sábado, 29 de diciembre de 2012

¿En qué momento pasó? - Mensajes de Animo

Eres consciente de tu actual estado; sabes bien que no eres ni la sombra de lo que un día fuiste, puedes notar cómo sin darte cuenta fuiste perdiendo aquel hambre de Dios que un día tuviste; lo puedes notar fácilmente mientras alabas o adoras a Dios, pues ya no hay aquel entusiasmo en tu vida.
Orar se convirtió en algo pesado, de hecho no lo has hecho como solías desde hace mucho tiempo, puedes notar fácilmente cómo Dios ha estado esperándote en aquel mismo lugar siempre para escucharte y hablar contigo, sin embargo, tu tiempo, tu trabajo, tu familia y hasta la misma iglesia han sido “obstáculo” para tener aquellos tiempos de comunión que tuviste con Él.
Leer la Biblia ya no es igual; desde que pensaste que la habías leído completa ya no hubo en ti el deseo de volverla a leer, como si cada palabra hubiera quedado grabada en tu mente y no tuvieras necesidad de recordarla.
Servir se convirtió en una rutina; ya no hay pasión como un día existió, ahora todo es mecanizado, tal parece que ya sabes lo que tienes que hacer y lo haces sin ponerle pasión a lo que un día fue uno de tus logros más hermosos.

¿En qué momento pasó?

¿Cómo fue que llegaste a este punto, en donde si bien es cierto vas a la iglesia y haces muchas cosas que siempre hiciste, ya no hay una pasión en ti, un deseo de hacerlo, una alegría de realizarlo, un anhelo de hacer lo mejor que puedas?. ¿Qué pasó?
¿Recuerdas cuándo te llamó Dios? ¿Dónde estabas? ¿Qué hacías? ¿Cómo te sentías? ¿Cómo era tu vida? Sin embargo, Dios apareció, tomó todo de ti y cambió de una forma extraordinaria tu vida.
¿En qué momento te olvidaste de Aquel a quien amabas de una manera especial? ¿En qué momento dejaste de sentir aquella pasión por aquel Dios a quien prometiste fidelidad eterna y servirle para siempre? ¿En qué momento Dios dejo de ser lo primero en tu vida? ¿Cómo pasó?
¿Sabes?, tú no naciste para vivir como estás viviendo, frío, seco, alejado, y nuevamente sin sentido. El sentido de tu vida te lo dio Dios, Él alegró tu vida, le dio color a todo, puso las cosas en su lugar y te dio un privilegio hermoso. Ahora todo lo que eres y tienes se lo debes a Él. ¿Por qué entonces dejaste de sentir esa pasión por Él?
Yo sé que le amas y posiblemente en este momento puedes sentirle a tu lado, porque nunca dejó de estar allí, siempre ha estado allí pese a tus constantes errores y quizá eso es lo que más te duele; saber que nunca se apartó de ti y tú si lo hiciste de Él, que nunca dejo de amarte porque te prometió amarte para siempre y que, a pesar de que muchas veces crees no merecerlo, Él simplemente te sigue amando igual.
Dios te sigue esperando, no se ha cansado de ti, siempre ha creído en ti y cumplirá su propósito en tu vida y, aunque muchas veces te canses de ser bueno o de esperar a que aquello se cumpla, Dios es fiel y cumplirá.
¿No crees que Dios se merece un intento más? ¿No crees que Dios se merece que ordenes tu vida? ¿No crees que Dios se merece que tomes decisiones determinantes? ¿No crees que Dios se merece que le ames como un día le amaste?
No digas no puedo, porque en Él todo lo puedes, no digas que no lo lograrás, porque si así fuera Dios no se hubiera molestado en hacerte leer esto, no digas que fracasarás, porque, si tropiezas, siempre habrá una mano divina para levantarte; así que haz un nuevo esfuerzo, ponte de pie nuevamente, recuerda quién te llamo y por quién eres lo que eres y avanza. ¡Avanza porque Dios está contigo! ¡Avanza porque Él siempre ha creído en ti y en lo que va a cumplir en tu vida! ¡Avanza porque tú muy bien sabes que le amas y que es lo más importante de tu vida!
Devuelve el lugar que le corresponde a Dios en tu vida y entonces comenzarás a sentir que todo es menos difícil de lo que creías. Comienza a disfrutar de su presencia, ríndele tu corazón, haz a un lado tu orgullo y regresa a aquella humildad que te hizo llegar hasta donde has llegado y, entonces, Dios hará maravillas en tu vida.

¡Tú puedes porque Dios está a tu lado!

“Pues Dios trabaja en ustedes y les da el deseo y el poder para que hagan lo que a él le agrada”. 

