sábado, 24 de agosto de 2013

¿Es malo enojarse con Dios? - Preguntas y respuestas bíblicas - Vídeo

Estar enojado con Dios es algo con lo que mucha gente, tanto creyentes como no creyentes, ha luchado a través del tiempo. Cuando sucede algo trágico en nuestra vida, le preguntamos a Dios, “¿Por qué?” porque esa es nuestra reacción natural. Sin embargo, lo que realmente le estamos preguntando, no es tanto el “¿Por qué, Dios?” sino “¿Por qué yo, Dios?” Esta reacción indica dos defectos en nuestro razonamiento: 

-Primero, como creyentes actuamos con la impresión de que la vida debe ser fácil, y que Dios debe evitar que nos suceda cualquier tragedia. Cuando no lo hace, nos enojamos con Él.

-Segundo, cuando no comprendemos el alcance de la soberanía de Dios, perdemos confianza en Su habilidad para controlar las circunstancias, a la gente, y la manera en que éstas nos afectan. Después nos enojamos con Dios porque nos parece que Él ha perdido el control del universo y especialmente el control sobre nuestras vidas. Cuando perdemos la fe en la soberanía de Dios, es porque nuestra frágil humanidad está lidiando con nuestra propia frustración, al reconocer nuestra falta de control sobre los acontecimientos. Cuando suceden cosas buenas, a menudo las atribuimos a nuestros logros y éxitos. Sin embargo, cuando suceden cosas malas, somos rápidos en culpar a Dios, y nos enojamos con Él por no haberlas evitado, lo que indica el primer defecto en nuestro razonamiento, pensamos erróneamente que merecemos ser inmunes a circunstancias desagradables.

Las tragedias traen al hogar la terrible verdad de que no estamos en control. Todos nosotros pensamos, en uno u otro momento, que podemos controlar el resultado de las situaciones, pero en realidad es que Dios es quien está a cargo de toda Su creación. Todo lo que sucede es causado o permitido por Dios. Ni un pajarillo, ni un cabello de nuestra cabeza cae a tierra sin el conocimiento de Dios (Mateo 10:29-31). Podemos quejarnos, enojarnos, y culpar a Dios por lo que nos sucede. Sin embargo, si confiamos en Él y rendimos ante Él nuestro dolor y amargura, reconociendo nuestro pecado de soberbia, al tratar de forzar nuestra voluntad sobre la Suya, Él puede y nos brindará Su paz y fortaleza para pasar a través de cualquier situación difícil (1 Corintios 10:13). Muchos creyentes en Cristo pueden dar testimonio de este hecho. Podemos estar enojados con Dios por muchas razones, así que todos debemos aceptar en algún momento, que hay cosas que no podemos controlar o entender con nuestra mente finita.

Sabiduría, inteligencia y prudencia - Devocionales, Reflexión

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¨Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, si clamares a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, entonces entenderás el temor de Jehová, y hallarás el conocimiento de Dios.¨ Proverbios 2:1-5 (Reina Valera 1960).
¿Cómo se relacionan estas tres?
Según el diccionario de la Real Academia Española, la sabiduría es tener un conocimiento profundo, adquirido a través del estudio o de la experiencia.
La Inteligencia la definen como conocer, analizar, comprender y tener la capacidad para resolver problemas.
Y la prudencia es la cualidad que consiste en actuar con reflexión, con precaución para evitar posibles daños.
Uno de nuestros anhelos es ser como Dios quiere que seamos, y Él quiere que seamos sabios, conocer profundamente su verdad y todo lo que concierne a ella, la cual también la obtenemos a través de nuestras experiencias personales con Dios y sólo a estas cosas debemos estar atentos. Además, de paso estaríamos poniendo en práctica nuestra inteligencia; por lo tanto esto nos llevará a ser prudentes. Y esto se confirma en la biblia: ¨La discreción te guardará; Te preservará la inteligencia¨. Proverbios 2:11 (Reina-Valera 1960).
¿A qué les quiero llevar con esto?: a que estas características debemos ponerlas en práctica simultáneamente en nuestras vidas. No podemos ser personas sabias si creemos que esa sabiduría o la inteligencia que tenemos, nos hace ser imprudentes frente a alguna situación; estaríamos errados si creemos que eso nos hace superiores a alguien, pues si sabemos o conocemos algo es porque Dios así lo ha querido, porque lo hemos buscado y hemos estados atentos a lo que Él quiere hacer en nosotros. Por lo tanto, debemos usarlas de manera positiva y a su vez bendecir a los demás; fundamentalmente no se trata de la inteligencia educativa o académica, sino de la espiritual, de las cosas sobrenaturales que Dios nos revela día a día en su Palabra y en nuestra manera de vivir como hijos de Dios.

