“De la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones” (Mateo 7:20, NTV).

Me sometieron a un estricto reposo vocal: no podía reírme, toser, estornudar ni aclarar la garganta durante dos semanas, que luego se convirtieron en cuatro. Me invadió el temor por las posibles cancelaciones y aplazamientos de conciertos. Lo peor de todo era que había un evento que no podía posponer: la boda de mi hermano.
Hice un hermoso collar para colgarme al cuello con una nota que exponía mi situación. ¿Cómo será asistir a una ocasión tan feliz, rodeada de familiares, sin poder decir ni una palabra?, me preguntaba. Hacía años que no veía a muchos de mis familiares, y ahora no iba a poder hablar con ellos.