Filipenses 2:13 (Nueva Traducción Viviente)

Rehusaré a Los Placeres del Mundo - Devocional

“Por la fe, Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado” Hebreos 11:24-25.
Cuando Dios nos muestra que Él está llevándonos por un camino de servicio a Él, regularmente nosotros tendemos a pensar que eso sucederá la próxima semana o quizás en dos.  En realidad ocurre que eso va a acontecer después de un largo tiempo. Dios primero nos habla y nos muestra que nos va usar, pero entre el momento en que Él nos habla y muestra, y el momento de la realización, regularmente pasa mucho tiempo. Dios tiene un proceso y ese proceso toma su tiempo.
Cuando Moisés creció, el rehusó ser llamado el hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes sufrir la aflicción con su pueblo. Moisés pensó que cuando él dejara el palacio y se identificara con sus hermanos, ellos le aplaudirían y dirían… Bienvenido… ven, te estábamos esperando. Pero la verdad fue otra; él fue rechazado y Moisés entró en cuarenta años de preparación en el desierto. 
Hoy quiero, nuevamente, rehusar a los placeres de este mundo porque he escogido servir al Señor. Yo entiendo que de inmediato no seré introducido en lo que Dios quiere, pero por lo menos sé que hoy, si yo rehuso gozarme en los placeres, Dios adelantará todo su proceso de formación en mi. Sé que el Señor me dice hoy… El fin de tu camino todavía no ha llegado, el final de tu historia todavía no es, todavía estoy escribiendo en ti mis propósitos.
Señor, Gracias porque tu mano aún está trabajando en mi vida. Gracias por la realización de tus propósitos en mi.  Yo hoy quiero nuevamente rehusar a los placeres de este mundo que me desvían de tus propósitos y quiero caminar con gozo, fe y entusiasmo sabiendo esperar completamente en ti.  Quiero entender que de inmediato no seré introducido en tus planes finales, pero que me estás preparando para ello. Amén.

Leyenda de los tres árboles - vídeo

“«Mis pensamientos no se parecen en nada a sus pensamientos —dice el Señor—. Y mis caminos están muy por encima de lo que pudieran imaginarse. Pues así como los cielos están más altos que la tierra, así mis caminos están más altos que sus caminos y mis pensamientos, más altos que sus pensamientos.”
Isaías 55:8-9 Nueva Traducción Viviente.
Cuenta la leyenda que existían tres árboles. El primero de ellos era un olivo que soñaba algún día convertirse en un cofre adornado de piedras preciosas y contener un gran tesoro. El segundo era un robre muy fuerte, por ello quería convertirse en la embarcación más imponente que había existido. Y el tercero era un pino que quería convertirse en el árbol más alto del mundo para que cuando la creación le mirase, ésta exaltara el nombre de DIOS.
Cuando el primer árbol estuvo maduro, un talador le cortó con un hacha, lo cual le causó gran dolor. Si él quería realmente contener un tesoro tendría que pasar por eso. Para su sorpresa, no fue llevado a un palacio en forma de madera para convertirse en un cofre, sino a un humilde pueblo donde fue transformado en un pesebre.
El segundo árbol, el roble, también fue talado. Y, tal como soñó, un constructor de barcos le comenzó a dar forma de embarcación. Pero, cuando fue terminado se dio cuenta de que no era de gran tamaño, que tampoco fue diseñado para navegar por los mares, sino por los lagos.
El pino con el tiempo creció y se convirtió en el más alto de la tierra. Pero una noche durante una tormenta fue impactado por un rayo y cayó al suelo, así como su sueño. Pasó el tiempo y fue llevado a un lugar donde se ponían los desperdicios. Después de haber sido el más alto se amargó al verse convertido en un desperdicio.
Cuando estos árboles vieron sus anhelos morir o ser despedazados, DIOS cumplió su propósito en ellos. El primer árbol, que se había convertido en pesebre, una noche recibió no solamente un tesoro en sí, sino el más grande tesoro de todos los tiempos: Jesús. Él árbol anhelaba ser cubierto de joyas pero DIOS le cubrió de Su gloria. El segundo árbol, que se convirtió en una embarcación, un día afrontó una gran tempestad en el mar de Galilea, y no se hundió. Su fuerte composición resistió no sólo las olas y el viento que le azotaban, sino la gloria de DIOS. Además de que fue testigo de cómo el Hijo de DIOS ordenó a la tormenta que se detuviera.
Y aquel tercer árbol que a los ojos de muchos se convirtió en desperdicio, un día, cercano a la Pascua judía, fue tomado por unos trabajadores romanos para que fuese la materia prima de una Cruz en la que sería sacrificado el Hijo de DIOS. A los tres días aquel hombre resucitó y aquel árbol se convirtió en la Cruz que muestra al mundo la grandeza y el amor de DIOS. Y cuando la creación le mira, exalta el nombre de DIOS.
Si así como estos árboles tus sueños aún no se han cumplido y tal pareciera que están muy lejos de cumplirse, o en la búsqueda de esos anhelos que sabes que fueron depositados por DIOS has sufrido golpes en el alma, hoy debes entender que tus sueños son mucho más pequeños que los de DIOS. Y que Sus pensamientos están muy por encima de los tuyos. Ese sueño que arde en tu alma es la esencia del plan de DIOS para tu vida, no te des por vencido porque ciertamente ocurrirá y será mucho mejor de cómo lo imaginaste.