Dios nos ha elegido como su pueblo - Devocional - Vídeo


Dios nos elegidoLas cuales hemos oído y entendido;
Que nuestros padres nos las contaron.
No las encubriremos a sus hijos,
Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová,
Y su potencia, y las maravillas que hizo.
El estableció testimonio en Jacob,
Y puso ley en Israel,
La cual mandó a nuestros padres
Que la notificasen a sus hijos;
Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán;
Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,
A fin de que pongan en Dios su confianza,
Y no se olviden de las obras de Dios;
Que guarden sus mandamientos,
Y no sean como sus padres,
Generación contumaz y rebelde;
Generación que no dispuso su corazón,
Ni fue fiel para con Dios su espíritu. Salmo 78:3-8


Los padres deben compartir su Fe con sus hijos, han de contarles lo que Dios hizo en sus propias vidas. Aunque con nosotros no lo hayan hecho, pero su palabra nos dice que debemos instruir al niño en el camino de Dios para que nunca se aparte, y si estamos leyendo estas líneas es porque Dios ha hecho cosas maravillosas con cada uno de nosotros. Entonces, cuando tengamos nuestros hijos, o si ya los tenemos, contémosles lo que Dios ha hecho en nuestras vidas, lo bueno que ha sido Dios y es, para que pongan en Dios toda su confianza.

Dios nos ama y tiene un plan para nuestra vida - Devocional

“Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza.”
Jeremías 29:11
Nueva Versión Internacional (NVI)
Doy gracias a Dios porque esta semana fue de gran bendición y revelación, y este hermoso versículo confirma y reafirma los planes que Dios tiene para mi vida y para la tuya, planes que son de paz y no de mal, para concedernos lo que esperamos, y también gracias por la oportunidad de poder compartirlo con ustedes.
Resulta que desde hace algún tiempo tengo ciertos problemas digestivos que ya han empezado a afectar mi vida. Me causan dificultades para dormirme y, como tengo que levantarme temprano para trabajar, a veces me siento cansada y con sueño. Realmente no le había prestado mucha atención a esto, pero últimamente el problema se ha agudizado, y después de clamar al Señor por una respuesta, comencé a investigar sobre el caso y a tomar conciencia del problema para buscar una solución, y descubrí que aunque no es una enfermedad, sí puede llegar a serlo si no tomo los medicamentos para el caso. Gracias a Dios no es nada grave y tiene solución, pero implica un cambio en mi estilo de vida y en mis hábitos alimenticios.
La edad, el estrés y los cambios hormonales, entre otras, son algunas de las causas principales de cambios en nuestro organismo, y aunque nosotros no seamos conscientes de ellos, realmente nos afectan e impactan en nuestro entorno.
En mi caso en particular, lo primero que tuve que hacer fue, por supuesto, reconocer que ya no tengo 20 años y que mi cuerpo no asimila los mismos alimentos que antes, ni a la misma velocidad ni cantidad, y tuve que aceptarlos; es parte de la vida y, dado que no tengo, ni tenemos, ningún control sobre ellos, debo aceptarlos y aprender a convivir con ellos; y adaptarme, ajustando mi estilo de vida, rutinas y sobre todo los hábitos alimenticios.

Venciendo los Problemas - Reflexiones - Vídeo

Un joven reportero en una ocasión entrevistó a un triunfador hombre de negocios. El reportero le pidió que le diera un historial detallado de su compañía, y mientras el hombre hablaba extensamente, el reportero comenzó a asombrarse de los muchos problemas que ese hombre había vencido. Al final le dijo:
-¿Pero cómo venció tantos problemas y de tal magnitud?
El anciano caballero se echó hacia atrás en su silla y dijo:
- En realidad no hay ningún truco en cuanto a esto. Luego añadió:
- Sabes..., hay algunos problemas que parecen tan grandes que no puedes dejarlos aparcados para otra ocasión.
El reportero asintió, pensando en experiencias por las que atravesaba en el presente.
- Y, -el sabio hombre de negocios prosiguió-, hay algunos tan anchos que no puedes olvidarte por completo de ellos.
De nuevo, el reportero asintió. El hombre continuó levantando su voz de forma dramática:
-Y hay algunas dificultades tan altas que no puedes pasar por encima de ellas.
Ansioso por una solución, el reportero le dijo:
-¿Sí? ¿Sí?
-Es entonces -concluyó el hombre-, cuando sabes que la única forma de vencer el problema es bajar tu cabeza y embestirlo.
El problema rara vez disminuye mientras la persona está de pie y mirándolo de frente. Pero cuando buscas con diligencia una solución, está garantizado que tu problema disminuirá.
No hay problema que no pueda dominar la diligencia.
Proverbios 10:4
Pobre es el que trabaja con mano negligente, mas la mano de los diligentes enriquece.