martes, 2 de junio de 2015

Más que palabras

Más que palabras valen los hechos, más que palabras importan nuestras actitudes, las que nos llevan a agradar a Dios o a hacer lo contrario. De tu boca pueden salir las palabras más hermosas que alguien puede decir, pero lo que haces es lo que verdaderamente determina lo que eres. No hay conocido que diga que no ama a Dios,... pero sus actos lo demostrarán. Todos, a pesar de “decir amarlo”, hacemos cosas que demuestran lo contrario.
Es muy fácil hablar y decir qué es lo que sentimos y queremos, pero actuar conforme a nuestras palabras suele resultar difícil. En ocasiones, debemos detenernos a pensar si realmente estamos amando a Dios, si verdaderamente hacemos lo que decimos y si le estamos demostrando ese amor que profesamos.
Cuando pensamos en el amor de Dios, lo hacemos recordando una de las múltiples cosas que ha hecho por nosotros; pero el amor de Dios no solo es pensar en lo mucho que hizo que nos lo dice en la Biblia, y en lo mucho que hace, sino en los HECHOS; hechos que hablan más que todos los libros que podamos leer.
El amor de Dios hacia nosotros es palpable, no son solo lindas palabras y promesas escritas, porque Jesús no vino al mundo solo para hablar del gran amor que tenía y sigue teniendo por la humanidad; Jesús vino y demostró su amor, más que con palabras, con la demostración de amor que nadie más hizo ni hará.

Tú Estás Presente

A veces, en medio de mi desesperación pienso que no estás. Pero luego cierro los ojos y te siento muy dentro de mi alma. Ahí latiendo conmigo, ahí impulsándome a salir adelante. Me inspiras para que pueda luchar por alcanzar mis anhelos.
¡Quién sino Tú!, fuego que arde en mi corazón, agua que me da vida, rocío que me baña de madrugada. El universo conspira para que yo te alabe. Los pajarillos cantan para que te sienta muy cerca. Tú lo llenas todo, contigo siempre hay esperanzas.
Nacen primaveras dentro de mi ser. Germina en mí una semilla que llaman fe y que, al crecer, esparce el fruto del amor. Y sonrío como niña ilusionada porque este amor es grande, tiene sentido y razón. Tú estás, verdad tan cierta como que el viento existe. Y el anhelo de mi alma es poder verte algún día. Es sentarme a tu lado y poder hablar, confirmar que todo cuanto tuve que pasar no es nada. Porque estar ante ti es demasiado sobrenatural, maravilloso y fuera de este mundo.
¡Sí, es verdad! Muchas veces las lágrimas mojan mi rostro. Y cuando el silencio me abruma, hay momentos en que olvido que sigues estando ahí para mí. Pero luego, medito en que Tú siempre has sido mi todo. En que mi amor por ti, a pesar de haberse inspirado y derivado las fortalezas e incertidumbres que han llegado a mi vida, ha sobrepasado con creces todas ellas, y vuelvo a caer rendida a tus pies. Entonces siento una llama avivarse dentro de mí.

Y sé que no hay cosa mejor que saberse amada y protegida por ti, mi Dios amado y reverenciado.

La Depresión – Compañera indeseable

Probablemente usted sepa lo que es estar deprimido. Es un sentimiento tenebroso, de desesperanza, de desesperación, tristeza y apatía. Inclinarse hacia la depresión es hacerlo hacia la rutina, hacia la desidia, hacia la tristeza, y prevalece el sentimiento de falta de esperanza. Pero la depresión no es la tristeza habitual que alberga una “leve” sensación de decepción o pérdida. La depresión es diferente: tiene mayor duración y es más intensa. La depresión cierra de golpe la apertura de la ventana de la esperanza, y a veces baja una persiana oscura.
depresion
La realidad distorsionada
La depresión distorsiona nuestras perspectivas de vida. Nuestros recuerdos siempre nos acompañan, e influyen en forma de percepción creándonos un sentimiento de estar a la expectativa. Nuestras percepciones suceden automáticamente y creemos que lo percibido es el mundo real. Pero, igual que los lentes y filtros fotográficos, la depresión distorsiona nuestra impresión del mundo. Es como un juego de filtros, que enfocan las partes oscuras de la vida y quitan el calor, la acción y el gozo de cualquier escena. ¿Qué distorsionamos? La vida misma. Esta pierde su excitación y propósito. Creamos una imagen distorsionada de Dios; lo vemos a Él como distante e indiferente. También distorsionamos la visión de nosotros mismos, pues nuestro valor y capacidades se han desvanecido.
Las causas de la depresión
En términos sencillos, es una emoción negativa debida a sensaciones y evaluaciones contraproducentes. No obstante, puede ser también un signo o característica de una seria y hasta maligna enfermedad. La depresión es un término que puede incluir tanto asuntos triviales como verdaderas tristezas, desórdenes neurológicos o psicóticos. Puede ser suave, moderada o severa. Puede ser inofensiva o peligrosa para la vida. La depresión puede ser inspiradora para algunas personas creativas, pero terminar en suicidio para otras.
¿Es pecado para un cristiano estar deprimido? En sí, por sí misma, por su terminología no lo es. La depresión es, a veces, una consecuencia del pecado, pero no siempre. Puede ser un síntoma de éste y así, servirnos de advertencia. Por ejemplo, un marido que golpea a su mujer o le es infiel puede sentir culpa o depresión como resultado de su comportamiento. La depresión ha existido siempre. Muchas de las personas que Dios usó poderosamente en el Antiguo Testamento, estaban tan deprimidas que querían morir, por ejemplo: Moisés, Job, Elías, Jonás y ciertos autores de los Salmos. Hasta grandes hombres y mujeres a través de la historia, han luchado contra la depresión. Por lo tanto, no permita que nadie le diga que esto es algo anormal, que es pecado estar deprimido, o que los cristianos no experimentan depresión. ¡Sencillamente no es cierto! Es una consecuencia normal de lo que ocurre en la vida.