Ríndete a los sueños del Señor y así serás portador de toda su gloria.



Acurrúcate en Jesús - Reflexiones

Los abuelos de Graciela le enseñaron que hay más dicha en dar que en recibir. Un año antes, al llegar Navidad, el abuelo de Graciela fabricó un nacimiento de tamaño natural para la plaza del pueblo.
Toda la familia, incluso Graciela, de cinco años de edad, trabajó con gran esmero colocando las figuras en el lugar adecuado para disfrute de todos.
Cuando llegó la mañana de Navidad, Graciela recibió el regalo más deseado: un patinete en forma de reno con un crin de verdad. Graciela  estaba encantada.
Después de las festividades de Navidad, temprano por la mañana, todo el mundo se dispuso a descansar un rato. Sin embargo, pronto la familia despertó a los gritos de la abuela de Graciela.
refle acurrucate23 dHabía descubierto que la niña estaba perdida. El sol comenzaba a ponerse mientras los familiares y vecinos aún buscaban con diligencia a la pequeña.
Al final, un vecino, aliviado exclamó:  ¡Venga rápido, señora Inés!  ¡Encontramos a Graciela en la plaza!.
La familia corrió y encontró a Graciela dormida, acurrucada en el pesebre y abrazada al bebé Jesús.  Su nuevo patinete en forma de reno se hallaba junto a los camellos.
Su familia la despertó con suavidad, la abrazó con fuerza y le preguntó por qué se escapó.
-Yo le pedí a Papá Noel que le dijera a Jesús que si yo recibía como regalo un patinete en forma de reno, se lo daría a Él para que jugara. Así que lo hice. Y me imagino que me cansé un poco. Por eso dormía.
Debido a que los abuelos de Graciela habían sido maravillosos modelos en dar, esto vino a ser parte natural de la vida de Graciela.
Aun así, Graciela dejó como enseñanza una verdad más importante. Siempre que te canses un poco, solo acurrúcate junto a Jesús y Él hará que todo sea mejor.
1 Juan 5:5
¿Quién es el que vence al mundo sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?

Tengo tanto que decir - Mensajes..... - vídeo


Te exaltaré, mi Dios y rey; por siempre bendeciré tu nombre. Todos los días te bendeciré; por siempre alabaré tu nombre.
Salmos 145, 1-2
No tengo palabras para expresar tanto amor que Tú me das.
No tengo excusas que presentar cuando algo me dices que haga ¡ya!
Es gracias a tu inmenso amor que mi corazón aprendió a amar.
Y es gracias al valor que me das que estoy aprendiendo a amarme a mí también.
En ocasiones he llegado a pensar que de mí te has podido cansar,
y es que han sido varias las veces que me he alejado de tu dulce caminar.
Sin embargo, quiero que sepas que mi cuerpo y cabeza se han podido apartar, quizás.
Pero nunca ese corazón que Tú nutriste con tu verdad.
He podido caminar por lugares muy peligrosos,
E incluso llegué a pensar que debía resignarme a vivir así.
Pero en mi interior tus palabras, promesas, días de oración, es decir nuestra relación,
aquella que hemos forjado desde que tengo diecisiete años, me calaba hasta los huesos.
Y no me dejaba autodestruirme.
Qué bendición es haberte conocido,
qué alegría tiene mi ser al saber que ahora mi espíritu sonríe
porque esta hijita tuya ha vuelto a su hogar.
Ningún sitio se puede comparar con ese pedazo de cielo que Tú me das.
A la salida de la universidad o cuando viajo en el autobús,
estás en todas partes y me hablas a través de todo.
Nunca mi ser te dejó de anhelar
Y es que probó el chocolate más rico del mundo
Por lo tanto fue imposible que mi paladar quisiera adaptarse
a un chocolate tan efímero como aquel que el mundo da.
Tengo tanto que decir y lo que, por ahora, te puedo susurrar

es: GRACIAS POR NO SOLTARME  LA MANO Y AMARME

MÁS Y MÁS.