viernes, 4 de abril de 2014

¿Qué es ser Cristiano? - Biblia

Un cristiano es definido como “una persona que se precia de creer en Jesús como el Cristo, y Cristianismo es la religión basada en la enseñanza de Jesús.” Aunque éste es un buen punto de partida para entender quién es un Cristiano, como otras muchas definiciones seculares, ésta, de algún modo, tampoco alcanza a significar totalmente la verdad bíblica de lo que significa ser Cristiano.

La palabra “cristiano” es utilizada tres veces en el Nuevo Testamento - en Hechos 11:26Hechos 26:28, y 1 Pedro 4:16. Los seguidores de Jesucristo fueron llamados “Cristianos”, primero en Antioquía debido a que su comportamiento, actividad y forma de hablar fueron como los de Cristo. (Hechos 11:26). Originalmente, este término fue utilizado por la gente no salva en Antioquía (los no creyentes), como un tipo de apodo despectivo, usado para burlarse de los Cristianos. Literalmente significa “perteneciente al partido de Cristo” o “partidario o seguidor de Cristo,” lo cual es muy similar a la manera definida.


Desafortunadamente, y con el paso del tiempo, la palabra “Cristiano” perdió mucho de su significado, y a menudo, sólo es usada para describir a alguien religioso o que tiene altos valores morales, en lugar de un verdadero seguidor de Jesucristo, nacido de nuevo (en el espíritu), como vemos en Juan 3:3. Mucha gente que no cree ni confía en Jesucristo verdaderamente, se considera cristiana sólo por el hecho de asistir a la iglesia o porque vive en una nación “Cristiana.” Pero asistir a la iglesia, servir a aquellos menos afortunados que uno, o ser una buena persona, no le hace a uno un cristiano. Bien dijo una vez un evangelista, “Asistir a la iglesia no hace a uno un Cristiano, al igual que ir a un garaje no hace a uno un automóvil.” Ser un miembro de una iglesia, asistir a los servicios regularmente, y dar para la obra de la iglesia, no pueden hacerle un cristiano.

No hay amor ni crecimiento, sin dolor

Ella me dijo, con angustia en el alma, yo amo demasiado, pero no entiendo por qué si amo así, siento tanto dolor. Entonces le dije: Bienvenida al Club de los enamorados, porque todo amor va tomado de la mano con el dolor. 
Jesús nos amó de tal manera, que terminó, por ese amor, clavado en la Cruz del Calvario por nosotros. Recuerda que si no hay dolor no ganamos.
El deportista, por ejemplo, puede asegurar que, para tener una victoria, necesita primero sentir dolor en sus músculos; y una madre te dirá cómo es el dolor del parto, antes de disfrutar de la victoria de tener un hijo en sus brazos.
“Dios susurra y habla a la conciencia a través del placer, pero le grita mediante el dolor: el dolor es su megáfono para despertar a un mundo adormecido”.
El dolor es una realidad inevitable de la vida. Podemos aceptar el dolor y crecer en la vida a través de él. Si corremos en la vida huyendo del dolor, al final terminaremos eliminando los placeres de la vida, ya que el dolor da a luz los mejores y sanos placeres de ella.
¿Recuerdas la última vez que estuviste limitado por la escayola en tu pierna? ¡Qué dolor sentirse limitado!, pero luego… tuviste el sano placer de volver a correr.
La clave en la vida no está en evitar, huir o eliminar el dolor de la vida, porque eso es imposible, pero sí podemos ver un mejor camino… el camino de aceptar, crecer y madurar en medio del dolor.
“El dolor es, él mismo, una medicina”.
¿Qué es en última instancia el dolor? Es simplemente el precio que se paga por el placer. Es el precio que paga el estudiante, pasando noche enteras preparándose para tener el placer de la graduación, es el precio que se paga, construyendo una buena relación para tener un buen matrimonio, es el precio de la madre en el parto, para tener a su hijo cerca de su corazón. Es por lo que más pagamos, lo que más valoramos, por lo que ganamos y logramos.
Vivimos en un mundo donde nadie quiere pagar el precio del dolor. Hoy se pueden obtener títulos sin estudiar, cosas sin pagar y hasta hijos sin engendrar, pero todos sabemos que el placer no es el mismo.
La vida entra en decadencia, cuando se pretende la comodidad gratis, sin pagar ningún precio por ella. Cuando un ser humano, una familia o una sociedad busca el placer, la comodidad y la vida sin dolor, sabe que está tomando un camino peligroso y una vida sin raíces. Muchos imperios mundiales cayeron porque buscaron la comodidad sin pagar ningún precio, y se dirigieron ellos mismos a la decadencia.
“El verdadero dolor, el que nos hace sufrir profundamente, hace a veces serio y constante hasta al hombre irreflexivo; incluso los pobres de espíritu se vuelven más inteligentes, después de un gran dolor. Fiodor Dostoievski (1821-1881) Novelista ruso.
Muchos evitan el dolor por miedo. Como, por ejemplo, la persona que se niega a visitar a un odontólogo por temor al dolor. Y a menudo, el temor al dolor es peor que el dolor mismo. Por ejemplo, el dolor de una inyección puede ser de sólo unos segundos, pero tener miedo al dolor puede alargarse durante mucho tiempo. La verdad es que, cuando evitamos pagar el precio del dolor, olvidamos que siempre, tarde o temprano, tendremos que pagar el precio, pero cuando se prolonga, se paga con intereses. El dolor es pasajero, pero los resultados pueden ser eternos.

