jueves, 21 de abril de 2016

¿Cuál es mi enfoque principal?

“Un individuo enfocado en una meta es muy parecido a un rayo láser. Cuando los haces de luz se concentran y se sincronizan producen una energía muy poderosa. Pueden realizar la cirugía ocular o traspasar superficies tan sólidas como el diamante.” 
¿Por qué muchos no alcanzan su verdadero potencial en la vida? ¿Por qué muchos no crecen en su vida? Hay un gran porcentaje de personas, sobre un 83% según estudios, que se enfocan en mejorar sus debilidades, porque es lo único que alcanzan a ver, y como ilustración está el cuento “La Hoja Blanca” de Walter Salama.
“Al comienzo de una conferencia sobre el estrés, el orador colgó frente al público una gran hoja de papel blanco.
Con un rotulador negro dibujó luego una mancha irregular.
¿Qué ven aquí? Preguntó.
Uno tras otro, los presentes fueron contestando: Una mancha negra.
Eso supuse que dirían, dijo el orador. Pero ninguno de ustedes se enfocó en la hoja blanca aunque su superficie es mucho mayor. Precisamente de eso hablaremos esta noche.”

No Te Olvides De Tus Amigos

Hace muchísimos años, durante una visita a su padre, un joven recién casado estaba sentado en un sofá en un día caluroso y húmedo, bebiendo un zumo helado.
Mientras conversaba sobre la vida, el matrimonio, las responsabilidades y las obligaciones de las personas adultas, el padre revolvía, pensativo, los cubos de hielo de su vaso y lanzó una mirada clara y sobria hacia su hijo.
“Nunca olvides a tus amigos”, le aconsejó, “serán cada vez más importantes a medida que vayas envejeciendo”.
“Independientemente de cuánto ames a tu familia y los hijos que por ventura vayas a tener, siempre necesitarás de tus amigos. Recuerda ocasionalmente salir con ellos, realiza actividades con ellos, telefonéales”.
“¡Qué extraño consejo!”, pensó el joven. “Acabo de entrar en el mundo de los casados, soy adulto y con seguridad, mi esposa y la familia que iniciaremos serán todo lo que necesito para dar sentido a mi vida”.
Con todo, él obedeció a su papá; mantuvo contacto con sus amigos y anualmente aumentaba el número de ellos. 
Con el pasar de los años, fue comprendiendo que su padre sabía de lo que hablaba.
A medida que el tiempo y la naturaleza realizaron sus designios y misterios en el hombre, los amigos resultaron baluartes de su vida.
Pasados los 50 años de vida, he aquí lo que aprendió: (1) El tiempo pasa. (2) La vida continúa. (3) La distancia separa. (4) Los niños crecen. (5) Los hijos dejan de ser niños y se independizan, y a los padres se les parte el corazón, pero los hijos se van separando de los padres. (6) Los empleos van y vienen. (7) Las ilusiones, los deseos, la atracción, el sexo… se debilitan. (8) Las personas no hacen lo que deberían hacer. (9) El corazón se rompe. (10) Los abuelos y padres mueren. (11) Los colegas olvidan los favores. (12) Las carreras terminan.
Pero los verdaderos amigos siempre están ahí, no importa a cuánto tiempo o kilómetros se encuentren. Un amigo nunca está más distante que el alcance de una necesidad, siendo ayuda para ti, interviniendo a tu favor, esperándote con los brazos abiertos o bendiciendo tu vida.

El Mejor de los Padres

Susan, una niña de doce años, odiaba tener que compartir su cuarto con su hermana de siete años. Siempre soñó con ser hija única, así tendría un cuarto para ella sola. Al parecer, su padre parecía tener la misma idea. Él iba a la escuela nocturna y añoraba tener un cuarto donde pudiera estudiar en silencio, lejos del ruido de la familia. Y decidió construirse este cuarto para él.
Durante los meses de verano echó los cimientos, martilleó, serruchó e instaló los cables y las ventanas. A pesar de que el trabajo se ralentizó durante los meses del otoño, la calefacción se instaló finalmente, se acomodó la alfombra y la biblioteca se armó por completo.
El último día antes de las vacaciones de Navidad, Susan llegó de la escuela y se encontró con que el cuarto que compartía con su hermana estaba cambiado por completo. Enojada con su hermana por haber cambiado sus cosas en la habitación, la persiguió corriendo por el pasillo hasta llegar a la nueva extensión de la casa.
Al llegar ahí sus padres le dieron la bienvenida con un grito: ¡Sorpresa!
Para asombro de Susan, se encontró con que todas sus posesiones habían sido colocadas, su ropa estaba colgada en el armario y sus libros ubicados en la biblioteca.
Papá sabía que necesitabas tu propio cuarto, dijo su madre, así que decidió que te quedaras con éste.
Para tener éxito en la familia, el padre debe tener en su corazón el bienestar de cada uno de los miembros de la misma, y tomar sus decisiones y planes basándose en lo que es mejor para ellos.
Filipenses 2:3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo.

Honor

El ambiente estaba cargado de mucha tensión. Rosa Elliot llegó a la cuarta ronda del concurso nacional de ortografía en Washington. Se le había pedido a la pequeña de 11 años de Carolina del Sur, que deletreara la palabra “admisión”. Ella lo hizo con su suave acento sureño, pero los jueces no fueron capaces de determinar si había pronunciado una “o” o una “a” como letra al lado de la última.
Debatieron entre sí durante varios minutos mientras escuchaban las grabaciones. Sin embargo, era el acento demasiado marcado como para descifrar la letra decisiva. Finalmente, el jefe de los jueces le preguntó a la única persona que conocía la respuesta.
– ¿Era una letra “a” o una “o” ?, le preguntó a Rosa. En ese momento, rodeada de jóvenes concursantes que murmuraban entre ellos, Rosa sabía el correcto deletreo de la palabra. Y tranquilamente, sin titubear, contestó que había pronunciado mal la palabra y se fue del escenario.
Todo el auditorio se puso de pie y aplaudió, incluyendo unos cincuenta reporteros gráficos. El momento fue emocionante y lleno de orgullo para sus padres. Aún vencida se sentía victoriosa. En efecto, con el pasar de los años, se escribió más acerca de Rosa Elliot que sobre el desconocido ganador del concurso.