y Pablo nos informa que se instituyó antes de la crucifixión.
El PROPÓSITO DE LA CENA DEL SEÑOR
El propósito de la Cena del Señor no es para el perdón de los pecados. Hubo siglos con esta creencia equivocada, pero la santa cena no es para confesar y obtener el perdón de los pecados (algunos piensan así a causa de un concepto equivocado de sacrificios en el Antiguo Testamento). De acuerdo a las Escrituras, la Cena del Señor tiene cuatro propósitos:
1- Comunión de los salvos en la sangre y el cuerpo de Cristo.1/Corintios 10:15-21 dice… Os hablo como a sabios; juzgad vosotros lo que digo. La copa de bendición que bendecimos, ¿no es la participación en la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es la participación en el cuerpo de Cristo? Puesto que el pan es uno, nosotros, que somos muchos, somos un cuerpo; pues todos participamos de aquel mismo pan. Considerad al pueblo de Israel: los que comen los sacrificios, ¿no participan del altar? ¿Qué quiero decir, entonces? ¿Que lo sacrificado a los ídolos es algo, o que un ídolo es algo? No, sino que digo que lo que los gentiles sacrifican, lo sacrifican a los demonios y no a Dios; no quiero que seáis partícipes con los demonios. No podéis beber la copa del Señor y la copa de los demonios; no podéis participar de la mesa del Señor y de la mesa de los demonios. Porque cuando tomamos la Cena del Señor, expresamos el hecho de que hemos sido salvos por el sacrificio de Cristo en La Calavera. Estamos en comunión con lo que nos salva del pecado. Por consiguiente, no para los que están fuera de Cristo.
2- La Cena del Señor también es una conmemoración del sacrificio de Cristo en la cruz. 
1/Corintios 11:24  y después de dar gracias, lo partió y dijo: Esto es mi cuerpo que es para vosotros; haced esto en memoria de mí. Es decir, que mientras comemos la Cena del Señor, nuestro deber es recordar el sufrimiento de Él por nosotros.

3- La Cena del Señor proclama la muerte de Cristo.
1/Corintios 11:26 dice… Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que él venga. Al tomar la Cena del Señor, los cristianos proclaman que el cuerpo golpeado y la sangre derramada de Cristo fue el sacrificio en la cruz por los pecados del mundo.
4- La Cena del Señor proclama el hecho de que Jesús vendrá otra vez.
1/Corintios 11:26 dice…Porque todas las veces que comáis este pan y bebáis esta copa, la muerte del Señor proclamáis hasta que Él venga. Al tomar la Cena del Señor, el cristiano demuestra la fe en la promesa del Señor de que Él vendrá otra vez. Hechos 1:10,11 dice lo siguiente: Y estando mirando fijamente al cielo mientras Él ascendía, aconteció que se presentaron junto a ellos dos varones en vestiduras blancas, que les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, vendrá de la misma manera, tal como le habéis visto ir al cielo. Así que, nosotros expresamos nuestra relación intima con Cristo y recordamos Su sacrificio y el significado de ello. Recordamos también que Él murió por nuestros pecados y los eventos que sucedieron después, y proclamamos por fe nuestra creencia en que Él volverá, base de Su resurrección.

La dimensión del amor

«El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo y seguid lo bueno». Romanos 12: 9

Leo observó, maravillado, la danza de las extrañas figuras ataviadas con ropas orientales: tres mujeres, moviéndose seductoramente en el escenario. Se acercó y vio, con asombro, que eran jóvenes y hermosas. Tenían los ojos verdes, relucientes como las esmeraldas. La imagen de sus cuerpos en movimiento cautivó su mirada durante varios minutos, y al terminar el espectáculo, se acercó a una de ellas. Era morena, de rostro triste. Su tristeza no se correspondía con la danza en la que acababa de participar.
Resultado de imagen de La dimensión del amorFue algo inexplicable. Solo una hora de conversación, y ambos llegaron a la «conclusión» de que estaban profundamente enamorados. Así comenzó una historia de dolor, de angustia y de muerte. Meses después, Leo no pudo soportar el dolor de verse engañado. Su mundo quedó en tinieblas; y sus emociones, perturbadas, le hicieron cometer un crimen que lo llevaría a prisión por varios años. Todo sucedió la noche en la que ella le confesó que nunca lo había amado; se había casado con él solo por su dinero. ¿Cómo puedes decir eso, si hemos pasado tantos momentos maravillosos?, preguntó el joven engañado, al límite de la desesperación. Fingí. Simplemente, fingí, fue la respuesta, dura y fría. Lo que sucedió después lo relataron los periodistas con todo lujo de detalles.