Detrás de los errores

En Lucas 19:1-9 encontramos la historia de Zaqueo, un recaudador de impuestos de Jericó. Por lo que sabemos, fue un hombre de pequeña estatura y de una reputación no muy favorable. Por su profesión no era nada aceptado por sus compatriotas; los publicanos eran conocidos como estafadores y ladrones, y también se les conocía como pecadores.
Este pequeño hombre, cuando escuchó que Jesús iba a pasar por su ciudad, se subió a un árbol para poder verle. Quizás era sólo curiosidad, pero no imaginó lo que iba a acontecer: el maestro le invitó a bajar porque iría a su casa.
tree trunkEstá claro que, la decisión no les cayó nada bien a las personas que iban con Jesús. ¿Acaso el Maestro no sabía quién era Zaqueo? Todos sabían de él, podría haberse quedado en la casa de otra persona de mejor reputación, pero, ¿en la casa de Zaqueo?
La gente murmuraba, pero Jesús no hizo caso a la multitud, sino que fue a su casa. Esa actitud de Jesús, de mostrar interés en Zaqueo y no juzgarle ni tratarle mal, fue lo que cambió la vida de este pecador, al extremo que ese día decidió dar la mitad de su riqueza a los pobres, y devolver cuatro veces más a los que había estafado. Zaqueo reconoció su pecado y quiso rectificar el mal que había hecho, y ese día llegó la salvación a su casa.

¿Qué significa amor? - Reflexiones

Un grupo de profesionales entrevistaron a un grupo de niños de 4 a 8 años de edad, acerca de lo que el Amor significa para ellos. Estas fueron las respuestas que dieron. Podemos ver que son más profundas y amplias de lo que se podría imaginar.
“Cuando mi abuela padecía de artritis, ella no podía agacharse para pintarse las uñas de los pies, de manera que mi abuelo se las pintaba todo el tiempo, aunque sus manos tenían también artritis, eso es Amor”. Rebecca – 8 años
"Cuando alguien te ama, la forma como dice tu nombre es diferente. Puedes estar convencido de que tu nombre está en su boca”. Billy – 4 años
Reflexiones Amor“Amor es cuando una chica se pone un perfume y el chico usa colonia de afeitar, y entonces ellos se huelen el uno al otro”. Karl – 5 años
“Amor es cuando tú vas a un lugar a comer y terminas dándoles tus patatas fritas a alguien, sin pedirle que termine por darte las suyas”. Chrissy – 6 años
“Amor es lo que te hace sonreír cuando estás cansado” Terri – 4 años
“Amor es cuando Mamá hace el café para Papá y ella toma un sorbo antes de dárselo, para estar segura de que está bueno” Danny – 7 años
“Amor es cuando se besan todo el tiempo, entonces, cuando se cansan de besar, todavía siguen juntos sólo para hablar. Papá y Mamá gustan de hacer eso” Emily – 8 años
“Si tú quieres aprender a amar, deberías comenzar con un amigo a quién odias”. Nikka – 6 años
“Amor es cuando tú le dices a un chico que te gusta su camisa, y entonces él no se la quita en todo el día” Noelle – 7 años
“Amor es cuando una mujer un poco vieja y un hombre un poco viejo son todavía amigos, aunque se conocen muy bien el uno al otro”. Tommy – 6 años
“Durante mi recital de piano yo estaba muy asustada y nerviosa y entonces, miré al público y vi a mi papá en el auditorio; me saludó con la mano y sonrió y ya no estuve más asustada”. Cindy – 8 años
"Mi Mami me ama más que nadie. Tú no verás a nadie más besándome antes de dormir” Clare – 6 años
“Amor es cuando Mami le da a Papi la mejor pieza de pollo” Elaine- 5 años
“Amor es cuando tu perrito te lame la cara, aunque le hayas dejado solo todo el día” Mary Ann – 4 años
“Yo sé que mi hermana mayor me ama porque ella me da sus vestidos viejos, y sale y compra unos nuevos para ella” Lauren – 4 años
“Amor es cuando Mamá ve a Papá en el baño y ella no piensa que es gordo” Mark – 6 años

El fariseo y el publicano

Lucas 18;10-14.
18:10 Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. 
18:11 El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 
18:12 ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 
18:13 Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 
18:14 Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido. 
En estos versículos, la palabra de Dios nos habla de dos hombres que fueron a orar al templo. Uno era un fariseo y el otro un publicano.
La palabra nos hace comprender la diferencia entre un religioso, y un cristiano que acepta a Cristo en su corazón; el fariseo cumplía con sus obligaciones como fariseo, pero su corazón no estaba dispuesto a la humildad de aceptar a Cristo, su corazón actuaba sin amor. No siendo sincero, primeramente se engañaba a sí mismo, al creer que ya estaba bien la forma como era, en lo que estaba entregando a Dios.
Pero las obras sin fe y sin amor no sirven de nada.
También vemos el caso del publicano, un hombre que también fue a orar, pero la gran diferencia es que éste lo hizo por una necesidad en su corazón; no era capaz de alzar los ojos al cielo, pero sí fue capaz de abrir las puertas de su corazón. Eso es lo que quiere Dios de nosotros; debemos aceptar a Cristo como nuestro Salvador, que pagó nuestros pecados en la cruz.
Debemos confesar a Cristo con nuestras palabras, y también con nuestras obras.
¿Estás dispuesto a humillarte ante Dios?