La señal de la cruz - ¿Cuál es su significado? ¿Deben los cristianos hacer la señal de la cruz?

La práctica de hacer la señal de la cruz tiene gran prominencia en la Iglesia Católica Romana, pero también es practicada entre los ortodoxos orientales y los episcopales. La historia de la señal de la cruz tiene su origen en un pasado tan lejano como el de Tertuliano, considerado el padre de la iglesia primitiva, que vivió entre los años 160 a 220 d.C. Tertuliano escribió, “en todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz.”

Originalmente, se trazaba una pequeña cruz en la frente con el pulgar o un dedo cualquiera. Mientras que es difícil señalar exactamente, cuando fue que se cambió el trazo de la pequeña cruz en la frente a la moderna práctica de trazar una larga cruz desde la frente hasta el pecho y de hombro a hombro, lo que sí sabemos es que este cambio ocurrió alrededor del siglo XI d.C., cuando el libro de Oración del Rey Enrique menciona una instrucción de “marcar con la santa cruz los cuatro lados del cuerpo.”

Los católicos encontraron la justificación para la señal de la cruz, primeramente en sus muchos años de tradición eclesiástica, y seguidamente en Éxodo 17:9-14 Apocalipsis 7:3;9:4;14:1. Mientras que los pasajes hablan de una señal en la frente para protección del juicio de Dios, éstos deben ser interpretados a la luz de su contexto. En las bases de su contexto, no hay razón para creer que cualquiera de los versos prescriban el ritual de la señal de la cruz.

No te escondas del mundo… ilumínalo


Lo que cambia el corazón de una persona no es meterse en una iglesia, ir a eventos cristianos o adoptar rituales en su vida.
¿De dónde provienen las películas depravadas con ciertos bares, con pandillas, robos, perversión, asesinatos y todos las cosas que degradan la vida del ser humano? Del corazón de hombres que viven en la ignorancia, tinieblas y en la maldad del pecado.
Lo que cambia el corazón de una persona no es meterse en una iglesia, Ir a eventos cristianos o adoptar rituales en su diario vivir.Reflexionemos: antes de cambiar al mundo, debemos cambiar el corazón de la gente que vive en él. Todos los modos que existen hoy en día de libertinaje y que se rebelan contra Dios, provienen de corazones de hombres que están alejados de Su voluntad.
Por ejemplo: a un mismo supermercado, donde muchos de nosotros vamos a comprar alimentos para nuestra casa, van también delincuentes, convictos de la justicia y personas que andan en caminos nada buenos; en un mismo barrio viven personas que tienen principios erróneos y otros que llevan un correcto estilo de vida; por lo tanto, el mundo en sí mismo, los lugares no son lo importante, sino la GENTE que los habitan.
Aunque estamos en este mundo y no pertenecemos a él, no nos queda más remedio que relacionarnos con la gente que nos rodea, y si entendemos que lo que necesita un cambio es el corazón de la gente que lo habita, causaremos un impacto en la sociedad en la que vivimos.
Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Mateo 5:14
Lo que cambia el corazón de una persona no es meterse en una iglesia, ir a eventos cristianos o adoptar rituales en su vivir, sino el poder de vivo de la Palabra, la cual ha cambiado nuestros corazones y se refleja en nuestra forma de vida. ¿Cómo vamos a iluminar a la gente que habita este mundo si en nuestro corazón hay tinieblas? ¿Cómo vamos a transformar la manera de pensar de esta generación acerca de Dios, si vivimos alejados de Él y creyendo que somos mejores que ellos?