miércoles, 11 de diciembre de 2019

Miembros De Un Solo Cuerpo

Años atrás caminaba por la senda de la duda, fundamentalmente por desconocimiento, entre el catolicismo, asistiendo a mi parroquia católica. Iba también, otros días, a una iglesia evangélica cristiana, y en otras ocasiones venía a mi congregación actual en busca de la verdad. No me percataba entonces, que la verdad se encuentra en nuestro propio corazón, aunque a veces no lo sepamos. Tal como me pasaba, hasta que en mi congregación hallé una característica fundamental que no existía en las otras congregaciones, y que acabó por inclinar la balanza e hizo que me decidiera finalmente, por venir aquí. ¿Qué fue? Sin duda, la familiaridad que vi en ésta. Claro está que entonces, no tenía el nivel de conocimiento espiritual de hoy. Éste va creciendo día a día y entonces yo no era más que un bebé espiritual. No sabía prácticamente nada de lo que es la familia cristiana; ahora… creo que sí.

Esta introducción personal da paso al tema a tratar:
En la Biblia leemos en Romanos 12:5 “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los otros”. 
Me parece oportuno en este momento, tratar un poquito el tema de lo que es la Iglesia cristiana y para qué es. ¿Sí?

Resultado de imagen de Miembros De Un Solo Cuerpo¿Qué es y para qué es la Iglesia?

En el versículo anterior de Romanos 12.5, podemos ver claramente lo que el Apóstol Pablo dice.
Vamos a tratar la primera pregunta.

-¿Qué es la Iglesia?
En el capítulo 12 de Romanos, Pablo está comparando la congregación de los fieles con un cuerpo físico. Y añade que todos los miembros de un cuerpo físico forman un solo y mismo cuerpo, todos los miembros son importantes para él. Pero cuando Pablo aplica esta analogía a la congregación, no solo quiere decir que cada persona de ella, pertenece al “único cuerpo” de la congregación, que sí pertenece: lo que él quiere decir, sobre todo, es que cada persona en la congregación pertenece a todas las otras personas de la misma. “Miembros los unos de los otros”.

Veámoslo de otra forma para clarificarlo: de no obrar los dones en la asamblea o congregación de personas, actuando en favor de los demás, el cuerpo personal de cada individuo no pertenece a nadie más, solo a él mismo, es totalmente independiente. Pero el cuerpo individual no es algo independiente y ajeno a los dones dados por Dios. Los dones los tenemos de cualquier forma, los queramos o no. Y además, dado que los tenemos, no es posible que nos unamos a una constitución o a una denominación sin más, sin aportar y... sin recibir. Hemos sido creados dentro de un ser viviente en el que podemos obrar independientemente, pero a su vez y esto es importante, con mutua dependencia de toda la asamblea de discípulos. Y si usted está unido a una cosa, usted es miembro de un club en el que los demás miembros, algunas veces, le piden algunos deberes.

Tienes que desatarte tú sola

Dios está dentro de ti, y por eso existe una palabra divina en ti que resuelve problemas, que trae paz en medio de la guerra, y que soluciona las cosas más difíciles. Dios va a afirmar tu espíritu de tal manera que vas a ir al lugar de tu problema, lo vas a resolver en el nombre del Señor y saldrás en victoria.
Tienes que desatarte de la atadura de la pasividad
Resultado de imagen de Tienes que desatarte tú solaHabía una mujer que tenía un espíritu de enfermedad en su cuerpo. Satanás la había atado durante doce años. Durante todo este tiempo, esta pobre mujer había sufrido mucho y había gastado todo lo que tenía, y nada la había podido sanar; al contrario, cada vez estaba peor. Ella había escuchado hablar de Jesús, de sus milagros, y decidió ir a buscarlo entre la multitud. Cuando lo encontró, se le acercó por detrás y tocó el borde de su manto, y al instante se detuvo el flujo de sangre.
La mujer podría haber pensado: “me quedo como estoy, si los médicos no pudieron conmigo, nadie podrá”.
Nosotros podemos decir: “sigo esperando en el Señor”, “espero que Él haga algo”.
Mas también nos tenemos que mover para poder desatarnos de lo que nos enferma; nadie lo hará por nosotros. Dios va a hacer su parte y nosotros tenemos que hacer la nuestra.
Jesús dijo: “¿Quién me tocó?”; hizo esa pregunta rompiendo con todas las estructuras legalistas que había puesto el sistema religioso, y sobre todo, para sanar el corazón de esa mujer y quitar de ella la vergüenza y el dolor que había soportado durante tantos años. Entonces Jesús la miró a los ojos y le dijo: “Hija, tu fe te ha salvado, desde hoy quedas sana y libre de tu enfermedad”.

¿Qué debería hacer un cristiano cuando sus convicciones atentan contra una sociedad tolerante?

Resultado de imagen de ¿Qué debería hacer un cristiano cuando las convicciones atentan contra una sociedad tolerante?Muchas veces las convicciones cristianas chocan contra lo que una determinada cultura considera tolerante. ¿Qué deberían hacer los cristianos en estas situaciones? No hay un consejo que sea aplicable a todos los creyentes para todas las situaciones, sin embargo, hay algunos principios bíblicos a considerar.

Un principio a tener en cuenta, es que la única manera en que el mundo incrédulo escuchará el evangelio, es que los cristianos lo vivan y lo proclamen (Romanos 10:14). Evitar completamente a todas las personas que viven en pecado nos obligaría a abandonar el mundo (1 Corintios 5:9-11). ¡Vivimos en un mundo caído, y no podemos evitar el contacto con los caídos a no ser que nos vayamos a Marte. No podemos ser sal y luz (Mateo 5:13-15) a menos que nos involucremos en el mundo. La luz tiene que brillar en la oscuridad para que sea útil; la luz que no brilla, realmente no es "luz"; y la sal tiene que estar en los alimentos a fin de cambiar el sabor; la sal no beneficia a nadie si se queda en el salero.


Tolerar literalmente significa "aguantar", algo que no nos gusta; y la tolerancia no requiere aprobación o apoyo. Por lo tanto, hay que implantar el buen argumento de que los cristianos debemos ser tolerantes en lo posible, a fin de que nuestro carácter amoroso sea lo más visible que se pueda (Mateo 5:16). Tomemos como ejemplo las relaciones comerciales. Servirle café a alguien, venderle un coche, o incluso alquilarle una habitación de hotel, no requiere ninguna expresión de las convicciones personales. Es razonable afirmar que la mayoría de las transacciones comerciales no implican un acuerdo moral. Entonces, en la mayoría de los casos, el mejor método, desde el punto de vista jurídico y moral, probablemente sea interactuar, ser testimonial, y tolerar cualquier cosa con la que no estemos de acuerdo.

Por otra parte, algunas actividades comerciales implican un cierto nivel de acuerdo social o moral, porque conllevan una forma directa de expresión. Una representación musical, alimentos especializados, trabajos artísticos, la fotografía, etc., requieren una inversión directa de la creatividad y la emoción por parte de cada persona. Ahora bien, en el caso de un patrocinador que actúa en abierta rebelión contra la clara enseñanza bíblica, un cristiano dueño de un negocio tiene razones morales mucho más fuertes para rechazar la representación, especialmente si esta requeriría de su participación.