¿Qué es la salvación?
La salvación de Dios significa ser rescatado de la pena del pecado. Todos somos pecadores, y la consecuencia del pecado es la muerte, no muerte física, sino la separación eterna de Dios. Para ser salvo de sus pecados, usted debe hacer tres cosas: pida el perdón de sus pecados, apártese de ellos, y crea que Jesucristo - nuestro Señor y Salvador - murió por sus pecados y resucitó de entre los muertos.
La salvación de Dios significa ser rescatado de la pena del pecado. Todos somos pecadores, y la consecuencia del pecado es la muerte, no muerte física, sino la separación eterna de Dios. Para ser salvo de sus pecados, usted debe hacer tres cosas: pida el perdón de sus pecados, apártese de ellos, y crea que Jesucristo - nuestro Señor y Salvador - murió por sus pecados y resucitó de entre los muertos.
¡Si usted ha hecho estas cosas, usted es salvo. Usted tiene la salvación, lo que significa que usted ha aceptado el amor de Dios y el perdón, es adoptado en Su familia y tiene comunión con Su gente, los Cristianos. ¡Usted es libre del poder del pecado, es un niño de Dios! La Biblia le promete así, la eternidad en el cielo (Romanos 10:9-10).

Juan 3:16-17 y Juan 10:10 nos hablan del gran amor que Dios tiene por nosotros. Debido a ese amor, Dios quiere que nos acerquemos a Él tal como somos. Anhela que hablemos con Él libremente, de nuestros pecados y nuestras necesidades.
Dios reveló Su amor por nosotros enviando a Su Hijo, Jesús, para morir por nuestros pecados hace más de 2,000 años. Jesús nos enseñó por qué Él vivió como un hombre en la tierra durante 33 años. Él vivió una vida libre de pecado y pagó el precio de nuestros pecados ofreciéndose como el sacrificio perfecto en la cruz. Resucitó tres días después, ascendió a los cielos, donde intercede por nosotros (Romanos 8:34; Hebreos 7:25).
¿Va la gente buena al cielo?
Muchas personas creen que ser bueno les permitirá entrar al cielo; que si son agradables, no cometen ningún crimen y tratan de hacer lo correcto, todo ello les abre las puertas al reino de Dios.
Sin embargo, la Biblia dice que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Pecamos, y la pena por el pecado es la muerte (Romanos 6:23). No hay nada que podamos hacer para ganar una entrada al cielo.
Muchas personas creen que ser bueno les permitirá entrar al cielo; que si son agradables, no cometen ningún crimen y tratan de hacer lo correcto, todo ello les abre las puertas al reino de Dios.
Sin embargo, la Biblia dice que todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23). Pecamos, y la pena por el pecado es la muerte (Romanos 6:23). No hay nada que podamos hacer para ganar una entrada al cielo.
¡Pero Dios trazó el camino enviando a Jesucristo para morir por nuestros pecados para tener la vida eterna! Ninguno de nosotros, por sí mismos, somos lo bastante buenos para entrar al cielo, pero si invitamos a Cristo a ser parte de nuestras vidas, sabemos que pasaremos la eternidad con Él en el paraíso. No por las cosas buenas que usted ha hecho, sino por lo que Cristo ha hecho por usted (Efesios 2:8). No es por las emociones que pueda sentir, sino por lo que la Palabra de Dios dice (1 Juan 5:11-13). Jesús proporciona el único camino a la salvación.
Entonces, ¿qué debo hacer?
Ante todo, reconozcamos que Jesús tiene todo el poder y autoridad sobre el pecado y el mal (Mateo 28:18; Hebreos 2:14-15; 1 Juan 3:8), y que por Él también podemos vivir vidas victoriosas. Leemos en 2 Corintios 5:17: “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación: ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” La Biblia también dice en 1 Corintios 15:57: ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
Ante todo, reconozcamos que Jesús tiene todo el poder y autoridad sobre el pecado y el mal (Mateo 28:18; Hebreos 2:14-15; 1 Juan 3:8), y que por Él también podemos vivir vidas victoriosas. Leemos en 2 Corintios 5:17: “Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una nueva creación: ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo!” La Biblia también dice en 1 Corintios 15:57: ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!”
Para ser salvo, admita a Dios que usted es un pecador. Todos somos pecadores, y como Dios es Santo, Él no tolera el pecado. Sin embargo, dado que Él le ama, Él perdona nuestros pecados cuando le pedimos perdón. No hay nada que podamos hacer para ganar la salvación, es solamente por la gracia de Dios – gracia inmerecida – como podemos ser salvos.
Una vez ya salvo, no significa que podemos seguir pecando esperando que Dios nos perdone una y otra vez. Dios es Santo, y nuestro pecado es una rebelión contra su santidad. Ninguno de nosotros es perfecto y seguiremos pecando, pero lo importante es que de verdad sintamos arrepentimiento por nuestros pecados y hagamos el mejor esfuerzo para corregirlo. Con el arrepentimiento viene la confesión del pecado y el querer cambiar nuestras vidas.
Cuando usted se haya arrepentido de sus pecados, reconociendo a Jesús como su Salvador, dele las gracias a Dios por su amor y por aceptarlo a usted. Si nos damos totalmente a Jesús, Él entra en nuestros corazones y vive allí (Apocalipsis 3:20). Estamos con Cristo Jesús, y Él está con nosotros (Juan 15:4-7; Gálatas 2:20). Debemos encomendarnos a Él y confiar solo en Él como nuestro Salvador y Señor.
Tenga confianza total en la vida eterna por medio de Cristo, y experimente la alegría que viene de conocerle personalmente.
Tenga confianza total en la vida eterna por medio de Cristo, y experimente la alegría que viene de conocerle personalmente.