A cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las pone en práctica, lo compararé a un hombre prudente que edificó su casa sobre la roca. 25 Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y golpearon contra aquella casa; pero no cayó, porque estaba cimentada sobre la roca. 26 Pero a cualquiera que me oye estas palabras y no las practica, lo compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena. 27 Descendió la lluvia, vinieron ríos, soplaron vientos y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.»
28 Cuando terminó Jesús estas palabras, la gente estaba admirada de su doctrina, 29 porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas. Mateo 7:24-29
En el texto Jesús nos enseña que hay dos tipos de personas con relación al acercamiento a la Palabra de Dios: aquellos que la escuchan y la ponen en práctica, y aquellos otros que solo escuchan.
Este pasaje clausura el famoso sermón del Monte y finaliza autoritariamente el gran mensaje predicado, con una conclusión tan obvia como pertinente: "de nada sirve escuchar todo este mensaje si no lo pones en práctica".
Los cristianos de hoy debemos recordar este mensaje pequeño pero significativo: de nada sirve escuchar predicaciones, ir a la iglesia y cumplir aparentemente con las “obligaciones” cristianas, si en nuestro hogar y en nuestro día a día no vivimos de acuerdo con el mensaje del Evangelio. Esto nos recuerda el mensaje de Santiago cuando en su carta exhortaba a los cristianos: “Pero sed hacedores de la palabra y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos.” Santiago 1:22
De igual forma, hallamos un punto de similitud entre este pasaje con la parábola del sembrador; comparar ambas historias nos puede ayudar a interpretarlo de una mejor manera. En el libro de Mateo, cuando Jesús explica a sus discípulos su afamada parábola, dice que la buena tierra es “el que oye y entiende la Palabra, y da fruto". Claramente podemos relacionar este texto con el que “me oye estas palabras, y las hace”. De igual forma, podemos comparar el resto de los terrenos de la parábola del sembrador, con el que “me oye estas palabras y no las hace”
Se puede afirmar que hay una similitud y una diferencia fundamental entre los dos tipos de hombres a los que Jesús hace referencia. La similitud es que ambos escuchan la Palabra, y la diferencia es que uno la aplica y el otro no.