viernes, 18 de marzo de 2016

Sin trabajo

Perder su trabajo o estar inhabilitado para hacerlo puede afectarlo no solo económicamente, sino emocional y espiritualmente. Puede hacerlo sentirse ansioso, inútil y desesperado. Si ha estado buscando trabajo largo tiempo, puede incluso que esté a punto de rendirse.
Pero Dios no se ha olvidado. Él conoce sus necesidades y quiere ayudarle; la Biblia dice: "Él consuela a los humildes” (2 Corintios 7:6).
Quizás encuentre un trabajo pronto o quizás no; Dios puede tener reservado algo para usted que no espera. No importa lo que haga, trate de no desanimarse. La Biblia dice, “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11, NVI). También nos dice que: “El Señor está cerca de los quebrantados de corazón, y salva a los de espíritu abatido” (Salmos 34:18, NVI). He aquí algunos otros consejos mientras espera la respuesta de un trabajo o decide cuál será el siguiente paso:

Alta tecnología

El día del Señor de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo enaltecido, y será abatido. Isaías 2:12
(Jesús dijo:) Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Mateo 18:3

A menudo empleamos el término "alta tecnología" para calificar un producto que está en el nivel más alto del desarrollo. Nuestras sociedades están orgullosas de poder mostrar lo mejor de la industria. Sin embargo, si bien es cierto que fue necesario desplegar los tesoros de la imaginación y de la inteligencia para crear automóviles, aviones, trenes y los múltiples objetos que usamos en la vida cotidiana, también basta poco para que estos dejen de funcionar. Por ejemplo, en Francia en diciembre de 2009, los trenes de alta velocidad no pudieron circular durante varios días debido a la nieve y al hielo. En abril de 2010 todos los aviones de gran parte de Europa, no pudieron despegar debido a las nubes de ceniza provenientes de un volcán islandés.

¡No temas, Dios te cuida!

En la Gran Isla de Hawai crece una pequeña planta, muy delicada, cuyo nombre es Sensitiva, perteneciente a la familia de Mimosa.
Su nombre se debe a un movimiento que hace cuando algo, incluso un cambio de dirección del viento, la roza o atraviesa. En ese instante, la planta tropical americana, con tronco y espinas, se pega a la tierra, y a menos que la estés observando directamente, no podrás distinguirla de la hierba o la maleza del área. Puede ser aplastada con facilidad debajo de nuestros pies.
Cuando el sol se levanta en el pacífico sur, la diminuta Sensitiva se abre tan amplia como le es posible y se eleva hacia la calidez de los rayos nacientes del sol. Esta minúscula y plegable planta, tiene un mecanismo que hace que se doble con facilidad y se recoja, resguardándose de cualquier cosa que pueda causarle daño. Sin embargo, la Sensitiva no puede distinguir entre un segador de césped que viene hacia ella para cortarla, o el hombre que se acerca para protegerla.

Las tres tareas del Espíritu Santo

El Espíritu Santo descendió sobre Cristo para darle poder para su obra (Juan 1:32-33). También dio Juan testimonio, diciendo: Vi al Espíritu que descendía del cielo como paloma, y permaneció sobre él. Y yo no le conocía; pero el que me envió a bautizar con agua, aquél me dijo: Sobre quien veas descender el Espíritu y que permanece sobre él, ése es el que bautiza con el Espíritu Santo.
Si Jesús no hubiese llevado a cabo la misión que vino a cumplir, no habría existido el evangelio. Si no hubiese muerto, no podría haber limpiado nuestros pecados; si no hubiese vuelto al Padre, el Espíritu Santo no habría podido venir. Así como el Espíritu descendió sobre Cristo para darle poder para su obra, pronto vendría sobre los seguidores de Cristo para compensarles la pérdida de la presencia del Señor.
I. Convencer al mundo del pecado
Llamar a los hombres al arrepentimiento; el Espíritu Santo a través de sus discípulos produciría (convicción) de pecado. Hechos 2:36-37 Sepa, pues, ciertamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? El Espíritu Santo obró junto con Pedro en su primer discurso, el cual dio una abundante cosecha de almas. El pueblo reaccionó, obró de otro modo y cambió su manera de pensar, y su respuesta denota su verdadero arrepentimiento.