martes, 8 de julio de 2014

El Mayor Peligro - Reflexiones

Nosotros, los seres humanos, vivimos en un ambiente lleno de peligros. Cuando uno se sube a un coche, nunca sabe si llegará a su destino sin accidentarse. Los riesgos en la circulación son numerosos y variados. El peligro de adquirir alguna enfermedad también nos amenaza constantemente. Además nos acechan muchos otros. Pero el peligro más grande de todos es estar perdido por toda la eternidad. Si no hacemos nada para ponernos a salvo, es seguro que llegaremos a este punto.
Pero ningún ser humano puede salvarse a sí mismo, por más que se esfuerce. Los pecados son un impedimento invencible para salvarse y evitar la perdición eterna. Entonces, ¿existe la posibilidad de ser salvos?
Sí, y sólo de una manera. Se halla única y exclusivamente en Aquél que "vino para salvar a su pueblo de sus pecados” (Mateo 1:21), y de quien la Escritura dice: “Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios” (1 Pedro 3:18). Y “al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él” (2 Corintios 5:21).
Jesucristo, el Hijo de Dios, es el Salvador. Dios lo envió a la tierra para que muriera en la cruz, a fin de que “todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16).
Quien lo rechaza está perdido para siempre. Él mismo dijo a los judíos de su tiempo: “Si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis” (Juan 8:24).

La última tentación - Tentado en la autodeterminación (3)

“Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan” (Mateo 4:3). En Mateo 4:2 dice que “después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, entonces tuvo hambre”. Sin duda estaba cansado, débil y hambriento. Una persona hambrienta tiene solo una cosa en la mente: comida. Cuando el tentador le dijo “Si eres Hijo de Dios”, no implica que lo estaba tentando para probar si realmente lo era, porque Satanás lo sabía. Era un si condicional, pero lo asumía, no dudaba. Es como si por ejemplo te dijera: “Si estás yendo a la cafetería, por favor tráeme un café capuchino”. El tentador de esa manera le decía: “Si eres hijo de Dios… usa tu poder y produce comida, no tienes por qué esperar hasta el final, tienes el poder y la habilidad para hacerlo ahora y a tu manera”. Eso es autodeterminación, independencia y voluntad propia. Es la primera tentación a la cual somos sometidos cada día: no depender de Dios; lo sabemos todo; tenemos experiencia y habilidad. 

Gracias Jesús, por no ceder a la tentación. Con autoridad le dijo: “Escrito está: ‘no solo de pan vivirá el hombre sino de toda palabra que sale de la boca de Dios’”, citó Deuteronomio 8:3. Luego Mateo 4:11 dice: “El diablo entonces lo dejó; y he aquí, ángeles vinieron y le servían”. ¡Qué hermosa escena! Jesús no dijo: “El Mesías o el Hijo de Dios (refiriéndose a él) no solo de pan vive”, no, Él se identificó con la raza humana y declaró: “No solo de pan vivirá el hombre”. Estaba diciendo: “yo soy uno de ellos”. 

Nuestro desafío es vivir para Dios y no actuar en la autodeterminación, sino en la dependencia de Dios. Muchos líderes frágiles en la fe, son autodeterminados. Se olvidan que dependen de Dios. Pero los verdaderos líderes consultan todo con el Padre.


Compartiendo esperanza

“Haz a los demás todo lo que quieras que te hagan a ti. Esa es la esencia de todo lo que se enseña en la ley y en los profetas.” Mateo 7:12 NTV
Andrea estaba en la espera de su tercer hijo pero, a diferencia de sus embarazos anteriores, éste le había afectado mucho en su estabilidad emocional y física por los cambios hormonales. Además, tenía que atender a sus dos hijos pequeños, y el sorpresivo despido de su esposo era un problema más que se sumaba a la situación que afrontaba. Todas estas circunstancias la tenían muy cansada y preocupada.
Julia, una de sus amigas, que también tenía varios problemas, pues le detectaron cáncer y su familia no estaba estable económicamente, era una mujer llena de esperanza y que pese a sus circunstancias, mantenía siempre su sonrisa.
Un día, cuando Andrea ya no podía más, recibió la visita sorpresiva de Julia quien había ido, principalmente, a ayudarle con sus hijos para que ella pudiera descansar. También le dio un dinero para que pudiera sustentar a su familia mientras su esposo conseguía un trabajo.
Ese día Andrea pudo recobrar fuerzas, relajarse y aprendió una gran lección: su amiga, a pesar de su condición y situación, dio de lo que tenía para ayudarla.
La mayoría de las personas esperamos tener más para poder ayudar a otros, creemos que sólo teniendo abundancia, podremos dar. Sin embargo, Pablo dice en Hechos 20:35 NTV “Y he sido un ejemplo constante de cómo pueden ayudar con trabajo y esfuerzo a los que están en necesidad. Deben recordar las palabras del Señor Jesús: Hay más bendición en dar que en recibir”.

Lo que no pudo ser

Alguna una vez en nuestra vida, experimentamos un sentimiento de tristeza por algo que deseamos y que por alguna razón no pudo ser, como aquella gran relación que terminó, o el deseo de ser o hacer algo especifico, pero a veces a pesar del tiempo, no logramos superar o dejar de pensar en lo que pudo ser, en el qué hubiera sido si..., y nos dejamos envolver por la frustración.
Pero debes tener presente que, aunque intentes demostrar algo, una cosa es lo que puedes aparentar ante los demás, el tratar de ser fuerte, y otra los pensamientos o recuerdos que quedan guardados profundamente en tu memoria y tu corazón. Nadie más que tú sabe lo que hay en ellos, lo que te duele no tener algo o haberlo perdido; y a veces nos pasa que, a pesar del esfuerzo que ponemos de nuestra parte, las cosas no se dan, pero ¡cuidado"!, aferrarse a ellas es privarse de la posibilidad de encontrar algo mejor.
lo que no fue
Imaginamos tanto nuestra vida de una forma, que cuando las cosas no resultan como las planeamos, nos sentimos frustrados, vivimos entristecidos por no estar donde queríamos estar, y nos encerramos tanto en lo que no fue posible, que olvidamos que la vida es maravillosa y Dios tan bondadoso, que detrás de una puerta que se cierra hay una más grande que se abre.
Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza. Jeremías 29:11 (Nueva Versión Internacional)

Celebración

Celebración del nacimiento de JesúsPor supuesto que no es el tiempo, pero ¿es para ti, la celebración de Navidad un tiempo de alegría o felicidad por la celebración del nacimiento de nuestro Gran Redentor?  ¿O este es un tiempo de estrés, afanes, angustias, desavenencias, divisiones, tristezas, soledad..., por las compras, la comida, los compromisos, los estrenos?
¿Cuál es realmente nuestra motivación?
Esta celebración debe llevarnos a una reflexión:
Debe ser un tiempo de mucha gratitud a Dios, por enviarnos el regalo más hermoso que alguien en esta tierra pueda recibir: Jesús, el Hijo de Dios.
De tal manera amó Dios al mundo que ha dado a Su hijo Unigénito, para que todo aquel que en Él crea, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16. 
Que nuestra reunión familiar sea principalmente, tener tiempo para adorar al Rey de Reyes.